Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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John Corabi

"Motley Crüe era todo locura y demencia, y yo no soy ese tipo de persona"

Cronista: Fernando Canales | Fotos: Gentileza prensa

24 de Mayo, 2017

"Motley Crüe era todo locura y demencia, y yo no soy ese tipo de persona"

El Bondi entrevistó en exclusiva al excantante de la banda de glam metal antes de presentarte en Vorterix con su actual supergrupo, The Dead Daisies.

Hacía bastante tiempo que no surgía una banda de rock and roll al estilo clásico, con un sonido sucio y (des)prolijo, y con letras que vayan al grano, guiadas por el pulso del sonido de los ‘70 y principios de los ‘80. El nuevo aporte al género viene de la mano de una nueva reencarnación de The Dead Daisies, un súpergrupo formado actualmente por Doug Aldrich (Whitesnake, Dio), Marco Mendoza (Thin Lizzy, Whitesnake), Brian Tichy (Ozzy Osbourne, Foreigner), David Lowy (Red Phoenix, Mink) y por John Corabi, quien le pone su sello en las voces.

Corabi, que como lo dice su tatuaje en el pecho, “Life is as it should be” (la vida es como debe ser), es un luchador y acepta la que venga en su largo camino con la música; tanto como miembro de Union, con el ex Kiss Bruce Kulick, como guitarrista de Ratt, o como reemplazo de Vince Neil en Motley Crüe. Este último paso fue el que dejó un sabor agridulce en su expediente con un disco, "Mötley Crüe" y un EP, "Quaternary". Ambos de 1994, obtuvieron grandes reviews, pero que no lograron conformar –en ese momento- al público que estaba enroscado con el sonido grunge. Corabi nos atiende desde su casa en Nashville, cansado de las entrevistas que le demandan el lanzamiento del nuevo disco en vivo de los Daisies, "Live and louder", y la gira para presentarlo, pero aun así nos habla de todo: de su fanatismo por la historia, del reconocimiento tardío de su obra, de cómo disfruta su actualidad rockera, y de su estadía en la banda más fiestera y salvaje del Sunset Strip. Además nos explica por qué, para él, "La vida es increíble".

-Acaban de lanzar Live and Louder, el nuevo disco en vivo de The Dead Daisies ¿Cómo fue la gira que grabaron?

-Básicamente, el año pasado tocamos el disco Make Some Noise (2016), hicimos un par de festivales y fuimos a Latinoamérica, además de girar con Kiss en USA. Luego viajamos a Japón y a Korea del Sur, a tocar para las tropas americanas que están ahí. Partimos de nuevo a Europa y todos los shows estaban sold out. Muchos de nuestros fans estaban pidiendo que hagamos un disco o un DVD en vivo, nos decían: “El disco está buenísimo pero es mucho mejor en vivo”. Y dijimos: “Grabemos un par de shows y veamos qué onda”. Así que registramos cinco o seis, y Doug Aldrich agarró, escuchó todo, eligió las mejores versiones y se las dio a Anthony Fox, quien es un gran ingeniero amigo nuestro. Lo mezcló y lo hizo sonar espectacular.

-Hablando de tour, The Dead Daisies fue una de las primeras bandas en tocar en Cuba después de que la presidencia de Obama reabriera los lazos comerciales, ¿cómo fue la experiencia?

-Para serte sincero, fue increíble, soy un gran fan de la historia, recordaba cuando era chico toda la locura de John F. Kennedy y Fidel Castro, con la crisis de los misiles cubanos y todas esas cosas. Resultó asombroso estar ahí y ver cómo ocurrió realmente todo. Descubrimos que hay muchos fanáticos del rock esperando a que bandas americanas vayan a tocar. Vimos remeras de Guns n’ Roses, The Beatles, Led zeppelín, The Rollings Stones, una locura. Eran muy pasionales a cerca de la música, y nuestros shows estaban sobrevendidos. Todos eran muy amables, aunque sé de gente a la que no le gustó que fuéramos a Cuba, yo personalmente la pase muy bien. Amé la comida, la gente y la música. Hay algo en “la gente latina”, en la forma en la que ama la música. Ellos aman amar (risas). Creo que hay algo especial detrás de la sangre latina.

-Cuando uno ve a los The Dead Daisies tocar puede observar que el grupo realmente la pasa bien, que no hay pelea de egos a pesar de ser una superbanda y que sólo disfrutan del rock and roll, ¿es así?

-La verdad es que conozco a Doug (Aldrich) desde que tenía 15. Y a Marco (Mendoza) y a Brian (Tichy) hace 20 años. Fuimos siguiendo nuestras carreras, pero no tuvimos la oportunidad de tocar juntos. Obviamente estamos muy comprometidos en componer buenas canciones, en hacer buenos discos y grandes shows, pero nosotros nos divertimos. Venimos todos de bandas de rock and roll, y amamos ése género, por eso cuando nos subimos al escenario la pasamos muy bien y se lo transmitimos a la gente. Pueden ver que realmente amamos lo que hacemos y que no estamos sólo por “el cheque”.

-Es loco, porque ahora me hablás de esta química y esta diversión, pero la primera vez que te ofrecieron unirte a la banda dijiste que no (risas).

