"La banalización cultural fragmentó al público de rock"

Hablar de Bigger es hacer referencia a una de las bandas independientes con mayor proyección en estos últimos años. Desde hace tres –en coincidencia con la salida de Humano, su anterior disco- mantienen una formación estable como cuarteto: Luciano Villacé en voz y guitarra; Oliver Knox en guitarra; Manuel Fernández en batería y Pablo Inda en bajo. Este último es quien, en dialogo con El Bondi, comenta cómo fue el trabajo de Contraviento, el primer álbum que hicieron con el grupo consolidado. Lo importante, señala, era hacer buenas canciones, “a partir de ahí orquestar y componer sin cerrarnos a género ni estilos”.

-Mencionaron hace poco que, a partir de la cristalización del disco, termina un momento de la banda y arranca otro. ¿Qué dejan de lado y que se proponen para lo que viene?
-El disco es un momento y la música es movimiento en el tiempo. Somos inquietos, nos gusta hacer cosas y generar. Pero hoy queremos disfrutar de Contraviento, ya que se compuso y grabo muy rápido, de manera que todavía le sentimos gusto a nuevo, aunque sabemos que en unos meses van a ir apareciendo nuevas intenciones, materiales.

-Señalaron que el fuerte de las canciones de Humano era el mensaje, su claridad. Y de Contraviento, ¿qué pueden decir?
-Este disco sigue siendo frontal y tiene cierta crudeza como motor. Las letras no tienen una metáfora muy criptica, pero igualmente le dimos una vuelta de tuerca más. Es verdad que es un poco más oscuro en las temáticas.

-Si bien afirmaron que, gracias al fácil acceso a la música, hoy es difícil definir un género, que es todo más eclético, ¿son capaces de poner en palabras lo que ustedes hacen?
-Nuestras intenciones es hacer buenas canciones, que afecten, que conmuevan, que vayan por diferentes texturas y sensaciones. A la hora de querer generar esos sentimientos recurrimos al amplio espectro musical que poseemos cada uno. Somos parte de la nueva generación, donde más allá de la influencia internacional, hay lirica, hay formas de cantar y de tocar, que tienen algo de esa argentinidad.

-Humano era una suerte de crítica positiva hacia la sociedad actual. ¿Qué representa Contraviento en ese aspecto?
-La crítica a la sociedad se mantiene, a veces más directamente y en otras no. Pero también hay algunas más personales y existenciales. De alguna manera, por ello el disco se llamo Contraviento, la idea es esa positividad de querer-ser, mas allá de todo, se va contra la adversidad a contraviento.

-Reflexionaron que uno de los tantos dilemas por lo que una banda debe atravesar es la atomización del público. ¿Cómo se hace para sobresalir en un mercado tan sobrepoblado, siendo independientes?
-No hay una fórmula para sobresalir, no hay reglas claras en esto, ni tampoco condiciones de igualdad para quienes estamos tratando de hacer música. Una de las ideas fundacionales que tuvimos fue que debíamos tocar en todos lados, todo el tiempo. Fue y es un trabajo arduo, pero al no haber condiciones que amparen el trabajo del músico, uno tiene que recurrir a entregar todo lo que se es por la banda. Y así pasaron tres años, y nosotros notamos el crecimiento, en los medios, en cada ciudad del país a la que fuimos. Contraviento es un testimonio de ese modus operandi, que nos lleva por primera vez a La Trastienda. Repito, no hay una receta para esto. Seguramente, sería más ameno si hubiese una legislación que acerque a las tantas bandas buenas con el gran público de rock, que lo hay, y que se lo ha fragmentado mediante una banalización cultural.

-En referencia a lo anterior, ¿creen que las competencias en las que se enfrentan bandas sirven para legitimar un trabajo?
-Creo que las competencias son motivadas por cuestiones mediáticas, o por problemas personales de los músicos, pero no porque sea algo del rock. Hoy día vivimos el rock haciendo amistades con todos los que recorremos este camino, aprendiendo del otro, ayudándonos en todas. Las bandas que compiten, lo hacen o de aburridas o de cómodas o de ambas. Pero si hablamos de competencias con votaciones, creo que el resultado de esas cosas no representa nada en concreto. Es muy manipulable, depende del enganche en los medios.

Fotografía: Gentileza de Prensa/ Agostina Gundin 

Bigger se presenta este sábado 18/7 en La Trastienda, Balcarce 460 (CABA).