No Te Va Gustar
De a poquito empieza a gustar
05 de Mayo, 2007
No te va gustar no para de crecer y llenar estadios. Con un disco nuevo debajo del brazo, vienen desde Uruguay para tocar dos fechas en Obras Sanitarias y demostrar que el under ya les queda muy chico.
A pocos meses de lanzar su nuevo trabajo Todo es tan inflamable, la banda uruguaya habla de un crecimiento obvio que se esperaba después de las excelentes repercusiones de su antiguo disco Aunque cueste ver el sol. Más grandes y jugando ya en el mainstream porteño, decidieron llenar dos Obras Sanitarias. NTVG está agrandado y Emiliano Bracciari y Martín Gil explican las razones de tanto éxito para una banda que todavía tiene cosas que mostrar.
¿Cómo fueron estos primeros meses con el disco nuevo en la calle?
Emiliano: Tuvimos comentarios muy positivos, fijate que falta más de un mes para el show en Obras y ya se agrega una fecha más porque muchos se quedaron afuera (11 y 12 de mayo). Eso nos da la pauta de que el disco está funcionando y que la gente lo quiere escuchar en vivo.
¿La decisión de tocar en Obras se debe a que los escenarios en los que tocaban ya les quedaban chicos o lo hacen para afirmar un crecimiento como banda?
E: Simplemente por como venían las cosas y sobre todo por como se vendían las entradas. Hicimos un show en noviembre en La Plata y fueron 3.500 personas. Creímos que si allá pasaba eso, en Capital, que hace mucho que no tocábamos, debíamos animarnos a un Obras.
Hay un fuerte cambio de sonido con respecto a sus trabajos anteriores…
E: Creo que se debe a que somos diferentes de cuando grabamos el disco anterior y a que tuvimos el tiempo para investigar un poco más ya que tuvimos más tiempo de trabajo. Eso nos permitió probar cosas nuevas.
Martín: También influye mucho nuestra relación con el productor Tito Fargo, que en el disco anterior estuvo genial pero la relación era nueva. Para este disco saltamos toda una etapa de confianza y manejo del estudio entre él y nosotros, así que entramos a grabar de otra forma y él ya sabia qué queríamos.
¿Cómo es trabajar con él?
E: Es muy dinámico, y la confianza es buenísima. Con nosotros es una persona muy abierta que nos aporta muchas cosas, y eso hace que nos abramos a él.
M: Nos tomamos con calma la pre-producción del disco que con el anterior disco (Aunque cueste ver el sol) donde los tiempos fueron más acotados. Se pudo trabajar bien por secciones y realizar un laburo organizado.
¿Cómo manejaron las decisiones del disco?
E: En grupo, como todo. Hay temas que entraban, temas que no. Él tiene ideas de discos más cortos, pero nos respeta mucho.
Pasa que en todos sus trabajos hay más de catorce temas por disco, pareciera que les cuesta dejar cosas afuera.
E: Sí, pero las composiciones están y es como darles un broche final. Empezamos a trabajar con treinta canciones y ahí tenemos que empezar a bajar. Fargo tiene una idea de discos un poco más cortos, pero respeta nuestra decisión si hay algo que a él no le cierra del todo pero a nosotros sí.
¿Sacan las que no les convencen o las que piensan que no van a gustar?
M: No, las que no nos gustan a nosotros. La selección las hacemos por votación, empezamos por ejemplo con treinta, y en una primera preselección bajamos a veinte. Eso a pura “crucecita”: ponemos los temas en una cartulina, el nombre de cada uno en una columna y elegimos cuales nos gustan más.
¿Se podría decir que hay un alejamiento del rock y un trabajo más intenso con la canción?
E: Si mirás globalmente puede que sea más tranquilo, pero cuando hay rock, hay rock.
M: Lo que tiene este trabajo es que está más explotado, más extremo. Cuando quisimos guitarras crudas y podridas, están bien podridas de verdad. Esa era una intención clara que teníamos para este disco: explotar cada género al mango.
Con la salida de Mateo (bajista) y Pablo (batero) del grupo, se habló de peleas y un quiebre de la banda.
E: No, olvidate. Solamente fueron cambios de rumbo. Mateo está trabajando mucho con cosas de él, que quizás no cuadraban en la banda. A él le interesa mucho la producción y la parte audiovisual, de hecho trabaja con nosotros en ese sentido, ya que se ocupa del futuro DVD de la banda. La verdad es un acto de valentía que a los treinta años pueda decidir cambiar de rumbo.
¿Cómo encajaron los nuevos integrantes (Silveira en bajo y Bartaburu en batería) en el nuevo proyecto?
M: Perfecto. A los chicos ya los conocíamos desde antes y cuando buscábamos gente los teníamos siempre en mente. Los invitamos, les contamos nuestras ideas y les aclaramos que si entraban tenían toda la libertad de aportar todo lo que quisieran.
¿Esta gran movida de rock uruguayo de los últimos años se debe a la calidad musical que tienen o porque en nuestro país se necesitan nuevos sonidos?
E: Las dos cosas y mucho más. Por un lado, la calidad de las bandas, que en los últimos años se masificó mucho más y le prestaron más atención. También la búsqueda de algo nuevo, sobretodo en el lenguaje, de buscar nuevas letras, nuevos mensajes.
¿Notaron cierto crecimiento en Uruguay después de conseguir éxito en Argentina?
M: Si, es un espejo total, pero bien. Allá hay una sensación de orgullo muy grande, de poder exportar nuestra cultura a Argentina y al mundo.
¿Se agradece mucho a La Vela Puerca por ser pioneros de esta movida o cada uno construyó su propio camino?
E: Las dos cosas. Creo que cada uno hizo lo suyo, obviamente la Vela por una cuestión de edad y edición de discos fue quien abrió muchas puertas, pero nosotros también hemos ido a muchos lugares que ellos no fueron y abrimos nuevos caminos.
Si no graban están de gira, ¿a la larga se convierte en un trabajo molesto ser músico?
E: No, para nada. Hacemos cosas como cambiar las cosas y que no sea tan pesado todo. Cada lugar y cada público te dan una energía distinta, por más que sean las mismas canciones. Es un trabajo, sí, como todo, pero lo disfrutamos.
M: Quizás sea un trabajo porque tiene un desarrollo cotidiano y tenés compromisos con un montón de personas, pero está tan agarrado de la vocación que no molesta en absoluto.
A la hora de seleccionar los temas de un show, ¿eligen lo que quiere escuchar su público o los que ustedes disfrutan tocar?
M: Las dos cosas. Lo que no buscamos es que salten en todas las canciones, porque no todas dan para eso. Lo que sí prestamos atención es que nos pasen cosas a la hora de tocarlos y que el público nos devuelva algo, porque la gracia es la comunicación entre ellos y nosotros.
No te va gustar despierta una pasión parecida a una banda nacional ¿cuándo fue la primera vez que sintieron ese cariño por parte del público?
E: A mi me sorprendió en Cemento, que hacía un año que estábamos viniendo. Cuando salimos estaba lleno y toda la gente cantaba las canciones y me voló la cabeza. A partir de ahí, fue un crecimiento continuo.