Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
Seguinos en
Banner

Sergio Dawi

"Los Redondos fue un trabajo hecho a corazón y con mucha conciencia"

Cronista: Sergio Visciglia - Ariel Andreoli | Fotos: Redaccion El Bondi

02 de Junio, 2015

"Los Redondos fue un trabajo hecho a corazón y con mucha conciencia"

Con el pretexto de hablar sobre la fecha de este viernes 5 de junio en el Teatro Siranush, de SemiDawi, el proyecto artístico que comparte con Semilla Buccarelli. entrevistamos a Sergio Dawi, el ex saxofonista de la mítica banda platense, que además de dejar en claro su amor al arte, dejó las mejores conclusiones personales sobre la influencia ricotera en estas tierras.

Las calles de Almagro guardan en su interior, a uno de los hombres que le dio vientos, vida y color a una de las bandas más importantes del Rock Nacional. La sala de Sergio Dawi y la presencia del perro fiel, compañero de toda la entrevista, le daban un marco especial a esa tarde de un viernes de mayo.

-¿Cómo nació la idea de hacer algo juntos?
-Con Semilla (Buccarelli) hace muchos años que estamos juntos dentro de un mundo de cosas. En lo estrictamente musical, nuestra complicidad nació en Los Redondos, pero dentro de la banda siempre había un espacio para hacer lo que la mente de cada uno necesitaba. Así fue que en paralelo, surgió la idea de cruzarnos en distintos proyectos dónde él también demostrase su faceta de artista plástico y dibujante. No por nada cuando tenía la agrupación DosSaxos2 (junto a Damian Nisenson), donde hacíamos música escénica, Semilla participó haciendo parte de las escenografías, y dio sus primeros pasos haciendo esta técnica que hoy tenemos, donde el dibuja lo que siente en su tableta digital mientras yo voy tocando. Lo que hace se proyecta, y se le muestra a la gente su arte en tiempo real.

-Si bien hablas de una conexión desde la época de Patricio Rey y Sus Redonditos de Ricota, ¿creés que hubo algo más que los motivo a crear el proyecto SemiDawi?
-Por su supuesto. Hubo otros procesos de experimentación que derivaron en este trabajo juntos: desde las presentaciones en la fábrica recuperada IMPA, hasta las primeras exposiciones de sus trabajos, en donde yo me presentaba para acompañar las muestras. Pero hubo una, hace unos cuatro años en el Centro Cultural Islas Malvinas, dónde me llamó para hacer lo que hoy hacemos a dúo, y nos dimos cuenta que había muchas cosas para seguir realizando, siempre haciendo escala en este lenguaje artístico que compartíamos. Ahí es el nacimiento de SemiDawi. Después de esa función, nos propusimos darle un buen formato a la idea, y con las distintas metas que teníamos,  realizar cosas diferentes. En esas charlas salió la idea de los “Cuadros Sonoros”, en vez de canciones, son cuadros en donde o el oficia de musa inspiradora mía, es decir, que dibuja y yo voy musicalizando sus pinturas, o en viceversa, él va imaginando y poniéndole color a lo que voy tocando.

-Y ese ida y vuelta artístico, ¿cómo se prepara?
-Hay improvisación en los cuadros sonoros. Tienen la misma duración que un tema, por eso hacemos 14 o 15 por presentación.  De todas maneras, para nosotros, cada cuadro es un mundo: sabemos donde empieza y donde termina, siempre teniendo en claro que en lo digital está lo característico del espectáculo. Por ejemplo, Semilla en un trazo puede hacer un abanico en una pantalla de8 metros, con colores virtuales, sumándose el saxo, que también sale por procesadores modernos, tales como rumbleras, multiefectos y samplers, generando una influencia directa sobre su arte. Hicimos un buen formato en algo que no es muy común, y pudimos comunicar algo que necesitábamos mostrar. Eso se debe a años de compartir la misma imaginaria. Después, lo que pasa con el público es algo bastante hipnótico: muchos se quedan enganchados en el trabajo de Semilla, tratando de ver cómo va armando los dibujos y/o los armados del escenario, intentando meterse dentro de su mente, tratando de idealizar cómo se le ocurren tantas situaciones artísticas. Otros, les sorprende que en mi performance yo no tenga partitura, y que toda salga cuando yo decida ponerme a jugar y me involucre en las canciones: tiene muy buena repercusión.

Volviendo a la parte artística, otro plato fuerte que utilizamos para reinventarnos, es la de llevar un invitado a las fechas. No es raro que en nuestros shows aparezcan Daniel Melingo, Miss Bolivia o Andrea Prodan. Ellos le dan otro carácter a la noche. Por otro lado, no sólo armamos pantallas de fondos y laterales, sino que también, yo utilizo un vestuario blanco, y entonces todo es pantalla, todo se transforma en un gran cubo blanco. Eso invita a la gente a disfrutar esa parte onírica del show, que proponemos siendo muy bueno soñadores.

