Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
Seguinos en
Banner

Mateo Moreno

"Este disco me pedía que no fuera como los otros"

Cronista: | Fotos: Gentileza: Prensa

31 de Octubre, 2015

"Este disco me pedía que no fuera como los otros"

El bajista se pone a prueba en su tercer trabajo, Meridiano, en el que además recuerda a su amigo y ex compañero en NTVG Marcel Curuchet.

El uruguayo Mateo Moreno cuenta con un extenso, nutrido y atractivo curriculum. Fue uno de los fundadores, junto a Emiliano Brancciari de No Te Va Gustar, banda de la que se alejó en el 2006. Dos años después,daría por iniciada su carrera solista con el disco Auto. Luego, en 2010, vendría el sucesor Calma. No obstante, lo que hoy concentra la atención del bajista es lal salida de Meridiano, una obra por demás ambiciosa, donde el compositor se puso a prueba y jugó con los límites de su imaginación.

-En una entrevista reciente, afirmasteque los instrumentos del nuevo álbum fueron grabados todos juntos, ya que preferís evitar el trabajo “piramidal”. De esta manera, declaraste, se logró otro tipo de energía.

-Hay discos y discos. A la hora de producir tengo claro que no existe “el” método, sino que hay muchas posibilidades, y ese es el primer escalón para que la producción se la correcta. El hecho de no grabarlo piramidalmente fue una necesidad, el disco me lo pidió. La intención fue registrar otras cosas, a parte de la música, como el momento, la energía, la onda o la empatía. Además, queda más natural y orgánico

-¿Cómo se logra transmitir esa experiencia al oyente?

-No hay misterio, la gente lo capta, lo escucha. Se percibe. Hay miles de teorías sobreel tema. Ante todo, al grabar se genera un sonido y éste se transforma en señales eléctricas al ser tomado por los diferentes micrófonos. Luego, esas señales viajan juntas a la computadora. Anteriormente, pasan y son traducidas por un conversor análogo-digital, dondese transforman al lenguaje binario. Suponer que en el estudio no suceden cosas, es como asumir que no existe vida extraterrestre porque aun no la hemos visto.

-En este disco, a diferencia de otros, compusiste primero las letras y luego las melodías. ¿Con qué intencionalidad surgió está idea?

-La cuestiónera buscar nuevos resultados artísticos. Creo que salieron composiciones diferentes y llegué a lugares a los cuales nunca había alcanzado.

-Uno de los tantos atractivos que tiene el álbum es la cantidad de invitados.

-Es que las canciones te hablan y piden. Y ahí es cuando, sacando mi faceta de productor, interpreto, escucho y aporto. Por ejemplo en “Maya”, siempre imaginé a Rubén Rada. Así fue con todos los invitados, la música los llamó.

-Declaraste que “1000 velas”, canción dedicada Marcel Curuchet (ex compañero en NTVG) y en la que también participa Emiliano Brancciari, te permitió hacer, finalmente, una despedida real. ¿Por qué consideras que hasta ahora no lo habías logrado?

-Porque es difícil, y más si tenes en cuenta que es alguien contemporáneo (N de la R: Curuchet falleció en el 2012). Resulta innatural y no lo pude aceptar ni superar por mucho tiempo. Esta grabación sirvió como el comienzo de un cierre.

-Asimismo, le cediste los derechos de la composición a Renzo, hijo de Curuchet.

-De estar en su lugar, me hubiese gustado que hicieran lo mismo. Ademas, sirve para mantener su recuerdo, ayudar económicamente a Renzo, mandarle un mensaje de amistad, curarme y aceptar, particularmente, su partida.

-También le dedicas “Vitiligio anhelo” a tu enfermedad. Una vez plasmada en la canción, ¿cambió la manera de asumirla?

-Es una analogía, la tomé como lo que es, una enfermedad auto-inmune. De alguna manera me la estoy provocando. Nunca me molestó mi vitíligo, solo lo utilice como otra alegoría más, ya que convivo con él. El tema dice: “Mi piel es el lienzo de un artista sin control”, y lo vivo un poco así. Van apareciendo y desapareciendo manchas en mi cuerpo de una forma tan loca que parecen hechas por un pintor que va probando.

-En tu discurso se encuentra regularmente el término “dualidad”. ¿Cómo lo definirías?

-Es el sufrir y disfrutar permanente de la vida. Lo que querés hacer y lo que podés; la razón y cotidianidad; el espíritu y lo invisible; lo tangible y lo visible. Esa dualidad me hace ser un artista, o intentarlo.

-Otras recurrentes son la existencia y la felicidad. Cuestiones existenciales y filosóficas. ¿Cuánto de esto último está presente en tu cotidianidad?

-Leo filosofía y libros antiguos. Me encanta el budismo, el antiguo Egipto, los griegos, la astronomía. Soy muy curioso. El humano, en el transcurso de los siglos, ha perdido sabiduría, aunque la está recuperando de a poco.

-Sentenciaste que Meridiano fue uno de los discos más dolorosos que hiciste. ¿A qué se debió?

-Todo está en las letras. De alguna u otra manera me afectan, para bien o para mal. El enfoque va cambiando de acuerdo a la composición y a lo que cuenten.

 

*Sábado 31 en La Trastienda, Balcarse 460. A las 20. Y el domingo 1 de noviembre en Hispano Artebar, Avenida 51 esquina 4 (La Plata). A las 20.

Txt: Christian Peremartí







TODAS LAS FOTOS