"Valoramos a los que respetan su dirección creativa a rajatabla"

-¿Cómo fue el proceso de formación del grupo?

-Fue bastante rápido y casi de casualidad. Grabé unas canciones en mí estudio tocando todos los instrumentos, programando las baterías y lo lancé, en 2012, en forma de un EP y bajo el título de El regreso de los vivos. Fue así, de manera independiente y sin banda. El grupo se formó unas semanas después de que les haya alcanzado ese material a diversos colegas (algunos ya eran compañeros de ruta, otros no tanto) para ver quién se copaba en encarar un proyecto artístico con esas canciones. Por suerte, apareció la gente adecuada (Diego Liebeskind en bajo, Maxi Escobar en guitarra, Hernán Carrique en percusión y Santiago Escobar en batería), y a medida que pasaban los ensayos la química crecía. Nos propusimos ensayar los temas y salir a tocar por todos lados, y funcionó muy bien.  

-¿Cuánto de Respetar el plan fue creado previo a la banda, y cuánto luego de consolidar la formación? 
 
-La mayoría del disco se creó con la participación del grupo. Quizás, algún riff, un arreglo o un pasaje haya sido reciclado de maquetas anteriores, pero no mucho más que eso. Siempre era el mismo método: les grababa el demo de la canción a los chicos, ellos la trabajaban y en la sala empastábamos todo. Las únicas dos composiciones que vienen de cajones distintos son “Ecuación 17” y “Comisario Dinosaurio”, que provienen de una serie de grabaciones electrónicas experimentales en las que utilicé sonidos y baterías sampleadas que saqué de otros temas o programé yo mismo (en el 2013 editamos un EP de ese estilo, Problemas de matemática, en el cual los nombres son “Ecuación 1”, “Ecuación 2”, “Ecuación 3”, etc.). En cuanto a la composición de este disco, en particular, soy de la escuela de  condimentar los temas con musicalidad un poco más elaborada que la que se suele escuchar hoy en día en las radios. No utilizamos tantos acordes naturales o intervalos comunes, sino que apelamos a alteraciones, sostenidos, o beats que nos plantean el desafío de llegar tanto al oyente más obtuso como al del oído más entrenado.

-En lo que respecta a la grabación, ¿cómo lo describirían?

-Lo trabajamos en distintos estudios. Las bases de batería, bajo, guitarra y voz se grabaron con la banda tocando en vivo en Electric Chesterland (allí también fue mezclado por el ingeniero Ignacio Rezzano), y luego hicimos una pequeña jornada en Estudio Acapulco. Luego, para los arreglos o vestir las canciones hubo mucha improvisación. A los chicos les hice grabar varias tomas, pero la recompensa es lo que importa. Cuando escuchábamos y editábamos se armaban cosas muy interesantes. Todas esas tomas u overdubs fueron gestadas en mi estudio, el Inca Records. En cuanto al mastering, decidimos enviarlo a Estados Unidos, para lo que los trabaje el ingeniero Steve Corrao, de Sage Mastering, estudio de masterización analógica en Nashville. 

-Además del álbum, también publicaron el primer vídeo de éste, "Quiero todo".

-No somos muy fanáticos de hacerlos, ya que realizarlos de manera profesional implica muchas tomas y mucho trabajo que lleva su tiempo y no se puede hacer así nomás. Por suerte, para “Quiero todo” dimos con la gente adecuada. El director, Martín Caplan, y su equipo hicieron que todo fuese una gran experiencia. Filmamos algunas tomas en la Universidad de Avellaneda, otras en mi casa y también en un campo de Escobar. Las jornadas fueron muy divertidas pero a su vez intensas.

 -¿Cuáles son los próximos pasos del grupo a partir de la publicación de Respetar el plan? 

-Vamos a tocar el disco en la mayor cantidad posible de lugares. A fin de año tenemos shows en el sur del conurbano (Adrogué, Quilmes), el norte (Escobar, Campana), el oeste (Morón) y también en Capital Federal. Eventualmente, la idea es hacer una presentación oficial en algún lugar importante del circuito rockero, pero eso recién será para el año que viene. Sorprendentemente, estamos recibiendo muy buenas críticas del disco y eso nos empuja hacia adelante y nos motiva a seguir laburando para crecer como banda. Además, tenemos el videoclip rotando por canales de música, nos llaman para notas en medios gráficos, diarios, portales, y los amigos y colegas están siempre apoyándonos como debe ser. El arte no es una competencia y nosotros valoramos mucho a los que lo ejercen (ya sea de la música, la pintura, el cine, el teatro, etc.), que respetan su dirección creativa a rajatabla y el plan de sentir y dar placer a través de la expresión artística. O sea, respetar el plan a costa de todo.