Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Alejo y Valentin

Alejo y Valentín: vamos los pibes

Cronista: Lucas González | Fotos: Laura Torres

31 de Diciembre, 2019

Alejo y Valentín: vamos los pibes

Cuyanos, frescos y con ganas de experimentar. ¿Quiénes son las dos jóvenes promesas de la escena indie local?

Pocos grupos del interior despertaron tanto interés en la escena porteña como Alejo y Valentín, los exponentes más jóvenes de toda una movida que vienen de familias donde la escuela de música es relevante. Y es que la dupla mendocina, ejemplo acabado de lo que está pasando con toda una generación, tuvo un celebrado debut a principio año en Buenos Aires haciendo un Humboldt (ex Lado b de Niceto Club) con apenas un disco (Peculiares, 2018) y la mayoría de edad recién cumplida. 

“Fue muy intenso, mucha velocidad”, piensa el cantante Alejo Llanes. “Nos queda haber disfrutado un montón del show y la cantidad de gente que conocimos”, agrega el más histriónico de los cuyanos, mientras su compañero, el guitarrista sanjuanino Valentín Castro, recuerda que la primera visita a la ciudad ocurrió en 2016, cuando grabaron parte de su álbum debut. “Esto es un flash”.

Para dar con el origen de una de las revelaciones de 2019 (junto a Eve Calletti y Anyi), hay que escarbar un poco más y remontarse a 2006. Por aquel entonces, tienen cinco años y las familias de ambos empiezan a frecuentarse. A los ocho, toman clases de guitarra, asimilan los primeros acordes y en una maratónica noche componen cuatro canciones (“Vivo en el espacio”, “Qué le pasa al rock”, “Lloro” y “Happy”). “No sabíamos lo que iba a pasar, tampoco que todo esto existía”, reconoce Castro. ¨Supongo que ahí arrancaron un montón de cosas”, rememora Llanes. 

 

A los diez, y mientras cursan la primaria, le dan vida a Kapikua –banda que cuenta con el aval de Juampi Di Cesare– y con la que tocan en el colegio frente a compañeros, conocidos y parientes varios. El repertorio es un resumen de noveles influencias y lo integran versiones de Andrés Calamaro (“Flaca”), Soda Stereo (“De música ligera”), Nirvana (“Come as you are”) y hasta de Violeta Parra (“Qué he sacado con quererte”).

También incluyen “Ella no se rendirá”, canción que escriben a sus once y que siete años años después es uno de los puntos más altos en Peculiares. Tiene todo lo que quieren lxs wxchos: intensidad, épica, ingenuidad. Al respecto, Alejo dice: “Si bien mutó, nos pareció lindo que esa parte de nuestro recorrido estuviera en el disco”. 

-¿Componen los dos?

Valentín Castros: -Generalmente, él hace las letras y yo soy un filtro.

Alejo Llanes: -En realidad, hacemos canciones de todas las formas posibles: a veces juntos, a veces hago una estrofa y después de trabarme se la paso. A veces, él tira la música entera y yo intervengo en la melo y la letra. Más allá de quién hace la letra, la producción del tema, ese lugar al que queremos llegar, la encaramos juntos. Siempre.

Disuelto Kapikua, deciden continuar como una dupla. En paralelo, comienzan a cursar sus estudios secundarios en el Colegio Universitario Central (CUC), una institución de corte progresista con tres orientaciones/divisiones: artes, humanidades y naturales.

Paradójicamente, ni Llanes ni Castro se apuntan en la primera. “En su momento, nos pareció que podíamos llegar a ser médicos, políticos, historiadores…”, admite el vocalista y le lanza una mirada cómplice a su amigo. “Por eso, él fue a naturales y yo a humanidades”, completa.

Volviendo a los orígenes, Alejo y Valentín toma forma en la pieza Llanes. Ya no tocan tanto en vivo, por lo menos al principio. Se enfocan en crear, en buscar una identidad sonora. Prueban y experimentan en la computadora de Llanes, que al tener una placa de sonido, oficia como homestudio. “Nuestra vida pasaba por escuchar y hacer música”, sostiene Castro. 

Cuando cumplen quince, caen en la cuenta de que tienen material suficiente como para grabar un disco. Y lo intentan, pero no están solos. Elbi Olalla, pianista y co fundadora de Altertango,  conoce la intimidad de la joven dupla y les sugiere que trabajen la producción con Leandro Lacerna. “Me pareció que la música de los chicos podía estar emparentada con los conceptos que él maneja”. 

-¿Cómo diste con ellos? Porque musical y generacionalmente son muy distantes...

Elbi Olalla: -Soy amiga de los padres de Alejo (Gonzalo y Silvana), una especie de tía para él. Y ya desde chiquito mostraba mucha inclinación por la música. De hecho, fue mi alumno de piano y armonía, y hasta lo invité a cantar con Altertango. Siempre estuve bastante cerca de ellos y de su forma de trabajar, compartiendo la música, mostrándonos cosas.

Tras escuchar “unos demos bastante interesantes”, Lacerna no duda en colaborar con sus coterráneos. “Uno de los puntos más flojos que tenían era el audio, y ahí podía ayudarlos. Pero en lo musical había cosas muy grosas. El laburo entre los tres fue bastante fluido”, señala. “Además, me encantó la actitud, porque con 16 años, en vez de ir a Las Leñas durante las vacaciones de invierno, se fueron para Buenos Aires, donde tenía mi estudio”.

-¿Qué impresión te dejaron?

Leandro Lacerna: -Parecen muy chicos, pero vienen desde hace mucho con la música. Eso fue algo que me interpeló, que me hizo conectar mucho con ellos. Se parece a mi historia. Después, nos hicimos muy amigos y terminé tocando con ellos en algunos shows, como guitarrista, bajista y varias cosas más. 

La grabación de Peculiares arranca en 2016 y se extiende hasta 2018. Da como resultado un álbum eficaz de diez canciones que tiende un puente entre el Páez de los noventa y el primer LP de Usted Señalemelo. Sobre el trabajo, Lacerna opina: “Son muy buenos en lo que hacen, y no tiene que ver con la edad, ya que hacen algo atemporal”. Por su parte, Olalla, que participa en la tanguera “Desprotegido”, sostiene: “Lo que han hecho me parece épico, hermoso, es un triunfo de la musicalidad sino de la organización, de la autogestión, de la profesionalización, del compromiso, del amor entre ellos, se llevan muy bien y hermoso estar rodeado de ellos”. 

Sorteado el debut en Buenos Aires, participan de la última Bienal de Arte Joven. En total son 15 proyectos de todo el país. Lo ganan y los distinguen con la posibilidad de integrar la grilla del próximo Sonorama Ribera, en España. El festejo se extiende cuando se confirma que estarán en en Lollapalooza Argentina 2020.

“Para nosotros significó todo un aprendizaje: giramos, grabamos, viajamos, gestionamos fechas, encontramos un sonido”, reconoce Alejo, mientras Valentín confirma con la mirada, como siempre. “También es el cierre de una etapa y a la vez el comienzo de otra, porque desde que el disco salió están pasando cosas”. Puede que el año que viene saquen el sucesor de su primer trabajo, o se vuelquen parcialmente a la parte académica y estudien algo relacionado a la música. Todavía no lo saben, y tampoco parece importarles. 

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