Florian: "Por primera vez hago algo genuino, que me representa"

La carrera en solitario de Florian Fernández Capello comenzó gracias a una canción que compuso en tres horas. Ocurrió el año pasado, en la casa de Mariano Otero, donde se juntaban por ocio en el homestudio del productor. Pero surgió “Lejos de mí” y los dos coincidieron en que debían publicarla. “No sabíamos cómo, ni el formato, pero había que hacerlo”, enfatiza el cantante y guitarrista con pasado en Los Fabulosos Cadillacs: de 2016 a 2018 realizó alrededor de 60 shows a la par de su padre, Vicentico.

El tema, aún inédito (“no sé si saldrá”), fue un punto de inflexión en su fuero interno, ya que por fuera de lo musical se encontró consigo mismo y entendió que su futuro no estaba ligado al de Callate Mark, banda que formó en 2010 con sus amigos de la adolescencia y con la que sacó Balboa en 2014 y Todo/Nada en 2017.

Por un lado, aclara que en el trío (antes cuarteto) “no era feliz”, así que decidió crear algo nuevo. “A veces es difícil, pero está bueno tomar ese tipo de decisiones. Hoy en día estoy muy contento, porque por primera vez en la vida hago algo genuino. Que me gusta, siento propio y me representa”. Por otra parte, asegura que si está acá es gracias a lo que transitó con sus compañeros. “No tenía más ganas de tocar, pero sí mucho cariño por todo lo que vivimos”, concede el músico de 24 años en diálogo con Revista El Bondi. 

Mientras maduraba la idea de independizarse, forjó una imagen artística acorde a la situación. Fue así que nació Florian, a secas. “Es un proyecto tan personal, y pasa por lugares tan internos, que no podía llamarse de otra manera”. También engrosó su repertorio: a la canción de las tres horas le siguieron once más, un par realizadas con el propio Otero y otras con “Tuta” Torres, de Babasónicos, que trabajó en Todo/Nada.

Entre tanto, medita la posibilidad de sacar un disco. Puede que salga a fin de año o no (“voy viendo sobre la marcha”). Hasta ahora sólo dio a conocer tres singles (“TKM”, “La fe” y “Llorón”) en los que habla desde una primera persona íntima y por momentos frágil (“Siento que te veo en cada parte a donde voy”), exhibiendo una suerte de pop degenerado pero fácil de asimilar, que lo aleja de Callate Mark y lo acerca a noveles figuras, como Simón Saieg aka Doppel Gangs, de Perras On The Beach.

Teniendo en cuenta que lo entusiasma la nueva generación de músicos locales, piensa en la posibilidad de sumar colaboraciones. Dice que todo es bienvenido y cita varios nombres que disfruta escuchar, caso Salvapantallas, Bandalos Chinos y Juan Ingaramo, de quien destaca lo hecho en Best Seller (2018). “Agarró géneros que estuvieron bastardeados y los volvió algo copado, y a su vez hizo que la gente se cope con ellos”.

-El disco de Ingaramo, además de coquetear con el reggaetón y el cuarteto, incluye featurings con Louta, Ca7riel, Dakillah y Neo Pistea, referente del trap nacional. ¿Cómo te llevás con ese estilo? ¿Lo escuchás?

-Sí, re. Mi hermano, que tiene 12, me pasa toda la data. Duki me encanta, lo escucho a pleno. También a Ysy A. Por más que les peguen, me parece re admirable lo que hacen: ¡se la pasan sacando temas! Tienen uno, lo graban. Con Mariano (Otero) laburamos de una manera similar, grabamos y mezclamos de toque. Hay algo en esa espontaneidad que está buena. No es joda ni tan simple como parece. Por eso me re cabe el género, y que se esté cambiando el panorama. Aparecieron personajes importantes que modificaron la situación.

¿Por ejemplo?

-Marilina Bertoldi. Agarró el rock, que en muchos aspectos quedó viejo, y lo transformó. Es ella quien lo lleva adelante. La rebeldía ahora no pasa por lo contestatario, como ocurría antes, sino por las transformaciones y la valentía. 

-Ingaramo hizo su aporte al convocar voces jóvenes en lugar de consagradas, ¿no?

-Sí, fue un gran gesto. En su momento, los Kuryaki también le pusieron el pecho. Hicieron mucho, porque hasta que se pasa el primer filtro, el desprejuicio inicial, son ellos los que deben surfear la ola para luego darnos lugar a todos los que venimos atrás.

-Hablando de los que emergen, hace un par de años aseguraste que con Callate Mark no se sentían parte de ninguna escena. ¿Y ahora? 

-Puede que sí, tampoco es algo que busque. El día que saqué la primera canción (“TKM”) varios artistas la compartieron y me tiraron buena onda. Y lo valoro, porque la música argentina, en general, carece de ese compañerismo. Bah, por lo menos yo crecí en un ambiente donde no había tanta buena onda. Componer es un proceso bastante solitario, así que está bueno sentirse acompañado por toda esta movida. Me parece re lindo.

*Jueves 12 de septiembre en La Tangente, Honduras 5317. A las 20.