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Infranich: "Rimar es un tipo de arte"

Cronista: Lucas González | Fotos: Gentileza prensa

15 de Noviembre, 2019

Infranich: "Rimar es un tipo de arte"

A traves del su canal de YouTube, Escuela de Rap, el docente marplatense baja a tierra conceptos sobre freestyle.

Escuela de rap bien podría ser el título del disco de un MC vieja escuela. O el nombre de una crew del conurbano bonaerense formada en los 90, cuando la cultura hip hop recién asomaba la cabeza en nuestro país. Casi, pero no, porque en realidad se trata de un canal de YouTube dedicado al mundo de las batallas de freestyle. Que se desmarca de otras propuestas similares por lo sustancial de su contenido (fluye entre lo teórico y lo práctico), con videos que van desde cómo hacer el punchline de Wos a qué es un one-two, pasando por consejos para mejorar el flow y hasta análisis de los diferentes tipos de gallos. 

Muchos rapreros tienen conocimientos técnicos que desconocen. Por eso funciona tan bien la simbiosis con ellos: les das cuatro o cinco herramientas y enseguida las agarran, porque las tienen aprendidas de improvisar. Al poder nombrarlas, se potencia mucho más la práctica”, explica Gastón Franchini aka Infranich, que además de pergeñar y alimentar el aula virtual de Escuela de Rap, se desempeña como docente de literatura de Mar del Plata, ciudad en la que brinda talleres relacionados a la materia y registra gran parte de sus intervenciones: la primera fue uno sobre Dtoke hace dos años, pero la más reproducida entre sus 70 mil suscriptores es una “teórico” de métricas, estructuras y acentos.

Formado en las Letras y Filosofía (“la dejé en el final, porque apareció el rap”), y con un pasado en el mundo de la poesía (estuvo al frente de la editorial Goles Rosas), este youtuber poco convencional apasionado por la música (puede charlar horas de rock nacional, cumbia e inclusive de la obra de Shakira) está convencido de que "rimar es un tipo de arte" y asegura que para ser intelectual no hace falta citar a la Divina Comedia

La gente admira canciones que cree profundas, cuando generalmente no lo son. Por ejemplo, alguna en la que un artista que no leyó a Platón lo cita. Eso es una falsa intelectualidad que se llama ‘kitsch’”, dice. “Es lo mismo que tienen los best seller como El Código Da Vinci, donde en el primer párrafo se rompe un Caravaggio en el Louvre: te genera la sensación de que pertenecés la cultura alta y no es así”.

El espesor (que la obra diga en varios niveles), en cambio, sí lo encuentra en muchos de los tracks que producen los exponentes más jóvenes de la escena urbana, caso Wos o el mismo Duki, que suele ser criticado por el contenido de sus letras. “En ellos se puede analizar lo literal, simbólico (con lo que está armado) y metafórico. Entender esta polifonía es súper importante para hacer arte. Supone otra dimensión, criterio y laburo. Obviamente, en una batalla no te sirve de nada asimilar este tipo de cuestiones, dado que hay que ser más concreto y pragmático”.

Sobre el último campeón internacional de la Red Bull Batalla de los Gallos, que viene de publicar su álbum debut, agrega: “Wos es tipo que se la juega hasta cierto punto. Combina ideas renovadoras con otras conservadoras, a diferencia de un Duki, que prueba algo completamente extremo, pero que avanza de a poco como artista y se va afianzando”.

-A través de tus videos examinaste el contenido de “Goteo” y sus barras en “Tussi”, de Marcianos Crew. ¿Qué te llamó la atención?

-En las dos aborda la idea de la muerte por medio de una metáfora muy fuerte: dado que no tenemos experiencia previa, lo más parecido es dormir. Pero la gente no se queda con eso, porque aparece en un segundo plano. También habla del exceso de vida y el no querer aceptar los límites de ella, de correrlos. Es un concepto bastante antiguo, que tiene que ver con cierto romanticismo.

-¿Te parece que Duki es consciente de lo que expresa?

