Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
Seguinos en
Banner

La Joven Guarrior

"Para el arte la política debe ser un objeto más del discurso estético"

Cronista: Lucas González | Fotos: Gentileza: Prensa

29 de Octubre, 2015

"Para el arte la política debe ser un objeto más del discurso estético"

Antes de presentarse en el Caras y Caretas, El Pastor, cantante del grupo, pasó por El Bondi y dejó en claro su postura y la de sus compañeros con respecto a la realidad polîtica, social y artistica.

No utilizamos pseudónimos, interpretamos personajes”, advierte Gonzalo Gamallo (o El Pastor), cantante y fundador –en el 2008- de la orquesta La Joven Guarrior. Y reconoce: “Somos una experiencia dramática, siempre. En eso trabajamos”. Además, anticipa que ya están trabajando en el sucesor de Las Invasiones Inglesas (2013). “Queremos llegar al disco con canciones nuevas que prácticamente no hayamos tocado en vivo. Hay también una necesidad de refrescar la paleta tímbrica. Pero no sabemos mucho porque todo está en el éter aún.”

-¿Por qué prescinden de los instrumentos eléctricos?

-Por boludos. El proyecto, en sus comienzos, tenía un enfoque más intimista. Nunca pensábamos que terminaríamos tocando para mucha gente. Queríamos encontrar una expresión que sea nacional, profunda y también divertida. En ese momento, teníamos las pelotas por el piso del rock nacional, deseábamos crear algo autentico. Además, cuando sucede lo de Cromañón, los rockeros pasamos a ser unos polizontes del tren de la Ciudad Liberal (sic) asustada. Cuando me hablan de los feudos de Formosa o San Juan, me cago de risa. Acá nos gobierna un gerente de marketing que se subió a la ola de tristeza que nos generó a todos esa noche fatídica.  

-Sin embargo, al igual que los tiempos, ustedes también cambian.

-Así es, ahora nos estamos animando con la viola eléctrica. Es un instrumento noble y honesto, que además lo usa Keith Richards, el más grande de todos los ingleses. Dada las circunstancias –que nos llevan a tocar más fuerte-, estamos pensando seriamente en pedir un subsidio y comprar pedaleras y esos aparatos que afinan a los cantantes, que dan la impresión de que está estudiando canto. Volviendo a la instrumentación, fue una decisión estética. Aunque no muy razonable, como la dolarización de la economía: pudo ser una buena solución frente a la hiperinflación pero terminó siendo muy perjudicial. Hoy estamos a favor de un progresivo límite entre lo acústico y lo eléctrico. Sin embargo, tenemos nuestra fila de vientos, un privilegio de orquestación polifónica que nos tira siempre hacia los milagros del empaste y la acústica sagrada.

-Asimismo, cuando publicaron Las Invasiones, manifestaste que la banda encontró un equilibrio entre el costado “lumpen, gracioso y pelotudo” con el otro, “el oscuro y crudo”. ¿Cómo lo consiguieron?

-Haciendo shows, viajando, tocando para nuestro y otro público, hecho que nos motiva y nos exige aún más. Hay algo de la experiencia de nuestra banda que tiene que ver con la comunicación en vivo, con lo que va y viene del escenario a la platea. Eso nos llevó a  encontrar un discurso (en constante construcción) que sólo es lógico para nosotros, que va del teatro a la música y de la música fuerte a la música suave. Es una suerte de realidad paralela.

-También declaraste que la banda nació como una propuesta folklórica, a raíz de cierto agobio tuyo por el rock nacional. ¿Se puedo seguir considerando al grupo dentro de un único género, o, por el contrario, ya les quedó chico?

-Las cosas cambian y  las personas también. Sería un bajón que no sea así. La Joven Guarrior cambia todo el tiempo, es como la alternancia boba de la democracia de la que tanto se habla en estos días. Fuimos creciendo en la cantidad de integrantes, lo que nos aporta la versatilidad de encarar distintos géneros con relativa soltura, más bien con respeto diría. Esa experiencia es sumamente transformadora para el proyecto. Hoy nos sentimos una banda de rock y mañana tal vez nos sintamos como una banda de pájaros y al final, Dios mediante, podamos sentirnos otra vez una orquesta de música popular.  Es nuestro primer sueño.

