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Los Tipitos

Walter Piancioli: "Estamos de visita en el folklore"

Cronista: Sergio Visciglia | Fotos: Alejandra Malcorra

27 de Mayo, 2019

Walter Piancioli: "Estamos de visita en el folklore"

Tras decenas de clásicos de rock y pop que nos regalaron durante tantos años, Los Tipitos patean el tablero con un álbum en el que se meten de lleno en los ritmos autóctonos de nuestro país. "La música es una sola", resume el cantante.

Luego de editar un homenaje al Rock Nacional, Los Tipitos sorprenden con un disco completamente de folklore. Bajo la producción del histórico Lucho González, la banda se sentó a componer y también a tocar clásicos del género. Walter Piancioli (voz, piano y guitarra) habló con Revista El Bondi y nos adentró en el mundo nuevo que nos deparan con De Mi Flor (2019) y nos advierte: “Es un disco completamente de folklore, mucho más tradicional de lo que yo esperaba”.

-¿Se imaginaron alguna vez hacer un disco así?

-La verdad que no, pasó ahora. Hace unos seis años nos tiraron la idea de la discográfica, pero nunca lo tomamos como algo serio, más que nada porque teníamos ya temas de otro género y había que hacerlos, era la época de Push (2013) y fue pasando el tiempo. Pero la última vez que lo charlamos de nuevo lo reconsideramos, aunque había que sentarse a componer. Ahí empezamos a generar nuestras composiciones, luego elegimos a Lucho González para producir y él nos sugirió canciones tradicionales del género para decorar este disco con clásicos que las personas puedan tener en la oreja, especialmente viniendo todo de una banda que llega de otro lado, que está de visita. Fueron muy atinadas sus elecciones y eso creo que sirvió para que cierta gente empiece a escuchar esa carraspera de tu voz con un oído curioso.

-Entonces primero aparecieron los temas y luego llegó Lucho.

-Teníamos más o menos quince temas para mostrarle, y le encantaron. Se sorprendió con el hecho de que había piano por un lado, y luego una mano derecha de Raúl (Ruffino, voz y guitarra) para la guitarra muy entrenada para la ocasión. Él pensaba que éramos dos guitarras, bajo y bata, porque había visto “Campanas en la noche”, y entonces ya tenía una idea de cómo hacer sonar eso. Pero luego se sorprendió con el hecho de que se podía trabajar de otra manera.

-¿Qué tanto justamente se tuvieron que preparar a nivel instrumental?

-Muchísimo. Fue mucha la exigencia por parte de Lucho. Como todo género folklórico, autóctono de una tierra, tiene un swing particular y una forma de tocarse, una cadencia particular. Eso es muy difícil de estudiar y de aprender. Tenemos la suerte de vivir en Argentina y tenerlo en el oído desde muy chicos, pero de ahí a tocarlo hay otro paso, y esa dificultad técnica hay que sortearla. Por suerte estaba Lucho.

-También está la cuestión del folklorista obsesionado a rajatabla para que se haga bien, tal vez hasta con un poco de prejuicio hacia el rockero, ¿no?

-Diciendo “esto no es así”. Como dice Peteco Carabajal: “porteñito había sido” (risas).

-Hablando de Peteco, recuerdo hace unos años cuando Attaque 77 grabó con él un tema de la banda con aires folklóricos. Mariano Martínez contaba en una nota que le preguntó que estilo era, si una chacarera o qué. Y él respondió “rock nacional”. Sin embargo en este disco de Tipitos uno escucha, y siente que escucha folklore.

-Sí, totalmente. Para mí es un disco de folklore, mucho más tradicional de lo que yo esperaba. No me imaginaba un disco así, y gracias a Dios pudimos acercarnos bastante bien a la idea central del género que es tocar con instrumentos propios, y las pocas guitarras eléctricas que hay las toca otra gente, es muy loco eso. Nosotros tocamos nylon, piano y bombo. Yo particularmente en un momento me pegué una alegría muy grande porque dije “por fin voy a poder tocar el bombo”. Me puse compulsivo, compré un bombo y Lucho no me dejó tocar ni un aro (risas). No hubo forma, me dijo “no amigo, déjelo pa’ los que saben”.

-¿Plantean a partir de este disco una especie de incursión en el gigante circuito del folklore argentino?

