Cosmo
"Hay quienes mezquinan sentimientos, nosotros entregamos el corazón"
18 de Febrero, 2016
Con una propuesta diferente, el cantante Pablo De Caro anticipa lo que se viene para el grupo.
Para quien no los conozca, su nombre puede remitir a un concepto erróneo. Y es que Cosmo no es una banda con pretensiones científicas, ni mucho menos. Aunque, a su manera, son un conjunto de intelectuales, de los que obtienen su sapiencia de métodos no convencionales, como los amores y la amistad. A su manera, ellos hacen escuela, pero de la vida.
Su concepción, a diferencia de otros grupos, fue por los andariveles alternativos. “Las primeras canciones fueron originalmente para la banda sonora de la película 20.000 besos”, cuenta el cantante y compositor Pablo De Caro. El largometraje en cuestión, opus de su hermano Sebastián, se retrasaría y coincidiría con la disolución, en 2011, de Mataplantas, anterior proyecto del músico y del bajista Maximiliano García. “Debido a eso, nos juntamos, los que hoy integramos el conjunto, y nos pusimos a tocar esas composiciones, que luego grabaríamos y pasarían a ser nuestras”, resume De Caro.
La vida continuó y los caminos avanzaron. Ese año, el del origen, Cosmo editaría su disco debut y epónimo. Dos temporadas más tarde, la película finalmente se estrenaría. Para cuando eso aconteció, la banda ya estaba finalizando su segundo disco, Branas, el cual saldría en el 2014.
-¿Qué tan difícil es musicalizar un largometraje?
-Me resultó más simple. De hecho, así salió “20.000 besos”, incluida en nuestro primer álbum. Seba me contó sobre la peli, de qué iba y cómo se iba a llamar. Al cabo de 2 ó 3 horas ya le había mando el tema listo. A veces, tener de antemano cierta data hace que las palabras fluyan.
-¿Qué fue de aquel mítico mono ambiente en el cual registraron sus primeras canciones?
-Me mudé. Igualmente, podría decirte que cada casa tuvo y tiene vida propia. Luego nos fuimos con Chamorro (Diego, baterista) a la que llamamos Mansión Las Heras. Ese departamento fue nuestro cuartel de operaciones, ahí sucedieron muchos movimientos trascendentales. Actualmente estoy viviendo en el Barquito, donde se hacen varios asados, reuniones y ensayos. Como dije anteriormente, las casas tienen vida propia y es un deber llenar esos ambientes de mística.
-En referencias a las primeras canciones, dado lo reducido del espacio, fue que se inspiraron para elegir la instrumentación. ¿En qué consistió esa elección?
-La verdad queríamos hacer un grupo que nos permitiera ir a tocar transportando lo que nos entrara en las dos manos. Luego nos fuimos copando y aunque todavía no estamos llamando a un flete nuestro backline es bastante más abultado.
-¿Con qué frecuencia los nombran o confunden con Cosmos?
-Un montón, para mí es un filtro. Generalmente la gente que nos llama Cosmos es porque les chupa un huevo nuestra música y lo que hacemos, entonces, es a otra cosa mariposa.
-Afirmaste que no pasas mucho tiempo sin componer, porque te aburrís. En base a eso, ¿cómo viene el nuevo material?
-Siempre estoy componiendo de a dos o tres canciones al mismo tiempo, no más, no menos. Las tengo en la cabeza, las voy tarareando, se van armando, las pienso. Cuando tengo un rato agarro la guitarra e intento bajarlas. A veces, es el día y salen, y otras no y vuelven a ese limbo de composiciones sin terminar. Es muy loco, pero últimamente me cuestiono y me pregunto por qué hacemos las canciones y no llego a ninguna conclusión.
-¿Planean cambios sustanciales en relación a los otros discos?
-Los cambios más significativos vienen por la formación. Ahora Ayar (Sava) está tocando la guitarra eléctrica, Diego tiene su batería completa (antes la usábamos sin bombo y tocaba parado) y Andy Ravioli abandonó el grupo, así que no tenemos trompeta.
-Al igual que en varios trabajos de la escena local, Mariano Esaín (Valle de Muñecas) estuvo involucrado en Branas. ¿Cuál fue su rol?
-Nos ayudó en el seteo del estudio y estuvo también la grabación de las voces. Manza es un amigo y personalmente lo tengo como un maestro. A él le consulto todo, me gusta escuchar sus opiniones y me da mucha confianza.
-Hace un par de años, te consultaban por el lugar que ocupaba este proyecto en tu vida, y declaraste en Cosmo encontraste cierta tranquilidad personal. ¿Cuál es la fórmula para llegar a ese nirvana?
-En la actualidad eso varía y sigue cambiando, en el grupo somos muchas personas y cada uno va pasando por momentos distintos e incluso juntos nos vamos modificando. La verdad es que ese nirvana se ha visto en situaciones de conflicto varias veces y todo este último tiempo nos ha costado un montón estar en sincronía y sintonía. Es realmente difícil relacionarse con el deseo, creo que eso lo resume todo. Ayer ensayamos y todo fue un diez. Hay veces que nos encontramos en ese centro y la música es una bomba.
-En la ficha técnica de Emiliano (2015), único disco de ustedes, se puede leer lo siguiente: “Esta compilación de canciones vivas es un retrato del frenesí, con aciertos y con errores”. ¿Por qué, siendo una banda profesional, se arriesgan a mostrar alguna interpretación errónea?
-Es lo que hay, lo que somos. El otro día vi una entrevista a Lux Raptor donde lo explicaba: "Lo que yo hago es esto, si te gusta, bien, y si no, no”. Lo entendí como que es así, puede pasar que haya errores hasta en los aciertos. También puede ser un error querer agradar a toda cosat. Nosotros tocamos de esta forma, lo que más nos gusta es vibrar lo más en sincronía posible con el momento y, obviamente, con la gente que nos ve. Pero, para eso hace falta que todos nos abramos un montón.
-Y en lo que respecta a lo profesional…
-Sobre eso puedo decirte que ninguno de nosotros trabaja de Cosmo, o sea, que lo hacemos por otra cosa, creo que es nuestro aporte al mundo, para hacer un contrapeso "ying yangnesco". Nosotros entregamos el corazón y decimos somos esto, mientras en otro lugar del universo una persona es mezquina con sus sentimientos. Allí él, acá nosotros.
-Luego del festival en Niceto, ¿qué les depara el calendario?
-Luego nos vamos a poner a ensayar los temas nuevos para meternos a grabar el próximo disco, el cual seguramente registremos en Matarex y vamos a hacer todo lo posible para que este listo antes de mitad de año. Ojalá.
*Jueves 18 en el Festival Los Superamigos, en Niceto Club, Avenida Coronel Niceto Vega 5510. A las 20.