Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Todo Aparenta Normal

Creemos en nuestro disco y en lo que transmite

Cronista: Lucas González | Fotos: Alan Guex

16 de Abril, 2015

Creemos en nuestro disco y en lo que transmite

Todo Aparenta Normal le abrió las puertas de su sala a El Bondi para conversar sobre el próximo reto que afrontarán: la vuelta al Roxy. Además, hicieron un repaso de lo qué significó grabar Hijos del Mundo, su segundo disco.

Entrada la noche del sábado, apenas pasada las 20, Don Torcuato, localidad ubicada en el sur del partido de Tigre, se mostraba apacible con su geografía copada por casas de techos bajos y escases de edificios. O por lo menos eso se pudo apreciar en el trayecto que El Bondi recorrió para llegar a donde los muchachos de Todo Aparenta Normal poseen su sala de ensayo. El lugar, además, es la casa de uno de los integrantes, el guitarrista Lucas Barzan.

El correr de los minutos estuvo acompañado por la llegada del resto de la banda: primero, Alexis Koleff (bajista), luego los hermanos Alfieri, Nicolás (cantante y guitarrista) y Juan Pablo (baterista). Ahora bien, sólo restaba sentarse, prender algún cigarro y comenzar la charla. Las posibilidades de donde llevarla a cabo eran dos: la antes mencionada sala -prolijamente desordenada-, o el patio de la casa, con su frondosa vegetación y el ruido del Belgrano Norte –pasaría unas siete veces en el transcurso de la nota-. Ganó, por goleada, la segunda opción.

-Se viene un nuevo Roxy (17 de abril), en donde también presentarán el video de “Calendario” y además, hace poco, abrieron uno de los recitales que Salta La Banca dio en Vorterix. A nivel humano, ¿cómo los encuentra este arranque de año?
Nicolás Alfieri: -Muy entusiasmados y con mucha pila para el show del 17. Con ganas de seguir abriendo fronteras. Particularmente muy contentos de seguir laburando.
Juan Pablo Alfieri: -Todo indicada que se va a venir un año de mucho laburo. Esto recién arranca, o eso es lo que esperamos.
Lucas Barzan: -Hay mucho por delante y por crecer. Desde que salió Hijos del Mundo hubo un crecimiento y lo que se viene será una prueba para ver a dónde estamos parados.

-El año pasado presentaron Hijos del Mundo en el Roxy, e imagino que habrán quedado satisfecho con el resultado, por la concurrencia y por el nivel del show. Sin embargo, ¿cuáles eran las expectativas con las que abordaron esa fecha?
NA: -Fue todo un proceso de encarar las cosas con mucha expectativas. Ese Roxy tenía una cuota sentimental, ya que había muchos temas nuevos por presentar, seis o siete, por lo menos. Ése era uno de los condimentos. Y ahora la apuesta es superar ese show, siempre apostar a más. Es una oportunidad para que confluyan aquellos que nos vienen siguiendo con los que nuevos que se integraron, eso va a estar bueno.

-Marcaron en otra entrevista, que entre Diferente (primer disco) e Hijos del Mundo siguen siendo las mismas personas, pero con diversas inquietudes. Entonces, ¿en dónde se pueden apreciar esas diferencias de las que hablan?
NA: -Puntualmente en nuestra unión, en conocernos más. Todo confluye en un montón de situaciones de estar tocando juntos, compartiendo cosas y reunirse a charlar. Después está la cuestión pseudo conceptual, que viene de nuestra filosofía barata del hijo del mundo. Nosotros creemos mucho en el disco y en lo que trasmite, tiene una cuota de luz dentro de una oscuridad, algo que también se generó en cada uno de nosotros. Ahí es donde más difiere del primer disco.

-¿Al disco se lo puede considerar conceptual?
JPA: -Tiene que ver con lo que dijo Nico. Había temas en común. El disco lo hicimos en poco tiempo, en las charlas estábamos todos en la misma sintonía. Entonces, si bien hay un montón de puntos y matices de lo que habla y pasa, en todas hay un pequeño hilo conductor, aunque no sé si es un disco, propiamente dicho, conceptual.

-Algo de que constantemente afirmaron fue que son una banda de rock alternativo, por los estilos que engloban sus composiciones. ¿Cuánto de esas variantes estilísticas incorporaron para el segundo disco y cuántas quedaron afuera?
NA: -Cosas afuera quedan siempre, eso es parte de lo lindo que tiene grabar. Nosotros hablamos de ese estilo porque simplemente nos cuesta encasillarnos dentro de un género. Sabemos que hacemos rock, aunque si escuchas “Al intentar destruir”, pese a que termina bien arriba, es más una balda low tempo que tiene rock pero desde otro lado.

