Emanero
Emanero: "Como rapero, antes tenías muy poco margen"
26 de Julio, 2019
¿Nos vemos en Disney?
El hip hop se renueva de manera constante. Vive en una fase beta eterna, exportando e importando data. Por ejemplo, en los ‘80, cuando explotó mediáticamente en Estados Unidos, se vinculó a la música disco. Pero mutó. Entonces, ¿a qué remite cuatro décadas después? “Hoy día suena más trapero”, responde Emanero y plantea su argumento al respecto: “Al igual que ocurrió con el reggaetón, el trap se volvió tan grande que ya es un género en sí mismo. No fue de la noche a la mañana, aunque mediáticamente nos quieran hacer creer lo contrario, ni tampoco una sorpresa para los que formábamos parte de la movida”.
De acuerdo al MC, productor y actor de 32 años, el estallido fue posible gracias a una generación de artistas que viene de un palo distinto al suyo y al de sus compañerxs, que esquivó el nicho, que creció al fragor de la cumbia, al ritmo de los boliches y al calor de las batallas de freestyle. Con YouTube oficiando de vidriera, no sólo posicionó a nivel internacional la escena local (“algo que otros no habíamos logrado”), sino que también dotó a la movida de herramientas diferentes (“como rapero, antes tenías muy poco margen”).
El paso del tiempo hizo que Emanero se alejara de las poses adolescentes y se amigara con lo popular, al punto que en diálogo con Revista El Bondi reconoce la espectacularidad de los shows que daban La Nueva Luna y Rodrigo Bueno. También, que Duki fue el primero en llamarle la atención dentro de la camada, por lo pasional de su interpretación en “She Don‘t Give a FO” y la picardía que generalmente demuestra al escribir.
Eliminados los tapujos, se dedicó a componer el introspectivo Tres mil millones de años luz (2018), un álbum “con otros oídos, tempos y métricas”. En el que además del trap, un sonido que define como “interesantísimo” pese a las críticas que recibe, incluye elementos de la electrónica francesa (escuchar “XXXI” y “Secreto paraíso”), una corriente que hace tiempo consume y que le entró por Justice, Air y Daft Punk, los responsables del icónico Discovery: “Es súper pop”, considera sobre la obra que salió en 2001.
“Nos vemos en Disney”, la primera canción que sacó después de los singles “El temblor” y “Mi libertad”, fue el punto partida. De ahí en adelante, experimentó. Inclusive, se permitió hacerle un guiño al rock nacional a través Luis Alberto Spinetta: no fue una cita ni un loop, sino que tan sólo incorporó el riff de “Seguir viviendo sin tu amor” a “Veneno”, uno de los cortes.
El sucesor de Tres (2014) podrá ser arriesgado desde lo sonoro y hasta más cantado (la alternancia de los pulsos por minutos le exigió apelar a otro tipo de flow) pero sigue siendo un disco de Emanero, donde lo que predomina es la crítica y sobre todo la reflexión. “Me gusta pinchar al público, para que se mueva y se exprese. Quiero que me dé su opinión, sin importar cuál sea”, explica y ejemplifica con la lucha por el aborto legal, seguro y gratuito, un tópico que cruza a la sociedad y que filtra en “De este lado” y “Polvo en el viento”, que cuenta con el español Ambkor.
“Hay que tener empatía y tratar de entender a la otra persona. No hay que enojarse, aunque su pensamiento esté matando", sostiene y aclara que la confrontación o demostrar asco por el razonamiento ajeno no sirve ni aporta nada a la discusión. Por eso, entiende que la clave en esta época de haters y fake news pasa por la forma en la que se transmite el mensaje. “Estoy en otra etapa”, admite y se percibe. A diferencia de lo que ocurría antes, ahora como productor aspira a que sus letras más duras lleguen al oyente de una manera mucho más amena. “Con la edad me fui abriendo, y lo celebro, porque podría no haber ocurrido”, completa.
Mientras colabora con su amiga Kriz Alaniz (produjo “La Sicaria”, una cumbia que estará en su siguiente LP) y guía artísticamente a talentos noveles, caso Bimoud ("es de Santiago del Estero y fue uno de los primeros en hacer trap en la Argentina”) y Greca (“una piba de 17 años que canta y rapea muy bien. Es muy divertido producirla”), piensa en el siguiente paso que dará.
Probablemente, haya un último corte de Tres mil millones de años luz, puesto que desea que “De este lado” tenga un video, pero todavía está viendo el modo en el que lo llevará a cabo. Pretende que el mensaje se amplifique lo más lejos posible, teniendo en cuenta lo que denuncia y que es un año electoral. A propósito de esto último, todavía no sabe a quién votará en la primera vuelta (“si bien tengo una línea general, soy bastante exquisito y trato de leer todas las propuestas”), pero ya tomó una decisión en el caso de que hubiera balotaje.
Más allá de octubre, tiene unas cuantas colaboraciones en agenda. Anticipa que son voces jóvenes, frescas, que tienen algo para decir y que hasta el momento no fueron tan escuchadas. Una de ellas es la Karen Paz, que pasó por La Voz Argentina. La otra es la de Gonzalo “Chino” Agostini. El hijo de Nazarena Vélez y del ex cantante de Sombras incursionó en el trap hace dos años y planea reversionar un tema del grupo que catapultó a la fama a su padre. “Es una mezcolanza rara”, anticipa Emanero y concluye, no sin antes esbozar una sonrisa: “Hay que ver cómo se lo toma Daniel”.
*Sábado 10 de agosto en El Teatrito, Sarmiento 1752. A las 20.