-No obstante, siendo decena de músico (y a veces más), ¿cómo se distribuyen la tarea compositiva?

-Realmente nos da placer trabajar juntos. Nuestros valores autogestivos y cooperativistas están fundados también en nuestra amistad y en la facilidad con la que congeniamos para hacer canciones. Lo más complejo para gente como nosotros es el costado organizativo, y hacer todo lo que conlleva la independencia: ser tu manager, tu plomo, tu psicólogo social, tu militante. Es como Gran Hermano, pero al revés: ahí te encierran para ver cómo complotas, pero acá lo haces por motus propio.

-¿Cambió la dinámica desde el origen a La Invasiones?

-Hubo una expansión del imaginario, gracias a que se van sumando plumas al cancionero de la Guarrior. Esperamos seguir sumando autores.

-Afirmaron que los títulos sus discos –el catalogo se completa con La Conquista del Desierto, del 2010, y Semana Santa, del 2008- tienen que ver con un revisionismo histórico. ¿Por qué adoptaron esta postura?

-El arte habla del mundo. De un mundo íntimo, un mundo social, de un mundo romántico, de una piba, de tu piba, de tu hijo, del presidente, de los colores y los pétalos de las rosas. El arte también, en ocasiones, habla del arte. Para el arte la política debe ser un objeto más del discurso estético, es un elemento que los artistas tenemos que poner en composición con el resto de los elementos técnicos que hacen a la obra, si nos da la gana.  No podemos caer en reduccionismos, en panfleteos ni en discursos moralistas. Para aquello está la publicidad, los periodistas y todos esos burócratas que viven de hacerte creer que el mundo es una mierda porque los humanos somos unos pelotudos.

-Para un eventual cuarto álbum, ¿seguirán con la temática?

-El sábado te hubiera dicho claramente que la trilogía estaba concluida. Que la batalla cultural estaba librada y que teníamos buenas perspectivas de dejar de evocar, como quien aprieta un grano que ya se fue, simplemente para dejar la marca en el rostro. Que ya no hace falta recordar, desde nuestro lugar, aquellos interesantes y rimbombante titulares de la derecha. ¿Hay algo más poético que conquistar un desierto? ¿Es posible imaginarnos sin las invasiones inglesas? ¿Qué es lo peor de semana santa? ¿Qué no se puede comer carne o que es el momento en el que Cristo resucita y te firma un pelpa para programar abogados, jueces y periodistas? Ahora Macri está tan bien parado (N de la R: la nota transcurrió luego de las elecciones del 25 de octubre), quizás sea más marketinero decir que vamos a sacar un disco que se llame El problema no son los fachos, date cuenta que son los liberales. De todos modos, ¿qué sentido tiene saber el porqué Fleetwood Mac le puso Rumors a ese maravilloso disco del 77? Capaz que la respuesta es una boludez bárbara.

-¿Cómo se preparan para la fecha en el Cara y Caretas?

-Será una suerte de bienal de arte posmoderno, donde repasaremos nuestro repertorio e inclusive tocaremos temas nuevos. Además, estará toda la parafernalia Guarrior para recibir las nuevas expresiones que se quedaron afuera del arteBA en La Rural, donde, después de tantas vacas, no hubo más lugar para la grasa.

-Definen que cada uno de sus shows es único y con sus propias temáticas. Para la que se avecina, la denominaron como La Vanguarrior. ¿Cómo la descriarían?

- En esta ocasión proyectaremos un poco de cine de vanguardia, habrá música electrónica en vivo y un grupo de danza performática. Es un concierto y un poco más. Es como dos conciertos que suenan a la vez, uno en tu cabeza y uno en la coca. Es nuestro primer teatro y tenemos enormes e inmensas expectativas.

 

 *Jueves 29 en el Teatro Caras y Caretas 2037, Sarmiento 2037. A 21.

 

 

TODAS LAS FOTOS