Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Juana la loca

Apasionados

Cronista: Gentileza: Bruno Lazzaro | Fotos: Beto Landoni

26 de Julio, 2005

Apasionados

A solo un día de presentarse por partida doble en La Trastienda, Rodrigo Martín, creador de hits como Sábado a la noche y Dame pasión, deja sus impresiones, sobre lo que pasó, lo que es y lo que pudo ser de Juana la Loca

Es martes, y el sol, en esta oportunidad vestido de frío, acompaña a un grupo de chicas que espera que la noche les regale alguna de las estrellas fugaces por las que acampan. Una cola (formación de personas en fila) dificulta el acceso al lugar elegido para hablar con una de las estrellas por la que éstas adolescentes no aguardan. Una estrella que brilla más, y que a fuerza de canciones pegadizas supo ganarse un lugar en la constelación del rock.

Nuestro artista es Rodrigo Martin, para decepción de las chicas que esperan, en las afueras de La Trastienda, el show de Mambrú. Decepción para ellas, porque Rodrigo también es un generador de aullidos, no tan precoces, pero si en estado adolescente. “Por suerte siguen fervorosas, por lo que los shows salen mucho mejor” , afirma el cantante hacedor de terminativos infinitos (¿hay alguien que alargue tanto las palabras como él?) antes de los shows que, mañana a las 21.30 y el domingo a las 20, brindará en La Trastienda.

¿Juana la Loca vuelve? No, nunca se fue. Pero siempre que su nombre recobra vida mediática, el modo de presentación de la banda suele estar acompañado con un inexistente retorno. Comenta el creador del conjunto: “suele pasar con los discos. Tiene que ver con una postura de la banda, que cuando graba un disco se encierra y se vuelve como un caracol sobre sí misma. Cada vez que sacamos un disco nos retrotraemos tanto, que terminamos desapareciendo del escenario” .

Rodrigo comenta que “Casablanca” (grabado en su casa de Temperley): “fue una experiencia maravillosa”. ¿Colmó las expectativas generadas?”, pregunta La Bitácora. “En relación a la gente, sí”, responde. Y sigue: “Dame pasión (primer corte) se convirtió en un hit. De todos modos la expectativa era hacer el disco que queríamos, y eso se cumplió. En el momento que dijimos: ‘acá tenemos el disco’, ya se había valido por sí mismo. Si querés una frase Sartreana: ‘su esencia precede a su existencia’. En ese sentido el disco ya vivía en mí mente antes de estar en la calle”.

–Su historia dice que con “Eternauta” (primer disco) abrieron un camino que luego siguieron otras bandas. “Revolución” los llevó al exterior. “Vida modelo” fue el álbum bisagra de la banda. Y con “Belleza”, y su hit ‘Sábado a la noche’, consiguieron poner una de sus canciones en boca de todos.

¿Que lugar ocupará esta placa?

–En este momento no capte la verdadera dimensión. Ojalá, en unos años, el disco nos hable y nos sorprenda. Me encantaría que “Casablanca” quede como un disco que la banda necesitaba, y obtuvo. Es un disco intencional: pensamos en cómo grabarlo, cómo producirlo. Era un disco que necesitábamos. Y el disco que parimos.

–¿Ya tenías ‘Dame pasión’ como corte?

–Sí, lo cantaba todas las noches mientras dormía. Me despertaba cantando dame pasión. Me acuerdo que llamaba a una de las chicas de Pop Art (discográfica que editó la placa) y le dejaba la melodía en su celular. Y ella me decía: ‘¿Como va el disco?’ Va bárbaro. (y canta: dame pasión, dame pasión).

-En una entrevista de hace un tiempo dijiste que “la escena en 10 años va a estar dominada por ex Juana la Loca”(pasaron mas de 10 músicos por la banda): ¿Por suerte o por mala suerte esto todavía no sucedió?.

-No me hubiese molestado que pase. Es mas, presagie que a esta altura iba a tocar con más gente. Siempre creí que la gente con la que tocaba después iba a hacer su propia banda. O no toque con tanta gente o los demás no hicieron sus bandas.

Y Martin agrega que “las cosas en éste disco suenan como pensadas por otros, como si alguien hubiese escrito una novela de la que somos partícipes.”

–¿Y qué te genera que bandas contemporáneas a ustedes, como Bersuit o Babasónicos, sean las que llenan estadios en la actualidad?

–Nada. Si toco dos días en La Trastienda o un día en River, el show va a ser preparado con la misma intensidad. El disco que logre eso va a ser craneado con el mismo propósito, que en realidad es enriquecer nuestra música y largarla al aire. No hay una búsqueda intencional del marketineo, pero me parece que nuestro público lo hicimos, y quizá para esas bandas el público ya estaba más predispuesto.

–Muchos grupos de ahora tienen sus raíces en conjuntos de acá, que a su vez tienen su influencia en bandas de afuera. ¿Crees que eso enriquece o debilita al rock argentino?

–La música tiene la particularidad maravillosa de exceder la palabra y el lenguaje. Vos podes tararear un tema y no estar diciendo nada, y sin embargo te podes estremecer. O escuchás un tema que no entendés en qué está cantado, y lo tarareas y se te pega. La música no tiene fronteras, no responde al paradigma humano de querer dividir. Creo que la música siempre tuvo el poder de ser globalizante, no globalizada.

Para finalizar la charla, Rodrigo, medio enfermo y algo cansado, deja un interesante concepto para aquellos que lo señalan como un oportunista: “Creo que reinventarse siempre es mejor que reiterarse. Me parece que en el arte eso es necesario para no caer en una realidad que aburra. Es fácil hacer un modelo de hit y después repetirlo incansablemente con una melodía parecida. Eso sería muy aburrido para el arte y para el artista mismo”.

–Por último: ¿Qué te gusta más, las palabras que terminan en “ves” o en “ción”?

–Ambas: sin “ves” o “ción” no podría cantar. Menos mal que se inventaron esas terminaciones.
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