"Somos un nexo conector de músicas que provienen de otras generaciones"

Buenas tardes nació en la ciudad de Rosario, en 2011, y contó en sus comienzos con dos personas, Sebastián Amorelli (voz) y Felipe Araujo (guitarra), que compartían sus preferencias musicales. El afán por ensamblar conceptos y gustos, para plasmarlos en un disco, llevó a incorporar a dos integrantes más, Marcos Prieto (bajo) e Ignacio Simunovich (batería), que encajaron exactamente con lo que se buscaba. Así se formó una banda moderna, determinada letristica y sonoramente, con ritmos pegadizos y una clara identidad. “Definida por nuestras vivencias y manera de ver el mundo, nuestra música nos hace transitar la modernidad con más perspectiva hacia el futuro, rescatando la esencia de épocas gloriosas del pasado”, cuenta Araujo.

-¿De dónde viene el nombre del grupo?

-Nunca tuvimos el control absoluto del futuro, casi todos los caminos y las metas fueron modificadas por distintos motivos. A veces se postergaban y la mochila parecía cargarse un poco más, pero algo siempre sucedía y en muy poco tiempo encontrábamos un resultado mejor del esperado. Fue ahí cuando empezamos a decirnos, "Son buenas tardes". Inclusive, en este momento vivimos lo mismo: la música nos mantuvo vivos y sabemos que de la adversidad se sale caminando hacia adelante.

-Previo a la banda, Sebastián y vos tenían la costumbre de juntarse a escuchar música, ¿no?

-Así es. Hemos escuchado varios discos juntos e intercambiábamos los que nos habían marcado de chicos. Después de oír cualquier banda del momento, siempre volvemos a Dylan, Bowie, Clapton, Lou Reed, entre otros. Nos apasiona conocer la vida de los artistas. De hecho, con algunos intentamos encontrar una explicación a sus composiciones; mientras que en otros sólo tomamos lo que nos dice su música. Es muy general y a la vez todos los casos son distintos.

-Antes que nada, compusieron los temas de su álbum debut, En lo primero, y luego encontraron a los integrantes para poder plasmar esa creación. ¿Cómo se acoplaron música e integrantes?

-Al principio, no estaba en nuestros planes. Nos llevó mucho tiempo pensar y soñar con la idea de armar una banda fija para salir a tocar. Desde el arranque nos pusimos como meta la definición en concreto de la música, y con eso salir a buscar aliados. Conocimos mucha gente que quiso aportar pero nunca fueron definitivos. Las ganas de sentir la batería y el bajo, ambos tocados en vivo como banda, ya se nos salía por los poros. Por eso, luego de experimentar con músicos contratados, la vida misma nos cruzó con unos chicos que nos iban a dar mucho más que la interpretación musical.

-¿Tuvieron inconvenientes en el armado del disco?

-No, porque supimos cómo canalizar en la música los momentos difíciles, luego de haberlos vivido. Por eso no consideramos que hayan sido en vano ni tampoco inconvenientes.

-“Canción de luna”, corte del disco, es una de las canciones con más rotación en la radio. ¿Qué les genera?

-Estamos completamente felices de este resultado. Son cosas que nos ayudan a pensar y ver lo que sucede más allá de la música y gracias a ella. Tal vez resulta extraño que un pedazo de nuestras vidas íntimas salga a la luz, pero nos hace muy bien saber que la herramienta que creamos para sortear los momentos más difíciles de nuestras vidas hoy pueda ser utilizada por cierta multitud. Más que una retribución a nuestro trabajo, es un gran regalo.

-Están pasando un buen momento, ¿cuál es la clave de ese ascenso?

-No lo sabemos, tampoco cuál es la del éxito. Hoy debemos estar preparados para la velocidad con la que se dan las cosas. Sabíamos que después de darnos a conocer no habría vuelta atrás y, siendo malo o bueno, algo sucedería puertas para afuera. Somos un nexo conector de músicas que provienen de otras generaciones y etnias. Queríamos buscar la mejor herramienta para contar lo que nos pasaba, y sentimos que el estilo al que llegamos nos ayuda a sacar lo que antes no podíamos y explicarlo mejor.