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Stu Hamm

"Steve Vai es perfeccionista, gracioso, y un poco intimidante"

Cronista: Fernando Canales | Fotos: Gentileza: Prensa

12 de Diciembre, 2016

"Steve Vai es perfeccionista, gracioso, y un poco intimidante"

El Bondi habló con el bajista estadounidense, antes de tocar como invitado de la Beriso en el estadio River Plate y antes de sus dos clínicas, y repasó su exitosa carrera.

12 de agosto del 2000. Un teatro Gran Rex colmado era testigo privilegiado del solo de bajo de Stuart “Stu” Hamm, quien interpretó de forma magistral un fragmento de “Sonata Claro de Luna” de Beethoven. Todos boquiabiertos terminaron en una ovación de pie para este músico que rompió los paradigmas y que ayudó con su carrera solista, a demostrar que el bajo también podía ser líder. Ese recuerdo es una gran carta de presentación para el norteamericano que desde los 13 años comenzó a tocar y no paró hasta convertirse en uno de los referentes, grabando y acompañando a los más grandes: Frank Gambale, Steve Vai, Joe Satriani,Michael Schenker, Richie Kotzen, Yngwie Malmsteen, Adrian Legg, George Lynch, Eric Johnson. Hoy, a días de tocar con La Beriso en River, repasamos su historia y cómo fue su conexión con la banda formada en Avellaneda.

-Hablemos sobre tus primeros pasos en la música, vos solías tocar la flauta antes que el bajo, ¿cómo fue esa transición?
-Vengo de una familia llena de músicos, mi papa era musicólogo-compositor, mi mamá era una cantante de ópera, y además tenía un hermano mayor que escuchaba todo el día a Miles Davis y a Pink Floyd. Siempre estuve expuesto a un montón de música. Toqué el piano y experimenté con un montón de instrumentos, después en 1973, empecé a tocar le bajo y descubrí que ese era el instrumento con el que iba a pasar mi vida.

-Tu madre era cantante de ópera y tu papá compositor, ¿por qué el bajo? ¿Qué tenía para atraparte?
-En mi último tour hice una lista de los temas que recuerdo haber escuchado cuando crecía y que tenían una línea de bajo que me atraía; como “Watermelon Man” de Herbie Hancock, pero creo que cuando escuché el bajo de “Roundabout” de Yes, era tan increíble que quise tocar el bajo.

-¿Cuán importante fue la escuela Berklee en tu vida? Ahí conociste a Steve Vai...
-Fue muy importante, como dijiste por el hecho de conocer gente, tuve una gran educación y grandes maestros y me gustaría haberme quedado más tiempo; pero ahí conocí a Vai, y a mucha gente más. Después de un año me terminé yendo para empezar a trabajar. Me hubiera quedado a estudiar más tiempo, pero en ese momento, solo quería salir y tocar.

-Hablando de tocar, tuviste la posibilidad de tocar tanto con Steve Vai como con Joe Satriani. Sé que es una pregunta difícil, pero, ¿podrías compararlos desde tu punto de vista?
-No, porque son muy diferentes. Yo conocí a Vai al mes de entrar a Berklee, él ya tenía fans y la gente iba a verlo tocar. Después formamos una banda que se llamó Morning Thunder, y hasta toqué con él en la grabación para su audición con Frank Zappa. Finalmente, él se fue a California para unirse a Zappa, y yo me fui a Alemania para tocar con una banda de Big Band de fusión. Después viajé a L.A. para grabar “Flex Able” con Vai, y cuando el disco fue elegido por Relativity Record, la misma persona que había firmado con Vai y Satriani, y que después me hizo firmar el contrato para mi primer disco solista, me recomendó que use a Joe en algunos temas, y ahí lo conocí.

-Durante este año Steve Vai estuvo celebrando el 25 aniversario de su disco “Passion and Warfare”, ¿qué te acordás de esa sesión de grabación?
-Recuerdo que cuando hicimos Flex Able, estábamos en la primera casa de Steve con una consola de ocho canales, y para el tiempo de Passion and Warfare, ya estábamos en un estudio más profesional. Siempre es muy desafiante tocar con Steve, estuvo buenísimo reunirme con él en la última Navidad, para terminar los tracks para Modern Primitive (NdR es un disco que trae material inédito compuesto entre Flex Able y Passion and Warfare). Es un tipo demandante, perfeccionista y sabe exactamente lo que quiere, es muy gracioso, pero también es un poco intimidante estar en el estudio con él…

