"Las cosas no ocurren solas, vienen con trabajo y sacrificio"

Sick Porky se formó hace diecinueve años. Luego de haber lanzado dos EP’s, en 2006 presentó su primer larga duración, Ancestral. De ahí al presente, el grupo comandado por Carlos Villafañe (voz y quien habla con este medio) logró consolidarse en la escena, sumó dos discos más y realizó cambios en la batería, hasta que finalmente Manuel Sibona se sumó a los guitarristas Jeremías Stutz, Leandro Mousseaud y Mariano Martínez y al bajista Leandro Spatola.

-En 2017 el grupo cumplirá dos décadas de vida, pero cuando comenzaron en la música, la etiqueta stoner no era muy frecuente.

-Así es, pero nunca nos consideramos una banda netamente stoner. Demostramos, a lo largo de los tres discos, que fuimos evolucionando como banda, por lo menos en sonido y composición, ya que no nos atamos a ningún género. Cuando hacemos música, nada nos limita. En cambio, sí te puedo asegurar que, hagas lo que hagas, siempre es cuesta arriba. Sin embargo, no nos imaginamos haciendo otra cosa. Como grupo, lo único que pretendemos es progresar.

-¿Por qué creen que en la música, como en muchos aspectos cotidianos, existe la necesidad de las etiquetas?

-Generalmente se producen para explicar movimientos que crecen. Creemos que hay bandas que se desplazan unidas y convocan, y ahí surge la necesidad de crear etiquetas. Pero al fin y al cabo, lo que termina importando es la música y no la etiqueta. Ojo, también es válido si algunos creen necesario encasillar. Sin embargo, dentro de muchos años no te van a recordar por lo que hacías (stoner, heavy, rock o anarcotropitrash), sino por tu música y por la calidad y el amor que ponías a tu propuesta. O sea, te van a recordar por tu arte. Al menos así sentimos nosotros: no nos importan esas cosas, creemos que hay asuntos más importantes.

-En estos años, cada género ha ido obteniendo su lugar en la escena nacional. En el caso del stoner, ¿tiene tanta cabida como ostentan el hardcore o el punk?

-Como ya dije, hay un movimiento de bandas, que viene remando hace mil años y han crecido mucho. Ahora tienen mucha cabida y lo tendrán cada día más.

-Pasaron dos años desde la salida de su tercer y último álbum, Los Descarnados. En materia de discos, ¿cómo se encuentran?

-Estamos terminando el próximo, que saldrá este año. Lo grabamos en Mina Clavero, Córdoba, en un estudio que está en el medio de la montaña. Fue una experiencia increíble haber podido trabajar de esa forma, bajo esas circunstancias y de una manera tan natural. En este momento seguimos grabando, estamos en la etapa de voces, ya que la mayoría de las cosas que registramos allá fueron instrumentales. Estamos muy emocionados con el material, ya que todo el esfuerzo, dedicación y amor con el que lo estamos haciendo, se verá reflejado en el producto final.

-Hace diez años presentaron su primer disco, que además de tener una gran recepción, fue precedido por dos más. ¿En algún momento especularon con este presente o simplemente se juntaron para hacer música y el resto vino solo?

-Siempre nos preocupamos por seguir evolucionando, como músicos y como banda. En casi 20 años de historia, pasaron un montón de cosas, pero seguimos acá. A partir de los Descarnados tuvimos un crecimiento muy grande, pudimos hacer La Trastienda y un Teatro Vorterix. Las cosas no ocurren solas, vienen con trabajo y sacrificio. Hoy estamos en un lugar donde no nos podemos quedar a esperar nada.

Foto: Gentileza prensa/Monstruo Estudio

*Domingo 7 de agosto en el Noiseground, en el Teatro de Flores, Avenida Rivadavia 7806. Junto a Poseidótica, The Shrine (US), Avernal, Sauron, Sutrah, Elefante Guerrero Psíquico Ancestral y Montañas. A las 17.