Richter
“En el under tenés que estar todo el tiempo generando cosas”
17 de Febrero, 2009
El agobiante calor porteño no sorprende a Scheller, bajista de Richter. Es que la banda de electro-rock viene de presentarse en el Chaco en el festival “Vamos las bandas”, una práctica que el grupo suele abordar en plan casi evangelizador. “A algunos lugares nunca había ido una banda de rock, y después que fuimos nosotros se formó una. Eso es impagable”, afirma el músico. Además Richter viene creciendo con fuerza, acaba de sacar su cuarto disco, de firmar con un sello indie mexicano y tiene unas cuantas metas para este 2009.
-¿Por qué un título como “Fin del mundo” para el nuevo álbum?
Cuando preparábamos este disco teníamos más de 60 temas y de la primera selección quedaron 30, y vimos un hilo conductor bastante bajonazo. Entonces salió esa frase “Fin del mundo”, pero tiene un sentido geográfico, como el culo del mundo, como los olvidados del mapa: acá abajo está todo mal. Después le buscamos la vuelta y queríamos hacer fotos con autos oxidados, chapas, descubrimos un cementerio de autos al costado de la Autopista Bs. As. - La Plata y ahí cerró el concepto del disco.
-Desde la estética, y cierto prejuicio, se podría ver a Richter como una banda fría, sin embargo muchos de los temas están anclados en lo real, por ejemplo, “País subtropical”.
Sí, se trata de de pintar la aldea de uno. Ese tema retrata la recova de Once, un lugar por el que pasamos todo el tiempo, los chicos viven por ahí Ensayamos en pleno Flores quilombero y la realidad nuestra es esa. Usamos música electrónica, pero sería bastante falso hablar desde la postura de un artista internacional lleno de guita.
-Si bien hubo una reedición de Danzallamas, en 2007, este el primer disco que sale por una compañía. ¿Cómo fue ese paso?
Fue complicada la lucha de firmar o no con un sello. Tenemos muchos años de independencia y no íbamos a entregarla porque sí. Y en la parte artística seguimos siendo independientes, porque el firmar con un sello indie (Loshe, de México) te permite el control total de lo artístico. Lo que te cambia mucho es la distribución, que el disco esté en todos lados es muy difícil desde la infraestructura de la independencia. Y se editó también en México, España y Colombia.
-Lindos mercados, que además parecen tener más espacios para una propuesta como la de ustedes. ¿Tienen en mente ir para allá?
Estuvimos a punto de ir el año pasado a un festival en México, pero a último momento bajaron a los artistas argentinos. Posibilidades hay siempre, estamos peleando todo el tiempo eso, pero lo difícil es lo económico, por la estructura que tiene Richter. El año pasado fuimos a Uruguay y estuvo muy bien, buena repercusión y hay un circuito de música electrónica under que acá no existe. Boliches con entradas accesibles y con gente del palo del under, y relacionada con el rock, que es un público que nosotros necesitamos.
-¿Acá no encontraron ese lugar?
No en Capital, pero nos pasa mucho en el Interior, porque nos mandan a tocar al boliche, y eso está bueno, porque allá la disco sigue siendo un núcleo social, acá es un poco más elitista. Allá los pibes se juntan en la discoteca, capaz que hay dos, una un poco más popular, otra un poco más snob, y nosotros entramos en ambas. Y hoy por hoy hay un mercado de electro-rock afuera. Muchos nos dicen “que bueno que estén en esta movida, porque es lo que se viene”. Bueno, ojalá que se venga (risas).
-¿Hay una escena electro-rock en Argentina? ¿Con qué bandas se sienten emparentados?
Adicta es una banda de nuestro estilo, y hay otras que sin ser del género, tienen un costado: Catupecu Machu, Babasónicos, todas las bandas que nombran a Virus como influencia tienen algo de electro-rock. Y después hay como un mercado post Miranda! que utilizan máquinas y muchas veces compartimos escenario. Creo que lo que te abre la cabeza al tocar en una banda con un concepto raro es que al prejuicio lo eliminás automáticamente. Si nos encerráramos nos estaríamos perdiendo una parte, y decimos que hacemos electro-rock porque hay que decir algo.
