Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Desierto y Agua

"Parece que no es negocio defender a la Pachamama"

Cronista: Lucas González | Fotos: Gentileza: Prensa

01 de Julio, 2016

"Parece que no es negocio defender a la Pachamama"

Fundador, cantante y guitarrista grupo, Daniel Riaño plantea su visión eco friendly sobre la realidad del país y la escena nacional.

En esta banda prima la conciencia la de clase. También la defensa a ultranza del medioambiente. Éstos podrían ser los principales estandartes de Desierto y Agua, grupo que fundó el cantante y guitarrista Daniel Riaño, el cual acaba de publicar su nueva obra, La Quimera del Caracol.  Esta pieza es un interesante ejercicio que combina sonidos y letras latinas, pero sin resignar la impronta rockera, muy típica de Argentina.

El concepto es todo lo que atravesamos al querer vivir de la música”, apunta con sinceridad Riaño cuando se le consulta sobre qué va su reciente placa. “De esta manera, estamos no siendo útiles al sistema”, suelta, a modo de verdad revelada. Además, sostiene que en ese mágico e intuitivo proceso de luchar por tu quimera, uno se llega a conocer, y muestra su lado más luminoso y oscuro a la vez. “Cuando te aceptas, creces. ¡Y esa nueva fuerza es la que te empuja para emerger!”.

-Pones mucho énfasis en el mensaje de todas las canciones y para este disco hiciste foco en cuestiones que afectan a nuestro continente. Un ejemplo es “La Casa Mayor”, que habla de la mega minería. ¿Cómo nació ese interés?

-Viajé muchas veces por todo el país y lo conozco casi todo. Arranqué a los 17 años, con la mochila, y ahí pude sentir que alejarse de la ciudad era fundamental para tener una visión más grande de la vida y del planeta. Las primeras sensaciones de estar en la cumbre de una montaña y respirar ese aire puro, es único, no se compara con nada. Ahí te puedo asegurar que se me tatuó en el alma esa sensación de amor a la tierra.

-Ese tipo de compromiso no es algo frecuente en la escena.

-En realidad, en lo músicos que hacen cosas comerciales hay muy poco compromiso con lo social y ecológico. Parece que no es negocio defender la Pachamama, pero hay que cambiar el paradigma. Considero que primero está nuestro medioambiente, el cual es un templo real y tangible, donde amanecemos todos los días. Sucede que vivir bajo el ritmo que propone la ciudad (dinero, cosas materiales, títulos) nos aleja de nuestra propia naturaleza. Igualmente, hay muchas bandas jóvenes que cantan sobre estar acorde a los tiempos del planeta. No suenan en las radios comerciales ni salen en la tele, porque no son súper modelos. Pero están. Sus voces se van escuchando.

-Por otro lado, resulta evidente que en el disco elevas el tono, porque además de la ya citada “La Casa Mayor”, está “Se desintegra”, que denuncia los padecimientos del asalariado.

-Ahí está la cuestión. Como dice “Se desintegra” (“La cosa se pone brava y no hay margen para pifiarla”), hoy por hoy llegar a fin de mes es realmente una empresa que te puede amargar mucho. Y cuando uno está mal de guita, hace cosas que no tienen que ver con los sueños primarios y el espíritu se confunde, se violenta, se desintegra de a poco. Todos los integrantes de la banda hacemos malabares para pagar la sala de ensayo, para generar los videoclips, etc. Estamos sumergidos en esta lucha. Entonces, ¿por qué no ponerle música a este momento?

-Previo a la publicación de La Quimera, admitiste que en este trabajo te proponías captar un público más joven, ya que son los que consumen música.

-Así es. Básicamente, para que una banda se sostenga, necesita vender entradas. Por lo tanto, necesitamos convocar. Y son los pibes los que salen a ver grupos. Casi todos nuestros amigos tienen más de 30 años y, por más ganas que tengan de vernos, hay veces que no pueden, por sus obligaciones. Analizando este factor, decidimos encarar nuestra música de manera más universal, ampliar el margen generacional al que apuntamos.

-Afirmaste que Desierto y Agua representa la dualidad de la vida. ¿Consideras que ésta se refleja en La Quimera?

-Vivimos eternamente con nuestra dualidad y eso nos pone en jaque varias veces. Hoy es esto y mañana es otra cosa. Encima, ¡hay que adaptarse! La Quimera es el proceso de esto: ¡cada vez que todo cambia, uno se mete en el caracol!

*Sábado 2 en Vuela el Pez, Avenida Córdoba 4379. A las 21.

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