Un Modelo Para Armar

Cuál es la banda que mejor baila en esta fiesta de caretas fáciles llamada rock and roll. Cuáles son los conjuntos que se esfuerzan por lograr un registro musical diferente. Y cuáles los que lo hacen para calzarse la corona de reina de la temporada estival, que quizás el próximo verano carezca de trono. Si bien Blues Motel supo colocarse una de las caretas más humanas dentro de este gran banquete, no fue la más llamativa. Y es por eso que desandan por la premisa de la búsqueda disímil.

Además, son padres adoptivos de muchas bandas que en la actualidad forman parte del mercado comercial dominante. Grupos que en su momento fueron soportes suyos como Jóvenes Pordioseros y Callejeros.

Con diecisiete años de carrera y seis discos en la gaveta, la banda del Conurbano Norte da fe de que todavía quedan pistas vacías desde donde otros pueden despegar.

Luego de llenar La Trastienda el pasado domingo en un homenaje al difunto stone Brian Jones, Blues Motel arremete nuevamente contra el reducto de Balcarce 460 para despedir a un amigo: Andrés Casasco, guitarrista de la banda desde hace 12 años que subirá al escenario por última vez.

“Perdió un poco la motivación, por una cuestión de ganas. Para él no era un proyecto de vida como sí lo es para nosotros”, dice Adrián Herrera (guitarrista).

-¿Como dejó al grupo la partida de Andrés?.

Fue un shock, un cambio. Nunca habíamos tenido cambios en la formación, se sintió desde ese sentido. Somos amigos por fuera del grupo y nosotros no lo notamos tanto como la gente. En cuanto a lo musical, fue buscarle otra vuelta.

-¿Y qué cambios se vieron?

-Cambios que a veces te terminan tirando para adelante porque te inyectan unas ganas nuevas de modificar algo. Temas que teníamos dejados de lado los volvimos a ver. Fortaleció la unidad de grupo porque en ningún momento hubo intención de remplazarlo. Antes de meter a alguien de afuera nos pareció más lógico darle un lugar al Perro (tecladista), como miembro de la banda.

Reconocidos por la prensa especializada, Blues Motel no posee comúnmente la rotación radial que sí logro para estos shows. “Estaba el plus de lo de Brian Jones y se engancharon un poco más por eso. Por ahí si hubiese sido un show normal no nos hubiesen dado tanta bola”., entiende Adrián.

-Lo malo es que los siguen presentando como banda stone...

-Ya está, eso ya lo tenemos asumido. Ya se sabe qué tipo de banda somos. No nos preocupamos más por eso. No vamos a estar aclarando toda la vida qué somos y qué no. Hay temas que tienen que ver, y otros que no. La influencia está, pero es una más. Tema superado.

Y es verdad, la banda puede remitir (más en sus primeros discos) a los Stones, pero desde otro ángulo. Otro lugar. Desde otros temas. Por eso, con “Corazón de Buey” consiguieron un resumen ideal tanto para el conjunto como para la gente. Un disco donde se ven todas las épocas de la banda. “Sí, es un disco que se la sigue bancando como representante de lo que nosotros somos. Nos gusta como suena, como lo hicimos. Lo que pasó con éste, que no había pasado con otros, es que de toque ya hubo temas que se convirtieron en clásicos. Temas que a la segunda tocada lograron picos altos en la gente”, aclara Adrián.

-¿Y cómo marca la diferencia Blues Motel?.

-Somos una banda de rock influenciada por el rock de los ´70. Con un sonido medio vintage que lo hace muy distinto a cualquier otra banda de rock en Argentina. Una banda que también hace canciones dentro de lo que es el rock, y que le da mucha bola a las letras. Si estuviéramos en una compañía multinacional que pusiera un billete para que sonáramos en la radio, cada disco tendría un montón de cortes, porque los temas son fáciles de agarrar. Es un rock accesible con un sonido particular donde las influencias que encontrás en la banda las ves en un montón de grupos, pero todas separadas. Con nosotros las encontrás juntas. Y así, hacemos la diferencia.