-Es así, y aquí está la razón, yo toco con los The Dead Daisies, pero también tengo un banda solista, con amigos de Nashville, mi guitarrista y mi bajista son muy buenos amigos, y mi hijo es el baterista. Cuando me pidieron que me una, no tenía idea de qué era la banda, además estábamos haciendo entero el disco de Motley Crüe, el del 94. Sentí como que estaba engañando a mi esposa (risas). Es como que ahora con los The Dead Daisies tengo que trabajar el doble. De hecho, mi hijo me reclamaba: "¿Cuándo vamos a salir de gira de nuevo?". Y si bien estoy muy ocupado, trato de hacer las dos cosas. Esta es la única razón por la que al principio me negué a participar del proyecto. Pero Marco me planteó: “John venite para L.A. y juntate con nosotros.” Escuché online algo de su música, llegué, me junté con Darryl Jones y Richard Fortus, que todavía estaban en la banda, y reconocí: “Ésto puede ser muy bueno, quizá puede hacer la dos cosas”. Nos fuimos a Cuba, la pasamos genial y finalmente hicimos el disco, que fue escrito y grabado fácilmente. Es una gran banda y me encanta tocar con ellos, pero cuando no estoy con los The Dead Daisies trato de hacer alguna fecha con mi banda solista porque se aburran esperándome (risas).

-John, ¿creés en el destino? Te pregunto porque tenés en el pecho un tatuaje que dice “Life is as it should be”.

-Yo no sé si me llamaría una persona espiritual, pero creo que si te levantás cada día, laburás duro, y sos honesto con otras personas, las cosas buenas le llegan. Es raro, cuando era joven decía cosas como: “Eddie Van Halen logró su primer contrato discográfico cuando tenía 18 años y yo sigo peleándola y tengo 26”. Empezaba a ver las cosas de forma rara. Pero al final del día pensás: “Hice todo lo posible, pero a veces a cierta gente la cosas le llegan más lento, yo creo que soy uno de esos”. Antes de hablar con vos hice una entrevista que me preguntaba sobre mis otros discos, con The Scream, Union y Motley Crüe, y todos los álbumes que saqué, cuando salían tenía grandes reviews, pero les iba mal. Pero 10, 15, ó 20 años después, la gente dice: “El disco de The Scream una obra maestra, el de Motley es genial, la obra de Union es increíble". Siempre fui el chico de “El camino largo. Pero 20 años después sigo acá, donde quiero estar, en la industria de la música con los The Dead Daisies y tengo una buena carrera. Así que sí, creo que la vida es lo que debe ser.

-Recién hablaste de los discos, que fueron reconocidos años después, y hace un tiempo Mick Mars manifestó que el que hiciste con ellos era el mejor de todos los que habían realizado. ¿Creés que si lo hubiera lanzado otra banda, con otro nombre, la historia hubiera sido diferente?

-Un poco quizás, pero que hay muchas razones de por qué ese disco no funcionó. La música americana que se escuchaba en esa época era Nirvana, Pearl Jam, Soundgarden, Alice in Chains, y bandas como Motley, Ratt y Poison empezaron a convertirse en anticuadas. Por eso tuvimos un encontronazo con nuestra disquera… fueron muchas cosas. Nosotros sí quisimos cambiar el nombre de la banda, tanto que cuando grabamos ese álbum tratamos de sacarlo con otro nombre; el problema era que todos los que estaban involucrados en la banda decían: “No, no, no, no pueden hacer eso porque están facturando 500.000 dólares por show y si cambian el nombre de la banda van a ganar menos plata”. Al final, hicimos lo que hicimos, cometimos los errores que cometimos, y no sé puede mirar atrás, siempre tenés que mirar para adelante. Yo me fui a Union y tampoco fue lo correcto, y eso me lleva al ahora, a esta entrevista, al nuevo disco y al tour que me permite visitar Sudamérica por primera vez con los The Dead Daisies y que me tiene muy entusiasmado. La vida es increíble.

-¿En la era de Motley Crüe realmente tenías libertad o era todo “Vince (Neil) hubiera hecho esto, Vince hubiera hecho lo otro”?

-No me importaba eso, pero al final, antes de que volviera, pasó algunas veces. De hecho discutimos y el management me dijo: “Vince hacía esto en el escenario, Vince cruzaba la línea de la confianza y se tiraba al público”. Pero yo tenía mis argumentos: “Escuchá, yo toco la guitarra en todo momento, y si me seguís comparandome con Vince, deberías traerlo de nuevo, (risas) ¿entendés?. No soy Vince Neil, él y yo somos amigos, solo déjame de compararme, yo soy John Corabi, no soy Vince Neil, si lo quieres, tráelo de nuevo.

-Justo hablás del tiempo en que Vince estaba por volver. En la autobiografía de Motley Crüe, él dice que, mientras se tomaba unas cervezas con vos, le dijiste: “Estoy contento de que vuelvas, porque el último año fue duro para mí”. ¿Ese año fue duro por las cosas que me decías recién?

-Yo estaba bien, pero Motley era una de esas bandas (y todavía lo son) donde la locura, la catástrofe y la demencia están ahí todo el tiempo, y yo no soy ese tipo de persona. Quizás no era la persona adecuada para Motley, porque yo soy el tipo que entra, saluda a todos, se siente en la punta, empieza a pensar en lo que tiene que hacer. El que sale al escenario tratando de dar lo mejor, que vuelve, da autógrafos y se va a su casa. Yo particularmente no era la persona que ellos buscaban, ellos querían que fuera más salvaje, más por encima de todo. Recuerdo un charla apenas entré, yo podía tener cualquier coche, el que quisiera, pero yo me compré un gran camión y eso los irritó. “Sos el cantante de Motley, tenés que andar por ahí manejando un Maserati, o una Ferrari, ¿por qué comprás camiones?”, me recriminaron y les respondí: “Porque me gustan los camiones ¿Qué querés de mí?" (Risas). No soy una persona loca que esté de fiesta todo el tiempo, hago mis cosas y me voy. Y estoy okey con eso.

*Sábado 15 de julio en el Teatro Vorterix y el domingo 16 de julio en el Teatro Vorterix de Rosario.

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