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Eve Calletti

Eve Calletti: mutar para ser mejor

Cronista: Lucas González | Fotos: Gentileza prensa

22 de Abril, 2020

Eve Calletti: mutar para ser mejor

A fuerza de música urbana, la cantante, compositora y guitarrista renueva el manso indie.

La estadounidense Eydie Gormé (1928-2013) debutó discograficamente en 1950, tras fichar por el sello MGM. Tenía 22 años y más de 30 álbumes por delante, aunque el clímax de su extensa carrera ocurrió durante la década del 60, cuando comenzó a cantar boleros en español, idioma que aprendió gracias al origen hispano-turco de su familia. Su versión de "Échale la culpa a la bossa nova" (conocida en inglés como "Blame It on the Bossa Nova") llamó la atención de Los Panchos, que la ficharon de inmediato, formando así una dupla imbatible: ellos aportaban la estructura y ella una cadencia irresistiblemente singular al vocalizar.

Corta pero eficaz. La sociedad, que coincidió en tiempo-espacio con la “invasión inglesa” a Estados Unidos, arrojó tres recordados trabajos de estudio (Amor, Más amor y Blanca navidad) que entre 1964 y 1966 instalaron al cuarteto en varios mercados hispanoparlantes, incluido el argentino. Posteriormente, el trío se convirtió en un clásico y la cantante, por su parte, en una figura de culto que sumó galardones y colaboraciones (Frank Sinatra, Roberto Carlos y Armando Manzanero). 

De acuerdo a Eve Calletti, nueva exponente del manso indie, la oriunda de Bronx es un nombre indispensable si de canciones románticas se trata. “No habrá nadie como ella”, confirma la mendocina de 26 años que se referenció en Eydie Gormé para componer su reciente lanzamiento, “Corazón”. Orquestado sobre una base rítmica moderna (prestar atención al quirúrgico rasgueo de guitarra), esta suerte de bolero millennial aborda con la dosis justa de dramatismo un tema tradicional (las relaciones) evitando el cliché de “la letra súper fatalista”: “Dame tus manos esta noche / Quiero sentirlas acariciar el vendaval que hay en mí”.

Producto de una formación autodidacta -a los diez años tuvo su primer approach con la viola- y del paso por la Universidad Nacional de Cuyo, donde estudió música popular, Calletti se mueve de manera fluida a través de los ritmos. Tiene una relación íntima e intuitiva: los asimila, deforma y da forma, al igual que Bad Bunny, artista que también incursionó en el bolero y al que no le pierde pisada (“me parece un copado”). Otro vaso comunicante con el boricua: previo al aislamiento social obligatorio, ella trabajaba en “Lento”, un reggaetón producido por Christ Sonic aka Jxyerx y del que hay un anticipo en Instagram. 

Al género ingresó por el lado del baile y de la mano de amigues. Reconoce que el soundtrack ideal contiene J Balvin y El Conejo Malo, claro, pero sobre todo a la vanguardia ibérica: C Tangana, Kaydy Cain, Bad Gyal, La Mafia del amor. Además de la idiosincrasia, le atrae la fonética y la manera de expresarse. Es una cosa cercana, próxima, y al mismo tiempo distante y distinta. Lo suyo también toma distancia del mainstream, por lo menos en lo discursivo. Del dicho al hecho hay un trecho que zanja con soltura. “Siempre discrepé con las canciones de cosificación, que son casi todas”, aclara. Por eso, desde mi lugar, intentaré hacer letras que me identifiquen, que no sean ofensivas para nadie”, concluye.

La misma inquietud que la llevó al reggaetón hizo que, tras la publicación del onírico Dixa (2019), se alejara de Té con King Kong. “Por el momento está pausado, cada una tomó un camino distinto”, dice acerca del trío que formó en 2017 con la pianista Paula Sánchez y la baterista Silvina Ormeño. “Yo soy una manija, tenía ganas de investigar, de urbanizar un poco el estilo del grupo, pero las chicas son de otro palo”.

El flirteo de Calletti con la música urbana aparece explícitamente en tres de los seis tracks de Vintage futurista (2019), su álbum debut: “Tu cuerpo incendio” apela al scratch; “Soft Babe” tiene un beat ralentado y a los MC‘s cuyanos Padawvn y Akafortysuave; mientras que la soulera “Mi vida como vacaciones” suma las ingeniosas barras de Doppel Gangs, alter ego raper de Simón Saieg. La otra mitad del trabajo, embebida en un registro más íntimo -aunque no por eso menos efectivo-, la completan “Trémulas”, “No quiero ser normal” y “Confesiones”.  

Me encanta el Hip Hop. Ahora estoy mucho con el lo-fi. Cuando quiero trabajar sobre algún género, me he acostumbrado a hacer una escucha atenta, ver tutoriales, buscar referencias para que me sirvan de inspiración”, cuenta y reconoce que, uso de Ableton Live mediante, diagramó la arquitectura de su obra. “Son temas que traen una base conocida (funk, rhythm and blues), pero con un toque moderno. Según el bajista de mi banda, el disco es re Nickelodeon: sonidos flasheros, efectitos, ruiditos y cositas”.

Entre tanto, la música generada en Mendoza sigue su curso y añade ramificaciones. Muta para ser mejor y diferente. ¿Qué le depara luego del boom generado por el manso indie? Calletti opina: “Cada uno hace su propio camino. No es lo mismo Perras On The Beach y Usted Señalemelo que el universo planteado por Anyi, un poco más electrónico. O con lo mío, que se sale un poco de los marcos de lo que es el indie. Hay que ir despacio, sabiendo que lo primero y principal es hacer buena música. El resto viene por añadidura”.

-¿Ya pensaste en tu próximo movimiento? ¿Interpretar algún cover de Eydie Gormé, tal vez?

-No lo creo, aunque lo hice durante muchos años. Mientras iba a la facu, como era un mundo más latinoamericano, tenía una banda con la que hacíamos versiones de Drexler, carnavalitos. Pero cuando empezás a crear tus propias temas te olvidás de todos los que sacaste.

-Entonces, ¿qué se viene?

-Además de seguir con Anyi (NdlR: es parte estable de su conjunto), tengo muchas ganas de pinchar discos. Es un universo nuevo y por ahí esas skills me ayudan a componer otro tipo de música.

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