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Placer

Walter Lema: "Es un milagro que una banda como Placer siga existiendo"

Cronista: Maximiliano Novelli Frutos | Fotos: Gentileza prensa

24 de Octubre, 2018

Walter Lema: "Es un milagro que una banda como Placer siga existiendo"

El grupo de zona sur se prepara para la presentación oficial de su quinto trabajo en Studio Live junto a UN.

En el under sureño del Gran Buenos Aires, formado en Longchamps hace una década y media, se encuentra un grupo de rock cuya lírica tan particular se mezcla con el punk, el pop y el new wave, pero sin anclarse en ninguno de esos estilos. Ese sonido remite a la oscuridad y a la luz al mismo tiempo, la intensidad de los estados de ánimo, al movimiento constante de los cuerpos bajo un éxtasis rockero.

La historia de su fundador, Walter “Ñoqui” Lema, podría ser digna de un libro, una película o, al menos, una miniserie. Nacido en Lanús, se ganó el apodo debido al negocio familiar y pronto empezó a empaparse de música. El punk fue su tutor en ese arte, y desde temprano formó diversas bandas hasta que la adicción al alcohol y las drogas fue tan severa que lo sobrepasó, relegando absolutamente su carrera artística.

El caos omnipresente en aquella época de su vida tuvo como condimento los vaivenes entre centros de rehabilitación y la calle, que desembocaron ulteriormente en la cárcel. En ese período de oscuridad total, la única luz fueron las canciones que compuso mientras estaba encerrado y que incluso pudo grabar en cassette.

A fines de 2003 formó Placer, que empezó a circular por varios reductos del conurbano y luego de la capital, pero con un discurso y sonido diferentes a lo que tenía mayor resonancia en aquellos tiempos post crisis. Las idas y vueltas de integrantes no impidieron que el grupo continuara con su cometido, grabando su debut discográfico homónimo, publicado en 2007. Tal vez la manera de cristalizar la salida definitiva de aquellos tiempos tumultuosos del cantante.

Tres placas siguieron el recorrido musical. Primero llegó Incurable, publicado en junio de 2009; un lustro después vio la luz Impecable y en 2016 llegó Extrañas, que contó con la participación de Michel Peyronel y de Adrián Dárgelos. En paralelo, el líder del conjunto mantuvo otros proyectos en paralelo, como el Walter Lema Dúo.

Para este 2018 el primer guitarrista de la banda, Matías “Matu” Naso, se suma a la alineación junto a Matías Herrera en la batería, Gerardo Cardone -también en las seis cuerdas- y el bajista Santiago Guzmán, y con esta reciente formación acaba de publicar 24 Horas, su quinto álbum, en el que se destaca esa mezcla punk rock y pop a dos guitarras, lo que le da una impronta renovada a ese sonido que quizás ahora resulta clásico -y a la vez moderno- del quinteto. Revista El Bondi conversó con el cantante y fundador del conjunto acerca de este flamante trabajo, su relación con las canciones y la música como medicina del pasado.

-¿Cómo fue la experiencia en las grabaciones de este álbum?

-Hicimos demos, de ahí le mostramos al productor, que lo escucha pero no labura sobre eso. Después en la sala armamos los temas, si bien hay cosas ya planeadas, posteriormente van saliendo espontáneamente arreglos. Los teclados los grabamos sin tener pensado nada para ese instrumento porque es sin tecladista la formación de este disco.

-Hay una instrumentación distinta en esta oportunidad.

-Claro, es la primera vez que hay dos guitarras. Volvió “Matu”, que había tocado en el comienzo de la banda y con Gerardo armaron una relación interesante de guitarras que van y vienen. En las grabaciones iban surgiendo cosas que no estaban ensayadas previamente que también se fueron metiendo. Está bueno porque es algo nuevo que refresca, da un poco más de aire a la banda.

-A nivel compositivo, ¿escribiste todo recientemente o hay material de discos anteriores?

-Son todas canciones que yo voy haciendo en el lapso entre un disco y el otro. Cuando se termina de grabar, por lo general, yo ya empiezo a compilar escritos míos. Los temas son todos hechos, en este caso, para este álbum. Ni siquiera tenemos un título del LP antes de componer, eso se define casi antes de mandarlo a fabricar porque siempre hay varios nombres girando.

-¿Es el primero que editan en vinilo?