-Un ejemplo claro sería “Cancioncita ajena”, de Diferente, en el que están acompañados por La Chilinga.
NA:- Eso es una estética muy puntual. Ahora tenemos en mente tomar cosas de eso y traducirlas a nuestro lenguaje o forma de interpretar, entonces por ahí puede aparecer un pulso de candombe o alguna cosa extraña pero estará camuflada en las capas que a nosotros gustan. Siempre hay cosas nuevas para incluir, es tener colores para poder mezclarlos indiscriminadamente.

-¿Hay alguno que aporte más colores que el resto?
NA: -No. Tiene que ver más que nada con la inspiración de cada uno. A veces estamos inspirados todos y hay otras en el que uno está más iluminado que el resto y así nos vamos pasando la pelota. Lo bueno es eso: la retroalimentación. Generalmente, pasan cosas lindas cuando los cuatros estamos super metidos en hacer algo, nos potenciamos.
Alexis Koleff: -Por eso intentamos para el proceso creativo (de Hijos), teniendo en cuenta esta última vez, el camino de aislarse un poco y dedicarse únicamente a eso, para enfocarnos.

-Eso es algo que mencionaron anteriormente, sobre el origen de los temas: antes eran maquetas más armadas y para este segundo disco, fueron por una construcción más primitiva, de exploración. ¿Qué método les resultó más como a la hora de trabajar?
JPA: -Es otra cosa. Es más jugado, el que implementamos ahora puede ser más difícil en el caso de que no funcione o no te encuentres. Es cuestión de entrenamiento, por más que todos los días intentes componer un tema, no quiere decir que lo puedas hacer. Entonces, hacerlo entre cuatro personas puede salir, como no. Sin embargo, para mi es mucho más rico el resultado.
NA: -En cuanto a la toma de decisiones, quizás, sea más fácil la otra opción, la primera.

-¿En qué sentido?
NA: -Si bien lo temas vienen más pautado de antemano, es como que hay una sola mirada y queda discernir si metes o no otra guitarra, o un arreglo. Por eso, la toma de decisiones la hiciste antes, ahí radica una de las diferencias con el primer disco. Para el segundo estuvimos en el cien por ciento de las decisiones, como en las minuciosas (elegir un sonido de viola hasta un tacho de la batería). Y eso está buenísimo que estemos los cuatro convencidos de las determinaciones que tomamos. Por eso estamos muy contentos con el resultado. Además es un proceso que resulta mucho más rico.

-¿Cuándo tomaron la determinación de adoptar esa forma de trabajo?
LB: -Queríamos marcar una diferencia de lo que fue Diferente y una de las maneras era cambiar el método de laburo.
NA: -La premisa fue juntarnos quince días y hacer una canción por día: llegamos a tener 27. Había ideas que ya veníamos laburando durante el año, pero esa quincena fue dedicada de manera íntegra a la tarea de componer. Se armó algo muy particular, es como un musculo que mientras más lo entrenes mejor. Y si bien el método que elegimos fue este, eso no quita que para el próximo disco elijamos otro, o una mezcla entre el primero y el segundo. Hacer música tienen que ver con estar jugando, y si vos lo haces siempre de la misma manera tendes a repetirte. Entonces, lo que tratamos de hacer es utilizar diferentes piezas o colores, para mantener algo que esté vivo y fresco en la composición.

-¿Que les faltó al resto de las canciones para no ser elegidas?
LB: -Pasó que había un grupete de canciones que tenían un carácter muy similar. Claramente estaban ahí diciendo algo, en un principio eran cinco, seis. De ahí en adelante fue buscar las que sirvieran de complemento. También hubo algunas que quedaron sin terminar. Otras quedaron en conflicto hasta último momento.
JPA: -La cuenta fue la siguiente: 27, 23, 17, 13, 11. Fue duro, porque hubo un momento en que dijimos “uh, este tema no puede ser que se quede afuera”. Había que pensar en un todo, y no pasarse de manija.

-¿Pero es algo que se descarta por completo?
JPA: -No hay porque darle un destino absoluto, ya que podemos agarrar alguna de esas canciones en un día especifico, la tocamos y sale.
NA: -Es la cocción. Lo que terminó de influir en la última tanda fue el color, ya pensando en un grupo. Es nuestra formar de pensar un disco, hay trabajos que son mucho más homogéneos y se manejan en el mismo color, a nosotros nos gusta subir, bajar y que tengan diferentes matices.