-Eso no lo sabremos hasta que no empiecen las giras. A nosotros nos encantaría tocar en Cosquín, estamos con Raul flasheando con estar en la Plaza Próspero Molina, participando del revelación Cosquín, ponele. Nos pica el bichito, sin dudas, la sensación de ver como resisten tus canciones ahí, en medio de la carrera de los Autos Locos (risas).

-Si bien todo es música, es realmente otro circuito aparte, especialmente en el interior.

-Sí, claro. También está todo el mundo de las radios AM, es otra plaza. Sería muy interesante llevar todo lo nuestro ahí. Hace un rato Fede (Bugallo, bajo) decía “nunca vamos a dejar de ser lo que somos”. Comprendemos que estamos de visita en el género, y tenemos la suerte enorme de contar con tipos que nos dieron la bienvenida como Peteco, Abel Pintos, el Chaqueño Palavecino, Lito Vitale, Franco Luciani, Orozco-Barrientos. Todos con muy buena onda y dándonos la bienvenida desde este que les parece una curiosidad: escuchar un disco de folklore hecho por una banda pop o rock.

-Hubo en el pasado pinceladas folklóricas en vivo de Los Tipitos. Hasta en algunos festivales…

-En un Pepsi Music hicimos un número que se llamaba “Lamento Rockero”, donde tocábamos con charango y no sé qué carajo más, una flauta dulce que hacía las veces de quena, y batería de pies. Tocábamos todos riffs de rock pero con ritmo del altiplano, entre carnaval y huayno. Y decíamos “lo lamento, rockeros”.

-Se me vienen a la mente también con esos principios de la banda tocando en la calle.

-Claro, nosotros hicimos muchísima música popular en un montón de estilos. Tocando en la Avenida 3 de Gesell era una especie de necesidad estética, tener un abanico grande de música y hacerlo con instrumentos que no fueran los óptimos para realizarlo.

-¿Eso los curtió a la hora de componer?

-Totalmente.

-¿Y tiene un poco que ver tal vez con haber sido un buen germen para componer tantos hits?

-Puede ser, creo que tiene más que ver con la música que escuchamos. Nos gusta la canción que tiene esos elementos, que tiene el hit y también esa sensación que sentís que va a perdurar, esa cosa eterna. Esa combinación a nosotros nos fascina mucho y nos acordamos siempre en los bondis de gira cuando empezamos a guitarrear: “te acordás de esto, te acordás de aquello”. Todos hits que por cualquier razón te acordás. Por ejemplo “Sussudio” de Phil Collins, te lo acordás, es un hitazo, y además está buenísimo el tema. No le quita mérito ser un hit.

-Se bastardea muchas veces al hit.

-Está mal visto a veces, como que si es un hit es comercial, se hizo para vender y no tiene valor artístico. Para mí es todo lo contrario, tiene aún más valor. Si la canción está buena eso no importa, como tampoco el género, puede venir de cualquier lado, tener cualquier color y la puede cantar quien quiera. Eso lo dice el tiempo también.

-¿Como aparece hit en este disco, que justamente es de otro género?

-Y, está “El ladrón” que es un huayno pop, “La sanatera” es una chacarera bien hitera, “Andando” una gran canción litoraleña. Abordamos distintos lugares.

-Se ve también una inquietud en la banda, que luego de tantos años tal vez lo más cómodo podía haber sido descansar en lo que uno ya hizo.

-Es una forma de reinventarse, de estudiar otra cosa, de mejorar el bocho en 6x8, explorar otro mundo, pese a que no deja de ser música y la música es una sola. Te das cuenta cuando empezás a componer que la música es una sola, tiene el mismo esfuerzo y la misma dedicación hacer un rock que una chacarera.

-¿Estaba el folklore en vos cuando eras chico?

-Se escuchaba en casa, como en todas las casas de nuestra generación. Tanto mi papá como mi mamá escuchaban mucho folklore. Mi vieja tocaba folklore, tangos. Ya de más grande, una maestra en el teatro quiso hacer un musical, una obra de teatro para chicos y me llamó para hacer la música sobre Cuentos de la Selva de Horacio Quiroga, y cada episodio tenía una música diferente, una zamba, una chacarera, un huayno. Así que de alguna manera ya me había puesto a componer, ya lo había hecho.




* Los Tipitos presentan De mi flor el sábado 1° de junio en la Usina del Arte, Caffarena 1, CABA. A las 21
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