-Ustedes estuvieron en un fenómeno gigante como fueron Los Redondos y supieron recorrer el país,  ¿cuál es la reacción de la gente viéndolos en este formato como dúo?
-Hay mucho cariño y una buena predisposición a esta novedad. Desde Jujuy hasta Neuquén, la gente nos demuestra todo su respeto. Cuando empezamos a girar, no pasamos un fin de semana que no estemos en una provincia distinta. Y como dije antes, la clave está en la improvisación, y cada noche es diferente. Por ejemplo, el año pasado nos presentábamos junto a bandas tributo. Si bien lo nuestro era mucho más tranqui e íbamos al principio, ya la gente empezaba a ponerse en cuero y a descontrolarse, porque claramente había algo que les pegaba en su interior. Realmente llegamos a una complicidad diferente con la gente. No es la misma reacción que cuando uno escucha una canción o letra que conoce, esto se logra desde… ¡Lo tienen que ver muchachos! (Risas).

-Antes hablaste de invitados, ¿hay material grabado de esas presentaciones?
-Sí. Casualmente tenemos pensado con Semilla, editar próximamente un DVD con distintas fechas, y que una sección se llame “Invitados”. Es muy diferente lo que hicimos con (Daniel) Melingo y sus clarinetes, a lo que cantamos y rapeamos con Miss Bolivia, o lo que hicimos con unos jujeños, dónde ellos hacían que venían del carnaval con sus típicas vestimentas y se conectaba con los nuestro. Además, nos gusta invitar a artistas relacionados con lo autóctono de cada lugar donde nos presentamos. Es por eso que cuando estamos en el interior involucramos lo nuestro con música tradicional, como por ejemplo, el folklore. Serán 1 o 2 temas por show, pero eso le da espacio a artistas nuevos a mostrarse y desenvolverse, y a nosotros, a conocer lo que están haciendo. Pero no sólo de ellos hay grabaciones: como nuestro trabajo es, como digo yo, muy “circense”, y podemos llevar el escenario, el proyector y toda la maquinaria en dos valijas, podemos hacer distintas performances, y en lugares pocos frecuentes. Por decir alguno, se me viene un recuerdo inolvidable de tocar en el Purmamarca, con los cerros de colores atrás: una escenografía totalmente distinta. Ahora, nos vamos a tocar a Mendoza, y queremos hacer algo así, pero en la nieve. Esto es un espacio de mucha libertad, porque no somos ni Rock, ni Pop, ni puf, ni paf: simplemente somos nosotros. Así como nos sorprende que esta locura sea bien recibida, también nos da más permiso para seguir probando cosas nuevas.

-Valorás mucho la improvisación en el espectáculo, pero ¿cómo es la organización, tanto arriba como abajo del escenario, con alguien como Semilla que vive en Córdoba, a 800 kilómetros?
-Toda nace de la cantidad de años que trabajamos juntos. Esa confianza que tenemos en el otro, es la que nos lleva a realizar cosas de riesgo sin miedo sobre las tablas, porque sabés que hay alguien atrás que va a poner una red, pase lo que pase. Eso se convierte en un condimento indispensable. Cuando lo sentimos necesario, nos juntamos, pero nunca a ensayar, sino a acumular ideas. Preferimos que todo salga depende como fue el día de cada uno. Quizás nos toca cerrar un show, donde uno se peleó caminando por la City, u otro tuvo una alegría que no esperaba. Es decir que la música sea influenciada por todas las variantes de la vida cotidiana.

-Tus performances en SemiDawi, ¿las ves influenciadas por tu labor en DosSaxos2? ¿Notás alguna diferencia?
-Con ese proyecto paralelo a Los Redondos arrancamos a mediados de los ’80, y encontré una manera de expresarme, y además de tomar esa sumatoria grupal que te nutre cuando hacés algo de a dos. En ese caso, nosotros hacíamos puestas casi teatrales, y hasta era difícil encasillarnos en algún lado.  En esa época, decíamos que era “música escenica”. Este proyecto también tiene parte de esa definición, y por eso le cabe tan bien un teatro. Aunque también podría quedar bien en un pabellón de una cárcel, en un hospital o en una escuela.

