"Nos preocupa la falta de políticas culturales en la ciudad"

Compromiso por sobre todas las cosas y causas. Así podría definirse el espíritu combativo de Karavana, banda que acaba de cumplir diez años de carrera y que, en el 2014, editó Pueblo, su segundo disco. Allí, encabezados por el cantante, guitarrista y letrista Leo Parigi, la banda sale al ruedo con un puñado de canciones contestarías, teñidas, en muchos casos, de una melodía folk, que encuentra arraigo en artistas como Raly Barrionuevo o Bruno Arias. Éste último, justamente, aporta su voz en la canción “Pueblo hermano”. “Queríamos lograr un sonido fiel al que se aprecia cuando tocamos en vivo”, señala Parigi. Su discurso, cargado de protesta –hecho que se refleja en su lirica-, está lejos de ser complaciente y señala que “nos molesta la falta de espacios para desarrollar el arte genuino que va naciendo en los barrios”. Sí, el palo va derecho hacía Macri y su troupe amarilla.

-¿Cómo y por qué nace la idea de cerrar el año con una fecha gratuita?
-Sentíamos la necesidad de terminar este año con un gran show al aire libre y gratis para celebrar los diez años de camino en la música. Se nos ocurrió, entonces, hacer un festival e invitar a muchos amigos y músicos que nos acompañaron siempre. Elegimos la plaza del Cid Campeador, que es un lugar muy especial para nosotros, ya que durante muchos años tuvimos el ritual de sacar los equipos y tocar gratis para el barrio en las noches de navidad.

-Por la época en la que nos encontramos y por el cumpleaños que se les aproxima, ¿pudieron hacer un análisis de esta década que llevan como banda?
-En estos diez años hemos atravesado diversos momentos de la Argentina, el rock y la música en general. Fuimos encontrando diferentes formas de difundir nuestro arte, de organizar nuestros shows y armar las giras por el país. Padecimos el momento más fuerte de Cromañón y todo lo que vino después, a tal punto de que en 2006 tocamos diez veces en Capital con la faja de clausura puesta.
También vivimos conquistas para los músicos como la Ley Nacional de la Música o el agite de los centros culturales. Siempre intentamos participar y aportar a las diferentes movidas, por ejemplo, desde la UMI (Unión de Músicos Independientes), que es un espacio en dónde hemos aprendido mucho y conocido a grandes músicos del camino independiente y colectivo.

-Además del cumpleaños, otro motivo de festejo seguramente sea la salida de Pueblo: un disco muy bien logrado que incluye sonidos muy originales. No obstante, para la producción artística optaron por Tavo Suarez (guitarrista del grupo), ¿cómo resultó el trabajo en el día a día?
-Pueblo es importante para la banda, porque veníamos de un año difícil y decidimos lanzarnos a full con el proyecto de grabar. Queríamos lograr un sonido fiel al que se aprecia cuando tocamos en vivo, tratando de ser sinceros con las canciones y la poética de las letras.

¿Por qué optaron por alguien del riñón del grupo y no una mirada externa?
-Tavo siempre es el más comprometido de la banda en la cuestión sonora, equipos, búsqueda del audio, etc. Así que era el mejor productor que podíamos tener. Realmente hizo un gran trabajo, a nivel técnico y humano. Sacó lo mejor de cada uno, dando lugar a las propuestas espontáneas de cada integrante y reelaborando otras ideas para mejorarlas.

-Las canciones que integran Pueblo son, en su gran mayoría, escritas por vos y con aportes en la música de, justamente, Tavo. ¿Cómo trabajan las composiciones en la banda?
-Generalmente las composiciones son mías y salen desde lo más íntimo. Trato de grabarlas rápido con lo que tengo a mano, para luego retomarlas y trabajarlas. Una vez que ya siento que hay una canción, suelo compartirla con Tavo y nos sentamos a laburar sobre la producción general (arreglos, partes, solos, melodías, etc). Luego hay que volcarla en la sala, donde cada músico propone sus ideas y dejamos que fluya para que vaya tomando identidad.

-¿Hubo diferencias significativas en referencia a Vagamundo (2010)?
-En general siempre nos manejamos así. Yo llevo las canciones y luego empezamos a trabajar como una escultura. Como si fuera una piedra en bruto, a la que hay que ir tallando y puliendo para descubrirle y crearle una forma, una identidad, un mensaje.

-Se los nota, desde el discurso, las letras, y las acciones como una banda comprometida con la realidad social, ejerciendo, en algún punto, un lugar de militancia. ¿Qué opinión les merece las políticas que está tomando el Gobierno de la Ciudad con respecto a la cultura porteña, teniendo en cuenta, por ejemplo, el cierre sistemático de centros culturales?
-Cada uno de nosotros y todos juntos como Karavana siempre estuvimos interesados en la cuestión política y entendimos a la banda como un pequeño aporte, una forma de participar, proponer o militar con nuestras canciones. Puntualmente, nos preocupa la falta de políticas culturales hacia determinados sectores en la ciudad, que en general coinciden con aquellos que fueron marginados. Nos molesta la híper masificación de eventos en la ciudad y la falta de espacios para desarrollar el arte genuino que va naciendo en los barrios, que igualmente emerge por peso propio, pese a cualquier realidad. Las producciones artísticas son como anticuerpos de resistencia para tener una vida más digna y alegre. Asimismo, celebramos la conquista de la Ley de Centros Culturales, porque era una locura que no se pudiera bailar o cantar en determinados espacios. Esa mentalidad medieval debe empezar a cambiar.

Karavana se estará presentando el 17 de Enero en Parque Hipólito Irigoyen de San Rafael, Mendoza, el 24 de Enero junto a Bruno Arias en el Boulevard av. Int. Bresciano – calle Treneta y Yamine entre 4° y 3°), Las Grutas, Río Negro y el 29 en el Polideportivo Municipal Humberto “el gringo” Casini – Libetad y el Jilguero), San Marcos Sierras Córdoba.