Tomas Crow: "Hay que luchar por lo que uno quiere"

El síndrome FOMO (acrónimo de fear of missing out, que en español se traduce como “miedo a perderse algo”) vinculado al uso de las redes sociales es el tópico central del primer adelanto de SuperSuperficial, el nuevo trabajo de Tomas Crow luego de su debut solista con el álbum Detoxify. La canción, grabada y mezclada en Londres, cuenta con su videoclip a cargo de Leo Santos. Mientras tanto, el disco se encuentra en proceso de producción. “En la pandemia muchas cosas cambiaron, incluida mi forma de escuchar”, reconoce el músico.

El músico rosarino, de 25 años, se encuentra radicado en Londres desde hace años. Bajo el ala de Max Hayes, productor e ingeniero de bandas como Oasis, Primal Scream y Massive Attack entre otros, Crow comenzó a trabajar en producción y diseño de sonido, y llegó a participar en discos de artistas como Noel Galllagher y Zak Starkey. Tras su primera experiencia solista, la atención está puesta en SuperSuperficial, en un contexto tan complejo a nivel global.     

-Los influencers son los protagonistas de "F.O.M.O". ¿Tu mirada y tu opinión sobre ellos existen desde que comenzó este fenómeno, o se acrecentó en este último tiempo?  

-Creo que los protagonistas de F.O.M.O somos todos, al sentir esa presión que nos ponen las redes sociales. Los influencers son el ejemplo extremo del F.O.M.O, pero todos, de los “millennials” para abajo, sentimos de una forma u otra el miedo a perdernos algo.

-Hay muchas críticas que pueden hacerse a las redes sociales en cuanto a su funcionamiento, la forma en que se utilizan o las repercusiones que generan. ¿Cuál es, según tu visión, el principal perjuicio que ocasionan? ¿Podés reconocer en ellas cosas positivas?

-Creo que las redes sociales son muy poderosas tanto en lo positivo como en lo negativo. Todo depende de dónde nos enfocamos y cuál es nuestro objetivo con ellas. El abuso de redes sociales sin ningún tipo de sentido es el enemigo. El real conflicto comienza cuando no nos preguntamos para qué estamos haciendo lo que estamos haciendo: “¿Para qué subí esta foto? ¿Qué es lo que quiero? ¿Likes? ¿Ser aprobado? ¿Fama? ¿Números? ¿Quiero la privacidad en mi vida?” Estoy seguro de que si muchas personas empiezan a hacerse ciertas preguntas, las cosas pueden cambiar. Por el otro lado, es una gran fuente de información que nos favorece y nos mantiene al día. En mi caso, me sirve para mantenerme en contacto con mis seres queridos en Argentina.

-¿Cómo transitás este período de pandemia?

-Fueron meses duros para la creatividad y para el bolsillo, no te voy a mentir. Hay un bloqueo creativo masivo que es directamente proporcional a la crisis mundial. Estoy tratando de no lucharlo, sino de acompañarlo lo mejor posible hasta que todo se estabilice un poco más. Por suerte mi familia y amigos están todos bien, que es al final es lo más importante. Lo que no faltó fue buena música, estuve escuchando artistas como Clipping, Nicolas Jaar, Weval y Floating Points, entre otros.

-¿Cuáles son los principales aprendizajes que te dejaron hasta el momento las experiencias musicales que tuviste fuera de Argentina?

-Tengo muchísimos aprendizajes adquiridos en estas experiencias, pero todos se resumen en uno: hay que luchar por lo que uno quiere. Nada se da sin sentar el culo en la silla, y menos bajando los brazos. Hay que visualizar y “a por ello”.

-¿Encontrás elementos positivos en cómo se accede y se difunde la música en la actualidad, o te cuesta acostumbrarte a los nuevos patrones?

-Soy del ‘95, nací con Internet y siempre usé Youtube para escuchar mi música. Realmente me siento parte de cómo se difunde la música en la actualidad, aunque no estoy muy de acuerdo en el trato al artista y a todos los trabajadores de la industria de la música. Creo que vamos a encontrar un balance pronto. Estamos luchando por ello.

-¿Qué expectativas tenés en relación a tu nuevo disco y las posibilidades de difundirlo en Argentina?

-Es difícil proyectar con una pandemia agitándolo todo, pero realmente me haría muy feliz presentar mi disco en Argentina. Aprendí por las malas que lo mejor es no tener expectativas y siempre dar lo mejor de uno. Así es como más disfruto y me sorprendo con los resultados de un trabajo.