-Cumpliendo la función de espectador, ¿hay algo que te llame la atención?
-No sé si hay algo que me llame la atención, pero si tengo mucha esperanza depositada en personas, que están encontrando sus propios canales para expresarse: ya sea dentro de la música, con el teatro, con la poesía. Quizás acá en Buenos Aires se note más, pero eso culturalmente hablando, es un caldo de cultivo bárbaro. Cuando una persona encuentra su canal, contagia buenas ondas a los demás, y ayuda a su propio bienestar.

-Cuando te planteás situaciones así, ¿pensás lo que como banda lograron generar?
-Obviamente. Es algo que se percibe en el día a día, porque tuvo un gran impacto y sigue muy presente. Lo noto cuando salgo y la gente me saluda por la calle. Lo de Los Redondos fue un trabajo hecho a corazón y con mucha consciencia; hicimos discos muy diferentes entre sí, encontramos distintas maneras de hacer las cosas. Miro para atrás, y veo que hice muchas cosas, no sólo porque han pasado muchos años, sino porque he bailado en varias situaciones. Uno es la sumatoria de todos esos bailes. Esos mismos en dónde me la jugué, y siempre tuve la camiseta puesta.

-Haciendo referencia a ese monstruo que marcó el Rock Nacional, cuando hace un año y medio El Indio (Solari) les propuso a Walter Sidotti (Baterísta de la banda), a Semilla y a vos (casi la última formación del grupo en su totalidad, exceptuando Skay Beillinson) a realizar la canción “La Pajarita Pechiblanca”, de su último trabajo Pajaritos, Bravos Muchachitos (2013), ¿cuál fue la sensación que tuviste?
-La canción, prácticamente, la grabamos donde estamos hablando ahora (Risas). Cuando la terminamos, se la mandamos al Indio, que con su capacidad para las letras, le encontró la vuelta enseguida a la melodía, con las estrofas justas que esa canción necesitaba. No fue una grabación estrictamente grupal, o quizás sí, pero de otra manera.

-Resuminos todos los proyectos en los que estás metido.
-Yo soy curioso, y me gusta incursionar en otros fenómenos artísticos, no sólo en la música. Tengo otros espacios dónde puedo expresarme de diferentes maneras, dónde puedo experimentar, probar, hasta hacer funciones de teatro ciego. Tal es el caso de mi banda, Dawi y los Estrellados, con el que estamos grabando nuestro tercer disco, o mi propuesta “Video Sax Machine”, algo parecido a lo que hacemos en SemiDawi, pero yo voy tocando sobre películas, y estoy metido como un personaje más. Son espacios que despiertan la imaginación. De todas maneras, simplemente la del artista es sólo una faceta más: a vecés me toca ser plomero, otras el que hace las compras (Risas).

-Su próxima presentación es en el Teatro Siranush (Armenia 1353, Palermo), ¿por qué eligen este lugar?
-El año pasado ya hicimos varias presentaciones ahí. Nos gusta mucho porque es un espacio que está muy bien ambientado: si bien el escenario es de teatro, encontraron la forma de hacer sillones en vez de butacas. Es algo distinto. Además, de la comodidad, tiene un sonido que nos encanta. Es de esos lugares como el C.A.F.F (Club Atlético Fernández Fierro), donde tocamos seguido, y fieles a nuestra dinámica, hacemos que cada noche suene con el entusiasmo de la primera vez.

-¿Qué invitado los va a acompañar en esta fecha?
-Nos va a acompañar el guitarrista Fernando Kabusacki (quién tocó con Francisco Bochatón, entre otros), y Pablo Davidovich, un percusionista que nos viene acompañando hace unos años. En esta fecha vamos a extraer bastante material para el DVD próximo que vamos a sacar. Aprovechamos mucho lo de los invitados, porque se da como que, esas canciones que hacemos, son más inéditas todavía.

-Entre tantos proyectos, ¿cómo sigue el año para Sergio Dawi?
-De la misma manera que Semilla ahora está pintando en el Chaco haciendo murales y de alguna forma plasmar lo suyo en formas totalmente distintas a las convencionales, yo sigo fluyendo en todos mis proyectos, a los que les dedico su tiempo, y siempre sigo tocando. Estamos con los Estrellados dandole los últimos detalles al nuevo álbum, y con ganas de hacer varias fechas de teatro ciego nuevamente, repasando toda nuestra discografía; sigo con Video Sax Machine, en donde llevo mi valijita, voy intercalando nuevos cortometrajes, e introduciéndome en esos mundos; tocando con bandas amigas, que me dejan ser en sus shows; y por supuesto, con Semilla, tenemos una agenda nutrida para este año, muchas ganas de terminar el DVD, y por esa razón, los esperamos a todos este viernes en el Siranush. ¡La vida continúa!


FOTO: JUAN MANUEL PLANA.

TODAS LAS FOTOS