Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Celeste Carballo

"Nosotros trabajamos para la cultura de un país"

Cronista: Lucas González | Fotos: Gentileza prensa

22 de Febrero, 2017

"Nosotros trabajamos para la cultura de un país"

Disco nuevo, presentación en Cosquín Rock y una fervorosa militancia por el rol del músico.


Después de trabajar de manera independiente durante 20 años (y otros tanto bajo el paragua de un sello) las expectativas no son las mismas. Está claro. Con el tiempo, la perspectiva es más concreta y tangible, y se basa en la realidad, en el trabajo, en dónde uno quiere llegar y cómo conseguirlo. La repercusión, en ese caso, queda de lado. Por eso, Celeste Carballo no teme afirmar que le sorprende y le encanta el éxito y la buena repercusión que ha logrado hasta el momento su último disco, Se vuelve cada día más loca por amor al blues, un álbum que grabó nuevamente para recuperar los derechos fonomecánicos de sus canciones y al que además le sumó nuevas composiciones, como la que le dedicada a Pappo (“Hombre sol”) y otra en la que participa Juanse y que relata un encuentro mágico con Charly (“Amanecer de un día García”). “Por trabajar tanto tiempo en la producción, a veces te olvidas que a la gente le hace bien la música”, reflexiona. Sin embargo, admite que a ella también la satisface, emocional y espiritualmente, de hecho, considera que es lo que mejor le hace en la vida y que arriba del escenario es donde se puede ver a la auténtica Celeste.

Publicado originalmente en 1982, Me vuelvo cada día más loca es lo que popularmente se conoce como una batería de hits: “Es la vida que me alcanza”, “Querido Coronel Pringles”, “El último blues” o “Desconfío”, de Pappo, son solo algunos ejemplos de un trabajo que la catapultó del underground a las primeras ligas. Luego, seguirían placas más o menos reconocidas por el público y la industria, pero que nunca resignaron calidad, tanto artística como sonara. Por caso, Celeste y la Generación, la etapa más punkrock de la cantante, dejó una joya poco frecuentada de su abultada discografía, el homónimo de 1986. De ahí, por ejemplo, se desprende "Los poetas de Latinoamérica", una canción de amor diferente, con una impronta social muy fuerte. “Ahí incorporé la calle, la injusticia, la guerra, la mentira y la falta de libertad”, suma.

-Después de tantos años, ¿percibis cuando un disco puede funcionar?

-No, siempre queda algo librado al azar. Básicamente, porque somos argentinos y estamos acostumbrados a eso. Todo es así, viene bien y de golpe, le hicieron el test a Maradona. Siempre puede haber una sorpresa que no te guste. Pero la idea es seguir en la misma proyección de trabajo, continuar, por eso vamos a tocar ahora en el Cosquín Rock, fecha que nos tiene entusiasmados, porque es seguir mostrando Se vuelve cada día… Acercarlo más a la gente. En Capital Federal ya lo mostramos y a veces se nos hace un poco complicado salir, o participar de algún evento mayoritario.

-Además, habrá público joven.

-En realidad, estará toda la familia, porque ese escenario, el temático de los 50 años del rock argentino, es para la familia rockera argentina. Son más de tres generaciones. A parte, ¿cuál es el valor del público joven? A mí me interesa el público que le gusta lo que hago.

 

TRES GENERACIONES

Antes el rock era re contra masivo”, responde cuando se le consulta sobre su comienzo en la escena y comenta que en otra época tocaban, ella y muchos de sus compañeros de ruta, en festivales alucinantes y multitudinarios. Sostiene, además, que no le escapa a la palabra nostalgia ni a ninguna otra. “Sucede que los conceptos están equivocados”.

Y explica: “Nosotros no trabajamos para la contemporaneidad, lo hacemos para la cultura. Y eso no tiene tiempo. Los contemporáneos necesitan separar, porque hacen una proyección con sus propias vidas, con sus viditas, con su tiempito. Nosotros trabajamos para la cultura de un país”.

-¿Es difícil llevarlo a cabo hoy en día?

-No, porque cuando naces con el duende de la inspiración en la música, ese juego se transforma en tu profesión, es tu arcilla. Difícil es la vida de un obrero, que tiene que levantar una pared.

 

LA GENTE, LA PRENSA Y DEMÁS

A lo largo de su carrera, Cece ha tenido épocas buenas y otras no muy gratas con la prensa local. “Es muy aleatorio”, dice y concede que todo depende de lo que esté viviendo la sociedad, y como pretenden acoplarte a eso. Queda en uno, argumenta, entrar o no en la cancha y jugar, o quedarse al costado. Aunque acepta que hoy en día sale a meter todos los goles posibles, cual nueve de área.

En la conversación se cuela un episodio reciente. Invitada por el periodista Luis Novaresio su programa televisivo, tuvo que compartir el set con el político Fernando Iglesias, quien insistía en defender al gobierno actual. Luego de la típica perorata, Carballo tomó la palabra y dijo que, entre otros problemas, esta gestión no sabe comunicar sus logros. “Se quedaron todo mudos”, confiesa entre risas.

No menos intensa ha sido su relación con el público, el cual, describe, ha ido cambiando. El quiebre, asume, se dio con Celeste y la Generación. Fue algo definitivo y a conciencia, donde tuvo que educar y a veces discutir. “Nos moldeamos mutuamente”, razona y utiliza Tercer Infinito (1998) para ejemplificar la situación, ya que aquel fue un disco con poco apoyo de los medios (“apenas sonó en la Mega”), pero que le permitió girar durante tres años por el país y por el exterior.

-En todos estos años de carrera, jamás has dejado crear y publicar. ¿Cuál es el secreto?

-Lo que pasa es que compongo sin parar. Vivo haciéndolo. Entonces, siempre hay material por todos lados, lo único que tengo que hacer es rescatarlo. Tengo un repertorio inédito gigante, inclusive hay una canción, "Peter Pan y yo", que se quedó afuera de Chocolate inglés (1993), y de todos los discos que siguieron. Entrará cuando sea su tiempo, o no. Igual, es un hit en Youtube.

*Lunes 27 en el Cosquín Rock, en el escenario de los 50 años del rock nacional. 

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