-¿Fue unánime la decisión?
NA: -Fue disputada, pero terminó siendo unánime.
AK: -Del trece al once casi nos matamos a piñas (risas). Pero concordamos.

-¿A partir de qué nace el concepto de Hijos del Mundo?
NA: -Surgió de la charla. A nosotros nos gusta hablar demasiado y abordar cuestiones simples, pero según con la lupa que lo mires, podes llegar a una conclusión más profunda o más superficial. El disco habla de fronteras y de cómo el humano ejerce poder ante la naturaleza y ante otros humanos, entonces la pregunta era: ¿qué hace que una persona se crea superior a otra? En “Buenos Aires” hay una frase (“No sos dueño/Sos una parte más del paisaje”) que habla sobre la posesión y que eso, al parecer, convierte al humano en un ser poderoso. Nosotros estamos en contra de esa cuestión, de la imposición, de la destrucción y planteamos que somos parte más, ser lo que hay. Es una mirada muy utópica del mundo, muy profunda y, a la vez, muy simplista. Pero esa es la bandera que llevamos en este álbum.

-En Hijos grabaron las bases todos juntos, recreando un falso vivo, algo que no sucedió en el anterior trabajo, ¿cómo fue ese proceso?
LB: -Son simplemente métodos de grabación, con sus pro y contras. Lo lindo de grabar así fue la atmosfera que se crea en las canciones, y aunque parezca mentira, eso queda registrado. Hay una diferencia. Además, lo pedían las canciones.

-Para este disco, además, trabajaron, por primera vez, con un productor, Gabriel Pedernera (Eruca Sativa). ¿De dónde surge la necesidad de contar con un oído externo?
NA: -En el momento en que empezamos a plantear el disco, ya teníamos en mente que haya una mirada externa. Era una búsqueda de respuestas nuevas. Ejecutar de forma distinta. A Gabi ya lo conocíamos, y su trabajo también. Fue algo que internamente veníamos meditando. Le mandamos el material para que escuche y luego vino y se ofreció a laburar con nosotros. ¡Se nos adelanto! Está buenísimo que haya una mirada más objetiva, que no tenga una relación romántica, que tenemos nosotros, con las canciones. Nos gusta su energía y lo bien predispuesto que siempre está, era raro verlo de mal humor. Sabíamos que para él lo importante iba a ser la canción. Además, Mariano (Bilinkis) nos ayudó mucho en la parte sonora. Ellos fueron parte de la banda.

-Durante la grabación de Hijos realizaron un breve documental –se puede ver en Youtube-, en el que retratan la cocina del proceso. Ahí Mariano plantea algo por demás interesante: “El disco no sirve para vender la música, sino para difundirla”. ¿Coinciden en esa afirmación?
NA: -La verdad, sí. Él tiene esta cuestión de persona pensante y tira esas máximas. Como decíamos en el documental, era el dato Bilinkis del día (risas). El disco es más una cuestión romántica, de consolidar un momento. Nosotros sí creemos que con la salida del disco se produce una foto, algo que es único y que hay que respetarlo, porque habla de un momento, un periodo de tiempo. Grabar es algo muy sagrado. Entonces, consideramos que debemos seguir publicando, aunque generalmente represente perdida, pero si me hablas de la parte económica, hay mil formas de hacer plata. En realidad, es una carta de presentación y que puede hacer que llegue, o no, al corazón de la persona que lo escucha.

-Nicolás, en otra ocasión sentenciaste que la música debe servir para expandir, para dejarte una idea, algo que te descoloque y que darle siempre al oyente lo que espera no está bien. ¿Esto es una recurrente en la escena nacional?
NA: -Nosotros tenemos la suerte, por los lugares en los que nos manejamos, de darnos cuenta de que la parte emergente tiene muchísima más información para dar que la mainstream. Hay apuesta y deseo de romper con estructuras que se fueron formando con el paso del tiempo. También notamos que hay muchos que están quebrando con eso de decirte lo que queres escuchar, y si bien está bueno de vez en cuando, lo importante es lo que te está pasando y no pensar en alguien más. A la hora de componer nos planteamos qué queremos decir nosotros, para nosotros. Después al oyente le llega, de alguna u otra manera. Es mucho más sincero. Pensar qué decir para que al otro le guste es chato.

-Incluso, hay un público que está buscando eso, lo diferente.
NA: -Totalmente. Quizá no es el público que escucha la radio, pero es el que va a los shows. Y hoy en día el capital del músico es la gente que te va a ver.

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