"Estamos grandes para equivocarnos"

Son tres y hacen canciones, así se definen. Su escuela es el rock sónico y Gustavo Cerati su referente. El nombre remite a una vieja empresa estatal, pero de antiguos no tienen nada. Segba es un trío que genera energía, de la vital, y la transmite a través del parlante. Son la causa y el efecto. Muestra de ello es En otro camino, su cuarto disco, en el que la guitarra, actor hasta ahora relegado, ocupa un lugar preponderante. “Llegó un momento en el que los riffs me pedían salir. Y sucedió”, le dice Leonardo Acevedo, cantante, guitarrista y principal compositor del grupo, a El Bondi.

Según Leo, el nuevo álbum tiene una cadencia zeppeliana, idea que ratifican canciones como “Distancia Horizonte Destino” o “Mucho tiempo atrás”. “El hecho de que suene diferente fue deliberado”, suma. Sin embargo, lejos de ser una obra rupturista, el cantante tiene en claro que es un lapso en la discografía. “Sabemos que el próximo álbum no tendrá mucho que ver con el que acabamos de publicar”. El estilo cancionero está más que arraigado en su ADN.

Asimismo, Acevedo considera que la trayectoria de Segba no es la tradicional, ya que su primer LP, Canciones que no suena en la radio, nació cuando el grupo rozaba la década de vida. “Comenzamos a grabarlo en el 2008 y lo terminamos en el 2011”, recuerda y agrega que “nos agarró grandes y maduros, con un sonido ya definido”. 

Las composiciones son otras de las particularidades que incluye En otro camino, debido a que no son rezagadas de discos anteriores ni rescatadas de un archivador, es decir, son todas nuevas. A eso, hay que sumarle que son breves, de escasas líneas y que ganan fuerza por medio de la repetición. Sobre esto, el músico concierna que a partir del segundo disco, Mañana ya es tarde (2012), decidió no anotar más las letras. “Las canto mientras las voy componiendo y lo que queda es lo que recuerdo. Por eso me esfuerzo por memorizarlas”, dice. Además, remarca que sus escritos no tienen un valor literario, que están lejos de ser un slogan, y que sin música no funcionan. “No están pensadas para ser leídas sino para ser escuchadas”,  agrega.

-¿Sos muy autocritico con tu obra?
-Sí, me ha pasado de encontrar cosas viejas y estar inconforme. Cuando eso sucede, dejan de sonar en vivo. Yo soy uno de los principales detractores de Segba, me doy con un caño a la hora de analizar las composiciones, no así la ejecución, ya que los chicos son la mejor base rítmica con la que toqué.

-Mencionaste la palabra ‘maduro’ para definir un momento del grupo. ¿Para qué están grandes como banda?
-Estamos grandes para ser un grupo nuevo, considerarnos así sería un error. También lo estamos para equivocarnos, no podemos permitirnos sacar un disco con errores o con canciones que no nos representen, que sean de relleno. Por ejemplo, ahora no podríamos publicar un trabajo de low-fi indie desafinado, ya somos grandes. Eso no significa que hagamos música para viejos. Quiero creer que no sonamos así. Nuestras aspiraciones pasan por seguir tocando. Tengo amigos que me preguntan si sigo o no con la banda, y la respuesta es siempre la misma: ¡Sí, yo soy músico! ¿Qué tendría que hacer? ¿Trabajar, engordar y quedarme pelado? La idea nunca fue tocar en River. Entonces, cuando tenes en claro eso, las aspiraciones pasan por otro lado.

-Me agarro de lo que dijiste en otra entrevista sobre el tiempo, que suele ser una preocupación constante en tu vida, y lo relaciono con la discografía de Segba, ya que desde el 2011 publicaron cuatro discos. ¿Qué te sucede con esta cuestión?
-El tiempo siempre es poco. Las canciones hay que hacerlas lo antes posible, y en lo posible ahora, porque uno nunca sabe qué puede suceder.

* Segba se presenta el sábado 25 de julio en el Auditorio Caras y Caretas, Venezuela 330. A las 21 (puntual) con Señorita Carolina.