-¿Los perjudica el hecho de que para buena parte del rock la electrónica sea una mala palabra?
Seguramente debe haber una cosa sectaria, pero nos sentimos parte del rock. A nosotros también nos parece ladri un tipo que pasa música; no hay un enfrentamiento, pero el DJ es una cosa y el músico es otra, nosotros somos músicos y dentro de esa gran paleta que ofrece la música elegimos la electrónica, y también están los que prefieren las maderas y la electricidad, Y a veces usamos las maderas, porque no hay un puto sintetizador que se asemeje a un piano, tiene un cuerpo y un alma propio que no te lo ofrece nada. Hay que aprender a convivir con lo nuevo, y el rock siempre, tarde o temprano, lo aprendió. El electro-rock es eso, el rock de siempre, el clásico (de guitarra bajo y batería) conviviendo con los nuevos sonidos.
- También se suele asociar la electrónica con una cultura distinta.
Sí, uno dice “electro-rock”, y enseguida lo asocian con la música electrónica y cierta elite. Pero después te escuchan y ven que sos más del palo del rock, y nosotros venimos un poco de ahí, básicamente somos chabones de barrio, Bajo Flores, Boedo; no vamos a bailar a los boliches top, no somos del target de la “Sound Fest”. Nos gusta utilizar la electrónica en la música, crecimos escuchando Depeche Mode, New Order, y ahora somos una banda de rock con cosas de electrónica.
-¿Son de estar atentos a las vanguardias artísticas y tecnológicas?
Depende, por ahí escuchamos una banda retro alemana, pero también estamos atentos a lo que pasa con un grupo universitario yanqui que se comenta que viene con todo. Como en todas las cosas del arte hay una vanguardia eterna, hoy agarrás un surrealista o un dadaísta y son vanguardistas siempre aunque sean de la década del 20. Lo mismo pasa con Sonic Youth, Pixies, siguen siendo revolucionarios hoy, por más que hayan pasado Nirvana y muchísimas bandas con versiones más adaptadas al oído. Por suerte toco con tipos que son muy abiertos.
-¿Cómo trasladan al vivo el sonido del estudio?
Automáticamente el sonido queda más rockero, por la sangre de estar tocando en vivo, pero en general somos de sonar parecido. Tratamos de hacer un show con mucho ida y vuelta con la gente, y eso es todo lo contrario de lo que se espera de una banda de electrónica: cuatro tipos parados con los dedos en los teclados. Estamos lejos de eso.
-¿Con qué expectativas van al Cosquín Rock?
Los festivales están buenos porque te ve mucha gente que de otra manera no te vería, que no es de tu palo o no está acostumbrada a ver bandas nuevas. Otra cosa que está buena es la mezcla de tribus conviviendo y la gente se pone tranqui, lo que no le gusta se va a otro escenario, o no presta atención. Nosotros estamos el domingo, un día de bastante rock and roll, en el escenario de la UMI que es muy abierto. No tuvimos muchas experiencias que nos hayan tirado cosas, alguna que otra vez….
-Están cumpliendo diez años. ¿Son de pensar especialmente en este tipo de fechas?
No, la verdad no le damos mucha bola, porque en el under tenés que estar todo el tiempo generando cosas, no somos de mirar mucho el álbum de fotos; sacamos la foto, pero la vamos a mirar cuando seamos viejos.
-¿Cómo va a ser la presentación del disco?
Vamos a tocar el 7 de marzo en Buenos Aires Club, un lugar con un escenario muy cómodo, nos gusta donde está ubicado, hay una buena onda con la gente y tenemos pensado una puesta especial, además de tocar el disco nuevo y algunas cositas que hace tiempo que no hacemos.