-Sí, hicimos los cuatro discos anteriores en CD pero para éste, nuestro mánager Pablo Piñeiro sugirió que estaría bueno hacerlo distinto. Pensé en muchos amigos coleccionistas que tengo y que está en auge la cosa del vinilo, no lo digo como un lugar de oportunismo, pero el que compra el físico lo tiene más como objeto, porque hoy uno ya escucha música en la computadora. Si vas a tener algo guardado que esté bueno, obviamente vas a preferir tener un vinilo y si tenés para escucharlo, mucho mejor. Es todo un ritual para el que escucha música.

-¿Te sirve esa metodología de sacar un LP cada 2 años?

-Para mí está buenísimo. Es tocar, ensayar, hacer los discos y después vienen canciones que van fluyendo. Al tener algo nuevo para tocar y decir, ya lo querés volcar en algún lado. Todo comienza en un demo o en una grabación rápida en un celular, eso después lo llevás a la sala y es la forma que tenemos para componer.

-En lo personal, ¿qué representa este disco en esta etapa?

-Para mí, al igual que para toda la banda, está buenísimo porque venimos con un lapso de editar un disco cada dos años. Eso también es porque hay un sello, está Pablo (Piñeiro) que está laburando bien con nosotros y le pone ganas. Ya es un milagro que una banda como Placer siga existiendo, porque somos un grupo underground. Mantener una banda, no sólo económicamente o aunque toques siempre, es complicado porque no te difunden, las puertas no se abren fácilmente. Sin embargo, hay otras cosas que después de 15 años las tenemos más claras: nos cuesta menos grabar un disco, ya sabemos cómo presentarlo, cómo hacer un video, etcétera. Tratamos de no volvernos locos sino hacer lo que nos gusta, que es hacer música y tocar donde se pueda y donde estemos cómodos.

-¿Qué escuchás hoy en día?

-Hace varios años que no soy de escuchar mucha música. Tal vez cuatro o cinco canciones a la mañana y después toco la guitarra. Siempre escuché punk rock de los 70. Me pasó que en un momento perdí toda la música que tenía y ahora le perdí el hilo a la cosa de estar investigando todo el tiempo. Estar actualizado con todo lo que hay, por más que esté internet, también es difícil porque al margen de que aparece mucha banda nueva también hay otras que estuvieron tapadas y que nunca las pudimos escuchar. Es mucha información para buscar.

-¿Qué hay de autorreferencial en la letra de “No hay dimensión”?

-Tiene que ver con esas situaciones de la vida en las que a veces estás solo, incluso en un lugar lleno de gente. Habla sobre el aprender a estarlo. Yo lo aprendí cuando me tocó estar así, al principio capaz que te duele, después te hacés una coraza y caminás porque no te podés quedar estancado en un lugar, hay que seguir o ir hacia un costado para después ir hacia adelante, eso es lo que siento.

-¿Tiene que ver con épocas pasadas?

-Sí, yo tuve mucho palo con el alcohol, con internaciones, la cárcel. No me daba cuenta de lo que hacía. Para mí todo estaba bien, yo tenía razón. Y después me di cuenta que no.

-¿La música fue un escape a todo eso?

-No sé si un escape, pero sí un remedio que me sigue funcionando así. Aunque hago música desde antes de que me pase todo eso. Además, escribo un tema, grabo un disco, tengo una fecha, siempre estoy en movimiento. Esa forma de vida finalmente le pudo ganar a la otra, que también tienen relación entre sí, solamente que a mí no me funcionaba. En un momento sí, pero al ser superado por el consumo no podía aprovechar ni siquiera mi propia música. Ahí es donde me empecé a ahogar y a hacer cualquiera, hasta tuve dos años en los que no toqué. Yo lo siento como remedio eterno, no sólo porque hicimos con Placer, grabé con el dúo (el Walter Lema Dúo), después tuve otra banda en la que grabé un disco y un EP de cuatro temas. Me sirve el decir: “mirá qué bueno lo que pude hacer”. Como hablarse a uno mismo, no desde una cuestión egocéntrica para mostrar al mundo, sino como reconocérselo a uno mismo.

-¿Cómo está hoy Placer?

-¡Qué pregunta difícil! (Risas). Siempre fuimos una banda de rock y mantuvimos el espíritu. Al margen de ser compañeros, somos amigos. Musicalmente, también nos llevamos muy bien. Creo que Placer es la banda, con mayúsculas.

* Viernes 26 de octubre en Studio Quilmes Garage, Pasaje 5 de julio 444 -San Telmo-. A las 21.30

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