-Probablemente Billy Sheehan, Victor Hooten y vos, formen un grupo de músicos que llevaron el instrumento a otro nivel con el uso de la polifonía, el tapping, slapping, armónicos y el uso de acordes. ¿Creés que estás dentro de ese grupo?
-Absolutamente, yo no inventé el tapping, pero sí fui parte de los tipos que estuvo en los tiempos en donde todo cambió. El bajo tiene 68 años y yo toco hace 43, cuando era un chico nadie hacia slap en el bajo. Cuando escuché a Larry Graham (Sly & the Family Stone) slapear el bajo no entendía nada, escuché a Chris Squire tocar armónicos en la intro de “The Fish”, y después vino Jaco (Pastorius) y lo cambió todo. Yo no inventé nada, pero fui una de las primeras personas que lo aplicó, creo que mucha gente que me vio tocar “Always with me, Always with You” de Satraini vio por primera vez esa clase de tapping en el bajo. El punto es que nadie hacía eso cuando yo era chico, y ahora un aprendiz de 15 años estudia y ya sabe que quiere, hacer slap, hacer tapping y acordes. Es que una generación, cambió demasiado todo.

-Recién nombrabas a Jaco Pastorius, ¿cuánta influencia tuvo él en tu forma de tocar?
Cuando 1978 estaba en Berklee, no entendía el jazz tan bien como podía y tampoco había escuchado a Jaco. Pero mi hermano tenía algunos discos de Weather Report, pero la mayoría eran los que tenían a Miroslav Vitouš o Alphonso Johnson en el bajo. La verdad no lo había escuchado hasta que lo fui a ver en noviembre del ‘78 al Orpheum Theater en Boston, y ese show me cambió la vida. Jaco estaba totalmente encendido esa noche, estaba en la mejor banda del mundo. Lo vi un par de veces más después de esa, se estaba poniendo más enfermo y era muy triste. Pero la primera vez que lo vi, era el rey del mundo y nos cambió las ideas a todos de lo que se podía hacer en el bajo.

-Pudiste tocar con muschísimos músicos de gran calidad, Steve Vai, Richie Kotzen, Yngwie Malmsteen, , George Lynch, Eric Johnson, ¿Cuál es la historia más loca que tenés?
(risas) -Tengo muchas grandes historias, lo que sí, me hubiera gustado mucho poder estar en el G3 con Yngwie Malmsteen, para ver la interacción entre ellos tres (Satriani y Vai) y ver cómo es él en el backstage…

-¿Cómo fue que te pusiste en contacto con La Beriso?
-Años atrás me hice muy amigo con la gente de Total Música, quienes importan Hartke, los amplificadores que yo uso. Hice un par de clínicas en Peteco‘s, ya que estuve en la Argentina muchas veces, primero con la banda mexicana llamada “Calzones” y después con Joe Satriani. Seguí en contacto con el manager, dueño de Peteco‘s, Jorge Gavilan quien me mandó un mail diciendo: “Hola Stu, estoy trabajando con una banda nueva, ¿querés tocar un tema en el disco? Y yo le dije: “Sí, totalmente, ¿por qué no?” Nunca había escuchado La Beriso, así que no sabía en dónde me estaba metiendo. Fuimos al estudio, grabamos el tema ("Realidad"), los pibes estuvieron increíbles, y me invitaron a tocar con ellos en River. Y de paso aprovecho para hacer un par de clínicas con Marcelo Roascio, salir por Puerto Madero y probar buena comida en Argentina.

-Ya hablaste bastante del malentendido cuando la gente en los shows grita tu nombre y parece que te abuchea porque suena parecido “Stuuu”, “Buuu”, pero quiero preguntarte, ¿qué pasó la primera que gritaron tu nombre, te confundiste?
(Risas) -No, porque en EEUU, a la gente le gusta hacer eso. Cuando fui a ver a Bruce Sprignsteen, la gente le gritaba “Bruuuuce”, “Bruuuce”, recuerdo la primera vez que me pasó, fue estando con una banda pop llamada “David and David”, yo ya era bastante conocido por mi trabajo con Steve Vai, y en un show en Ohio, el cantante David Baerwald, dijo: “Todos griten por nuestro bajista Stuuu, Stuuu, Stuuu”, (risas). Nunca me molestó, pero es gracioso como la gente no lo entiende y sigue hablando de eso. Cualquier publicidad es buena (risas).

 

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