Ummagumma
"Su obra llega mucho más profundo de lo que todos creíamos"
19 de Mayo, 2016
Ariel Moscatelli, cantante y tecladista del grupo que versiona la obra de Pink Floyd, pasó por El Bondi y conversó sobre las dos fechas que harán en Sala Siranush.
Cómo hablar de Pink Floyd y no caer en lugares comunes. Complicado. Y si desde un artículo periodístico la tarea parece titánica, qué decir de aquellos que versionan sus canciones. Sin embargo, están los que lo intentan, los que emprenden la quijotesca tarea de interpretar la obra que originaron Roger Waters y David Gilmour. Allí, en ese inequívoco y esmerado segmento, se ubica Ummagumma, banda argentina formada hace casi dos décadas y que tiene, como único objetivo, abordar la historia de un grupo que marcó un hito en la historia del rock.
“La etapa que más no conmueve es la de los setenta, cada disco de esa época incorporó tecnología y sonó muy distinto”, comenta el cantante y tecladista Ariel Moscatelli. “Por ejemplo, desde Meddle (1971) se notó una evolución muy grande a nivel compositivo. Mientras que Dark Side of The Moon (1973) fue el punto más alto de la banda”, completa.
-En lo inmediato, para la banda se avecinan dos fechas muy importantes en Sala Siranush. En la primera, la del 19, harán de manera íntegra Wish you were here (1975).
-Los atractivos de son sus largos pasajes climáticos. Muy emotivos, por cierto. Los solos de guitarra de Gilmour son fuera de serie: logran ponerte los pelos de puntas y a la vez te generan un gran vértigo. Además, este disco fue el punto más alto de Rick Wright. Lamentablemente, su aporte en los teclados siempre fue subestimado, pero en Wish You Were Here su parte es tan brillante como la de Gilmour. A nivel banda, fue la última vez que compusieron en grupo, todos juntos. Para Animals (1977), Waters se hizo cargo de casi todas las decisiones y el grupo cambió.
-Mientras que el 20, sonará Division Bell.
-Acá lo interesante se da en cómo se gestó. La banda, ya sin Waters, se volvió a juntar para componer como grupo, todos juntos. Animals, The Wall y The Final Cut fueron conceptos íntegramente creados por Waters. Luego de su partida, A Momentary Lapse of Reason fue concebido casi totalmente por Gilmour. Es decir, se había perdido el espíritu colaborativo que había hecho que se potencien mutuamente. En Division Bell se volvió a dar esa modalidad de trabajo colaborativo y el resultado es un disco con una estructura y un sonido moderno, pero que mantiene la esencia de los discos de los setenta.
-Además de los años que los separan, cerca de 20, ¿cuáles son las principales diferencias entre ambas placas?
-La principal es que no estuvo Waters. Gilmour y su esposa, Polly Samson, se hicieron cargo de las letras. Realizaron un buen trabajo, pero no tienen la ironía, el sarcasmo y contenido conceptual que Waters maneja tan bien. A nivel sonido, se nota una gran diferencia entre un disco grabado en 1975 y el otro, en 1994. Difícil de explicar, pero Wish you were here es más cálido que Division Bell.
-Por otro lado, se animarán, por primera vez, a tocar canciones de las carreras solistas de Gilmour y Waters.
-Sin adelantar cuáles, podemos decir que las de Waters nos llevó más tiempo. Es más complejo y requiere más trabajo. Gilmour, sin embargo, nos exige mucha concentración para hacerlo sonar lo más parecido al original posible.
-Para ustedes, ¿qué lugar ocupa Syd Barrett en la historia de Floyd?
-Fue una pieza fundamental en la formación del grupo y el sonido psicodélico de los años sesenta. Nunca sabremos qué hubiera sido si Barrett se mantenía en sus cabales, pero es posible que no hubiesen sido tan grandes como fueron. Es solo una especulación. Pero el aporte más técnico estuvo con la incorporación de Gilmour, que lo reemplazó cuando finalizaba la década.
-Comenzaron con este proyecto en una época diferente a la de hoy en día, donde parece moneda corriente versionar a una banda. ¿Cómo fueron sus inicios y por qué sintieron la necesidad de interpretar la música de Floyd?
-En principio, cuando los miembros fundadores del grupo se juntaron, la idea era hacer temas propios. Buscaron otros integrantes con un gusto musical en común y terminó siendo Floyd. En los primeros ensayos, como para arrancar, empezaron con las versiones y en pocas semanas, sin darse cuenta, ya habían sacado Dark Side Of The Moon completo. Surgió la posibilidad de hacer un show y ese fue el comienzo de todo.
-El año pasado realizaron una gira con las cantantes Durga y Lorelei McBroom. ¿Qué les dejó la experiencia?
-El punto más alto de nuestra carrera, sin dudas. Durga y Lorelei son dos cantantes con muchísima trayectoria, que están estrechamente relacionadas con Pink Floyd. Tienen mucha experiencia y nos han dejado muchos consejos para seguir mejorando. Llegamos a ellas a través de un productor, con el que ya habíamos trabajado. Nos comentó sobre la posibilidad de hacer esa gira y no lo dudamos. No nos podíamos perder la oportunidad de contar con dos estrellas como Durga y Lorel
-En lo que respecta a girar, gracias al proyecto, tuvieron la posibilidad de llegar a otros países.
-Sí, visitamos Perú, Ecuador, Colombia y Uruguay. Desconocemos la exigencia de aquellos espectadores, pero conocemos la pasión por la música de Pink Floyd y podemos afirmar que es igual a la que existe en Argentina. La obra de la banda llega mucho más profundo que lo que todos creemos y no importa el país, se vive con la misma pasión.
*Jueves 19 y viernes 20 en Sala Siranush, Armenia 1353. A las 20:30.