-No es consciente a un nivel técnico, pero sí sabe desde la práctica. Tiene un oído de artista. Seguramente hizo 20 mil canciones y eligió “Goteo” porque sintió que tenía algo. Es así que uno simplemente puede encarar la composición como un artesano y darse cuenta cuando está bien o mal sin la necesidad de ser teórico.

-Además, señalás otra particularidad: no repite fórmulas.

-En “Tussi” usa una rima doble, una asonante y otra consonante. La rima consonante cae en la tercera barra, entonces prolonga un eco hasta la cuarta. En cambio, en “Goteo” sólo utiliza rimas asonantes, o un one-two, que además le mete tres acentos por barra, y los va marcando bien claritos.

-Hablando de técnicas, además de ser docente y subir contenido a Escuela de Rap, también sos jurado de la FMS Argentina. ¿Qué balance hacés hasta este momento de la segunda temporada de la liga?

-Es loquísimo lo que pasó este año. Por mérito propio o por culpa del resto, empezó con Dtoke puntero, pese a que es un terreno que no lo favorece. Aprovecha al máximo lo que le permite el formato, trabajando con lo extra energético, acotando antes o después de los rounds. Es una especie de Mascherano del freeestyle.

-Aunque viene de una derrota contra Cacha, Papo se posiciona como otro de los candidatos a llevarse el título, ¿no te parece?

-A él sí lo favorece el formato y recuperó terreno gracias a que viene juntando puntaje como MVP. Es un gallo que pasó del punchline a un costado más artístico, porque se quedaba sin voz.

-¿Qué tipo de participantes tiene más chances de coronarse en una competención como la FMS?

-El que pueda conciliar todas las tensiones de un país, el gallo más del centro. El año pasado (en la FMS Argentina) estaba Wos y era muy claro: por un lado era real y por otro profesional, por un lado tenía punchline y por otro flow.

-Al final, la competencia termina siendo un muestrario del talento y la idiosincrasia local.

-Me gusta que la FMS argentina, a diferencia de la española, donde claramente es un deporte y todos lo aceptan, se disputa una discusión entre los artesanales y profesionales. El rap para muchos chicos fue un disparador, un dispositivo para la curiosidad, para el saber. Particularmente, disfruto más el costado artístico, pero no por eso voy a criticar a los gallos que sean deportivos. Prefiero la pluralidad de nociones a tener que decidir entre una y otra.

-¿Los extremos serían el español Chuty y el mexicano Aczino?

-Sí, es un debate entre Dios y el Diablo. Chuty es Dios, pero con todo lo que eso significa: la regla, la ley y el orden. Y el primer esclavo de ese orden es él, que entrena todo el día, como si fuese un laburo. Por otro lado, Aczino, el diablo, es el que rompe las reglas, el que transgrede.

-Si bien estás a favor de ambos, de los gallos deportivos y artísticos, ¿cuál es el que más disfrutas?

-A Aczino. Si esto fuese un deporte, le saca 300 cabezas a todos. Hace cosas increíbles y que están programadas.

-Por ejemplo...

-Si tiene un minuto y la palabra es vela, sabe cómo va a usarla en cuatro golpes diferentes. Es constante y lo hace todas las veces que se presenta. Tiene piso, solidez, un plus y mucho de los competidores argentinos.

-¿Qué define al batallero argentino?

-Que es bastante creativo. No se limita. Por eso la FMS local es tan emocionante, porque no es meramente deportiva. Tomemos a Klan durante el Quinto Escalón: repetía la primera y segunda barra para que lo escuchasen, pero también para no tener que descargar en la segunda y quedar sin nada que acotar en la tercera y cuarta. Eso es una cosa que solo se permite un argentino, inventar una regla.

-Estás trabajando en un libro, El pareado y la cuarta generación, donde abordás las particularidades de la nueva camada de freestylers. ¿Qué caracteriza a chicxs como Zaina, Roma y Mecha?

-Es una generación que nace en las redes y no en el territorio. Que tiene un criterio más deportivo, porque aprendió de los ganadores y no de lo que ocurría en las plazas. Igualmente, el libro intenta ir en contra de la mirada de facultad, que ve al rap como a una manifestación de la pobreza o una representación de la marginalidad.

-¿Y qué es entonces?

-Esto es un arte, con sus reglas, prehistoria y tradición.

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