Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
Seguinos en
Banner

Fede Cabral

"Siento la necesidad real de ser feliz"

Cronista: Lucas González - Fernando Villarroel | Fotos: Gentileza: Prensa

11 de Agosto, 2016

"Siento la necesidad real de ser feliz"

El ex Sancamaleón se reinventa en un nuevo disco y avisa que el nuevo material es mucho más "humano" que sus trabajos anteriores.

Fede Cabral es uno de esos músicos que trae consigo ese concepto de aire fresco. Es cierto, no es un jovencito que viene a renovar la propuesta musical pero siempre está probando nuevos desafíos; atrás quedaron aquellos años de Sancamaleón, el padrinazgo de Zeta Bosio y las hormonas al palo. Cuando todo aquello terminó, Cabral no apuró el paso y se dedicó a estudiar, a producir y a crear; actualmente, se encuentra presentando Plexo Solar –su último disco- y se muestra orgulloso del resultado final como si, una vez más, se hubiera dado el lujo de poder renovar su aire, ese que trae consigo como sinónimo desde hace más de quince años.

-¿Cómo te preparás para la presentación del disco?
-Me preparo bien, siempre es interasante la adrenalina y la buena energía.

-¿La Trastienda, un lugar con un peso importante dentro de la escena, siempre fue la primera opción que se barajó?
-Si y es un muy lindo desafío. Este disco tiene la energía para ser tocado en ese lugar; obviamente, requiere que vaya gente (risas) pero si, fue la primera opción.

-De Sancamaleón al proyecto solista, ¿cuáles fueron los desafíos que se te presentaron a la hora de salir al ruedo en solitario?
-Con Sancamaleón estuvimos once años largos tocando, una cantidad de años que son toda una vida; casi que se fue mi juventud con ellos, aunque obvio después quedaron un montón de etapas por ser vividas pero, en ese momento, las hormonas estaban en ebullición, como en mosh constante y la pregunta fue “¿cómo sigo?”. Y bueno, lo que hago solista es otra cosa, estilísticamente hablando, y el público también es diferente; es raro ir a ver un solista. A veces, imagino a uno que no me conoce y que, cuando le cuentan que vienen a verme, pregunta “¿qué hace, folklore?”, pero yo me siento un solista de rock, transmitiendo un concepto.

-¿Dudaste en algún momento en emprender el camino en solitario?
-Si, pero porque era un desafío. Con los chicos de Sanca, no todos seguimos tocando, pero los que seguimos con esto lo disfrutamos porque nos gusta, porque afortunadamente hay gente interesada en escucharlo que hacemos, porque está bueno sacar un disco, aunque cueste. En total, este es mi séptimo disco de estudio: tres con Sanca, dos solistas y uno con La Peña Pop –la banda formada por el co-fundador Bersuit, Carlos Martín, y Goy de Caramelo Santo, entre otros- y ahora este que estoy presentando. En un momento fantasié con armar una banda nueva, decir “bueno, armo una banda por año” y jugar un poco a ser Chris Cornell o Damon Albarn (risas); pero no, al final decidí que no.

-¿Qué tiene de diferente este material?
-El primer disco tiene muchas máquinas y esas cosas; me armé un estudio, lo mezclé, me gusta mucho producir y trabajar con otros artístas, por eso tiene mucho de samples a lo Massive Attack. En cambio, este disco es pop pero suena más fuerte, más rockero. Una parte importante de este material se grabó en Juno –el estudio de Babasónicos- y lo mezcló Gustavo Iglesias, que también laburó en el primer disco de Sancamaleón, y ahí hubo un lindo link con aquellos comienzos.

-¿Cómo fue ese encuentro con Iglesias?
-Él trabaja mucho con Babasónicos. A este disco lo grabé en dos partes, la primera en Supercharango, un estudio buenísimo en San Telmo, y la segunda en Juno; finalmente, lo terminé mezclando ahí porque estaba él.

-Es muy especial la relación con el técnico
-Muy. Es el principal socio a la hora de hacer el disco, es el equivalente a un editor para un medio gráfico; a pesar de los años, estuvo bueno volver a encontrarnos, y que cuando me devolviera el disco terminado lo hiciera de una forma que no me lo esperaba. En una de las canciones puso los sintetizadores súper adelante y las guitarras atrás, y al principio decía “la concha de su madre, lo hizo mierda, todo al revés de lo que quería” pero después me encantó que lo haya hecho así. Suena muy lindo.

-El primer disco tiene mayor presencia de “máquinas” y el segundo es un trabajo mucho más “humano”. ¿Qué disfrutás más?
Los dos, cada uno tiene su viaje. Para mi, hay materiales de Massive Attack o de Gorilaz, que están muy al borde la electrónica, y redefinen el concepto de lo que es rockero y lo que no. Hay bandas que laburan mucho ese concepto, las escuchás con los auriculares al palo y están bárbaras, te pegan profundo, y hay bandas que tienen mucho de lo humano y no están tan buenas; por eso los dos viajes están buenos.

-Después de tanto camino recorrido, ¿cómo ves a los más jóvenes? ¿Hay algo que te guste o te llame la atención?
-La verdad es que veo un nivel altísimo. Tuve la suerte de vivir dos escenas under o indie; una fue la que viví en mi etapa con Sancamaleón y la otra en mi etapa solista. Puedo destacar las bandas de Córdoba, a los chicos que hay en Mendoza y a los que están en los diferentes lugares del país, como Usted Señalemelo o Superchería, y podría afirmar que hay muchos más como ellos con un talento increíble.

-Sin embargo, no sólo cambiaron las escenas sino también la forma de consumir propuestas artísticas. ¿Cuál es el formato que elegís para escuchar música?
-Utilizo mucho Spotify y me parece una herramienta buenísima. En lo personal, sigo escuchando discos enteros y tengo ese romanticismo por la obra completa; también me parece buenísimo el hecho de los playlist como herramienta para compartir música. Ojo, también hay mucho humo y música de mierda en los playlist.

-¿Sentís que hay mucho de humo en la escena actual?
-No, hablo de la escena en particular sino del general. Como esas listas de temas que suelen poner en los gimnasios, como estos chicos de Maramá; es cierto, siempre existió ese tipo de música basura pero me parece increíble que en el 2016 siga existiendo (risas).

-¿Actualmente por dónde pasan tus expectativas como músico?
-El objetivo es ser feliz y, aunque suene trillado, es de las búsquedas más difíciles que puede perseguir el ser humano. Uno cuando es más chico tiene ese sentimiento de lograr popularidad y fama pero hoy siento la necesidad de ser feliz con lo que hago y grabando discos porque sino nada de todo esto tendría sentido.

-Utilizando la analogía de la zanahoria que persigue el conejo, ¿cuál es tu búsqueda?
-Creo que la de tocar, viajar y conocer lugares por lo que hago. Creo que ir y disfrutar de otras culturas a través de esto es mi búsqueda; este es un proyecto que tiene una concepción pequeña pero autosustentable.  

-¿Cómo te encuentra este disco a nivel compositivo?
-Este es un disco que tiene mucho de acompañar esos momentos duros que son las separaciones. Es un trabajo bailable, pero que tiene cuatro o cinco letras que hablan sobre eso; el pop es feliz aunque no por eso deja de ser un poco dramático y este disco tiene un poco de eso.

TODAS LAS FOTOS