Fynn Grabke: "The Picturebooks es más que solo música, es una experiencia"

The Picturebooks tuvo su origen en la ciudad de Gütersloh, en el oeste del país germano, en 2009. Durante sus primeros años fueron un cuarteto, pero después quedó reducido a la mitad, con Fynn Grabke -voz, guitarras- y Philipp Mirtschnik en batería, quienes se mantienen como los únicos miembros del grupo en la actualidad.

Un sonido visceral y crudo es el que define el rock creado por estos dos músicos, el cual evolucionó desde su debut -List Of People To Kill (2009)- hasta su quinto y flamante disco titulado The Hands Of Time, publicado el 8 de marzo pasado. Este último título da cuenta de ese paso del tiempo en un viaje que lleva una década de descubrimientos, para un conjunto que disfruta de estar en la ruta y que desea poder visitarnos lo más pronto posible. Según confiesa el vocalista, “no podemos seguir esperando más, está en nuestra lista de lugares para ir”.

-¿Qué elementos los inspiraron para hacer este nuevo álbum?

-Aceptar la verdad y la vida tal como es. Entender que no hay nada más que el presente y que es una pérdida de tiempo arrepentirse o mirar hacia el pasado. Tampoco deberías temerle al futuro. Esto fue lo que más inspiró al concepto del disco, todas las canciones tratan de eso desde diferentes puntos de vista.

-¿Cómo podrías describir el sonido de este trabajo?

-Siempre tratamos de crear un sonido propio. Lo que siempre nos ayudó es saber identificar todo aquello que no queremos, lo que no nos gustaría ser y como no queremos sonar. The Picturebooks es más que solo música, es una experiencia. Los videos, las fotos, las canciones, hasta nuestras redes sociales forman parte de nuestra impronta creativa y son todas igualmente importantes para nosotros. Mencionar géneros o algo parecido es realmente muy difícil. El arte es libre y así es la música; si le das nombres o etiquetas te encerrás artísticamente.

-¿Cómo vivieron el trabajo en estudio con Chrissie Hynde?

-Fue espectacular. Cuando vivimos en Santa Mónica (Estados Unidos) compramos un disco de The Pretenders y lo escuchamos todos los días, somos fans desde hace mucho tiempo. Entonces, el verano (boreal) pasado nos ofrecieron tocar en un festival en Saint Tropez y encabezaba esa banda. Obviamente aceptamos y estábamos muy contentos de poder conocer a su fundadora. Cuando fuimos a la prueba de sonido ese día la vi en una playa vacía en frente nuestro moviendo la cabeza mientras nos escuchaba.

-¿Y qué les comentó cuando la vieron?

-Cuando se acercó, nos dijo que le había encantado y que quería conocernos más, nos volvimos muy cercanos ese día. Al final de esa jornada compartimos nuestros contactos y pensamos que no nos volveríamos a ver. Un par de semanas después se nos ocurrió hacer una canción con un cantante invitado. Mientras pensamos a quién sumar yo dije en broma de preguntarle a Chrissie. Primero nos reímos, luego le envié un mensaje de texto a ella y dos minutos más tarde contestó, así se unió al proyecto. No podíamos creerlo. El problema es que no teníamos la canción aún, entonces estuvimos dos días seguidos escribiendo y grabando hasta que se la enviamos. A ella le encantó y una semana más tarde ya estaba lista. En definitiva, ella es la mejor.

-Tienen un estilo muy orgánico, no sólo en la música sino también en la vida. ¿Qué piensan al respecto?

-Tratamos de no ser alguien que no somos. Construimos y andamos en motocicletas, hacemos skate y música. Todas estas cosas provienen del corazón, no hace falta fingirlo.

-¿Por qué no les interesa el virtuosismo musical o tocar de manera profesional?

-¡No somos profesionales en absoluto! Nunca aprendimos a tocar un instrumento en ningún momento de nuestras vidas. Al día de hoy, ni siquiera puedo tocar un acorde básico; la música viene del corazón: usamos guitarras, batería y nuestras voces como nuestras herramientas para expresar lo que sea que nos ocurra.

-¿Ese punto de vista también se aplica a sus letras?

-Totalmente. Está adentro tuyo, absolutamente todo. No necesitás drogas, alcohol ni nada más que vos mismo para ser creativo. La motivación no crece en los árboles, tenés que forzarla; realmente, creo en eso y es así como escribo mis canciones. Me escucho a mí mismo. Usualmente improviso en el momento y lo grabo. Muchas de las cosas que se escuchan en el álbum son improvisadas y la gente se da cuenta de eso. Hay algo de magia al respecto.

-En su trabajo anterior, Home is a Heartache (2017), hay un tema que se llama "Zero Fucks Given". ¿De dónde viene ese título?

-De ningún lado. Se trata de mí, de querer sentirme de esa manera, que no me importe una mierda nada pero, a veces me preocupo mucho por cosas de la vida, el mundo y demás. Eso puede ser doloroso, aunque como suelo decir, así somos. Cuando afrontás la verdad en un mundo donde Facebook, la TV y cualquiera trata de poner el miedo, la ira y vibras negativas en nuestras cabezas, es el momento de aceptar todas las cosas buenas que suceden alrededor tuyo. Sí, hay negatividad, pero no dejes que eso te controle.

-Una vez se prohibieron a ustedes mismos escuchar música. ¿Qué aprendieron de esa experiencia, creativamente hablando?

-Que todo está adentro tuyo, sólo tenés que encontrar la manera de saber escucharte. Hay muchas cosas que pueden inspirarte, pero no todas ellas son realmente buenas para vos, aún cuando parezca que es así. Nos encontramos a nosotros mismos durante ese momento. Descubrimos el blues sin siquiera saber qué es. Tampoco escuchamos mucho blues, fue algo natural.

-¿Qué tan importante es improvisar para ustedes?

-No lo sé. Cuando hacemos música, la grabamos o la tocamos en vivo. Nunca ensayamos, eso es todo lo que hacemos. En la improvisación es en donde está la cosa, eso es el arte verdadero. Actuar en el presente, en el ahora.

-¿Qué es lo que les gusta de hacer giras?

-Todo. Es por eso que hacemos esto, estar en la ruta, ver culturas y naturalezas diferentes, comer comidas distintas y más. Lo que está bueno es que cuanto más viajamos y visitamos partes del mundo que nunca conocimos, nos damos cuenta que todos somos iguales. Todas las personas quieren ser amadas. No nos gustan las fronteras ni izar las banderas muy alto. Deberíamos conectarnos, juntarnos y no separarnos.