Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Emanero

"Cada uno de mis discos se diferencian por el mensaje"

Cronista: Lucas González | Fotos: Gentileza prensa

12 de Diciembre, 2015

"Cada uno de mis discos se diferencian por el mensaje"

Con un álbum afiladísimo, Tres, el MC se prepara para despedir un año intenso. Cómo se gestó el material y su perspectiva sobre el hip hop local son alguno de las cuestiones que aborda en diálogo con El Bondi.

Es joven, apenas pisa los 28 años. Hace tiempo que su nombre viene ganando volumen. Canta, toma aire y vuelve a cantar. El hip hop es su idioma, su lengua. “La escena está en crecimiento, empujando desde todas sus aristas”, dice Emanero, referente actual del rap argento. Y con la claridad que caracteriza a sus letras, añade: “Hoy no hace falta que (Rolando) Graña haga un informe sobre lo que es el freestyle. Eso es para doña Rosa, que se lo venden como una nueva tribu. No hay que subestimar a los pibes.” También reconoce que los medios juegan un papel fundamental en la estigmatización. “Sigue habiendo una insistencia por mostrar al género como algo nuevo y extranjero”, argumenta.

Su más reciente disco, Tres, además de poseer bases afables, lo presenta maduro y crítico desde la composición. En “Sr. y Sra. Fama”, por ejemplo, el MC despotrica contra las bondades de la tevé basura y sus personajes. “Si bien es un guante que le puede calzar a cualquiera, todo nació por Ricardo Fort –comenta-. Cuando apareció me resultó increíble, le dieron tanta manija que terminó siendo una caricatura de él mismo”. Sin embargo, en el álbum hay espacio para la introspección, como en “¿Cuándo, dónde y quién?”. “Ahí hablo de mi vida y de lo que sucede en el escenario. Me permito jugar", manifiesta el raper. 

-¿Cuan diferente puede resultar el ensayo de una banda típica de rock a una de hip hop?

-Pasa por el aporte que hacen los músicos sobre las pistas que están grabadas para el disco, y no tanto por la construcción. Desde el 2009 tengo una banda estable, así que pasé de ensayar solo en mi casa a una sala con mis compañeros.

-Entonces, por lo que decís, parece que es imposible prescindir de las maquinas para tocar.

-Sí, lo es. A menos que busques otra cosa, como hacer un acústico total, de esa manera cambias el sonido. Si queres hacer un show y representar el disco lo mejor posible es muy difícil no utilizar las maquinas. En vivo tenemos una computadora que tiene un multipista con una línea de tiempo con cada canción. Las pistas son el alma del hip hop.

-Señalaste en una entrevista que uno de los motivos para formar la banda fue la de “humanizar el sonido”. ¿Cómo nació ese concepto?

-Mi idea era experimentar. Empecé muy de a poco, con bajo y guitarra. Después probé sólo con batería. Después guitarra, bajo y batería. Y ahora tengo batería, guitarra y teclado. El bajo sale grabado. Quise buscar algo nuevo, hacer crecer el escenario. Mi banda es un intermedio, porque no soy un solista con cesionistas desconocidos ni un grupo que está completamente al frente. Es una amalgama. Desde el principio me gustó lo que se genera, la improvisación, las miradas y poder jugar con ellos. Que seamos amigos es muy importante.

-La situación que planteas parece atípica, ya que la figura del MC suele caracterizarse por la soledad y el egocentrismo.

-En su momento fue todo un reto. Dentro del género fue raro, lo tuvimos que pensar mucho. Llegó el día –alrededor del 2009- que debía profesionalizarme, tanto en lo que respecta a la discográfica como a la productora. Hubo que plantearlas cuestiones que hacen a la salida de un disco, como las notas o las presentaciones. ¿Qué hacer? ¿Voy yo solo o acompañado? Si yo no puedo, ¿quién iría? Era difícil, ya que las ideas, las canciones y la preproducción la sigo haciendo yo solo en mi cuarto. Así trabajo desde que tengo 14 años, desde que compuse el primer tema. Entonces, después de pensarlo, nos dimos cuenta de que los músicos tienen su espacio en el escenario, donde pueden mostrar su aporte al proyecto. Ese sería su lugar. 

-El trabajo que estás presentando tiene la particularidad de que planteaste cada canción como un disco. ¿Cómo surge esa idea?

-Cuando grabas un disco de rock, o de cualquier otro género que no sea pop ni electrónica, tenes los mismos músicos, las mismas guitarras, los mismos pedales, la misma batería y a lo sumo cambiaras alguna cosita. Entonces, tiende a tener una coherencia sonora. Si sos fanático de Los Redondos y escuchas un tema podes saber de qué época es, porque reconoces el sonido. Eso fue siempre así. En el caso del hip hop, que nació en las calles, un rapero cuando graba un álbum tiene muchos sonidos en sus canciones. De repente, quiere hacer algo más pesado, con mucha guitarra y que la batería sea más acústica. Ahí vas a tener un sonido. En el siguiente usa un sampleo de soul, bien de los ‘70. Y ahí tenes dos temas que no van a sonar ni parecido. Entonces, me di cuenta que había una grieta y decidí meterme. Algo que puede parecer una complicación la utilicé como un beneficio. Además, hay una línea que une todo, que en su momento no reconocí, y que no pasa por algo sonoro sino por un mensaje que atraviesa el disco. Con el tiempo alguien puede evolucionar o involucionar, épocas en las que te pones un poco boludo y tus letras también, y otras en las que te están pegando un montón de cosas y estás muy analítico. Eso es lo que diferencia a cada uno de mis discos.

-Siendo la primera vez que abordas un disco de esta manera, ¿quedaste conforme con el resultado?

-Sí, completamente. Tuve la suerte de trabajar con técnicos que entendieron esto y que le pudieron dar el sonido final para que esté parejo. Fue un desafío que, hasta no tener el master, no supe el resultado.

-Por lo tanto, ¿se puede decir que Tres es tu disco más creativo?

-En realidad, tuve más claro lo que quería hacer, entonces no me permití ponerme tan creativo. Fue más efectivo y directo. En cambio, en Arjé (2009) jugué un poco más. Por ejemplo, para “Brindo” agarré un sample –la cortina de Mirtha Legrand-, le metí ritmo y una letra que me gustaba, pero quedó en una idea creativa y nada más, por no saber lo que quería. Hoy me cuesta interpretarla en vivo.

-¿Cuál es tu relación con la crítica? Tanto en tu cuenta de Facebook como en YouTube se pueden leer respuestas tuyas a diversos comentarios negativos.

-Lo hago cuando la respuesta puede ser divertida, o para marcar un ejemplo. Es cierto que en años anteriores me enojaba un poco más. Lo que me molestaba es que alguien te defenestre, sin tener en cuenta el tiempo que pasas trabajando en un tema o en un video. O también cuando me corregían una la letra, como en “Más tenemos, más queremos”, de Arjé, cuando habla del sol, la luna y la estrella. Es una canción que caricaturiza. Ya sé que el sol no se quiere convertir en luna, sé que no piensa, es obvio. Entiendan que es una metáfora. Me rompe las pelotas cuando, con cierto altanerismo, se ponen a corregirte científicamente algo que es metafórico. Antes me enojaba mucho y contestaba muy serio, queriendo que cierren el orto, y ahora trato de hacerlo con más ironía, aunque también tiene que ver con una cuestión de seguridad personal.



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