Pampa Yakuza: transformación y después

El origen de Pampa Yakuza se remonta a fines de los años 90 y al poco tiempo de lanzar su debut, Divina Comedia (1999), participar de algunos festivales y ganar cierta popularidad, hicieron una pausa. La refundación de la banda se produjo a fines de 2001, cuando las cacerolas y las ollas se volvieron instrumentos de protesta.

En el plano musical, los siguientes años fueron de constante crecimiento en los que pasaron por una multiplicidad de espacios a lo largo del país, publicaron siete discos -el más reciente, El placer de ser, editado en 2014-, hasta que una nueva transformación ocurrió en 2017, con la partida de dos de sus integrantes.

Actualmente en formato quinteto, el conjunto está integrado por Hernán Saravia en voz principal; Federico Quiroga en voces; Luciano Katz en guitarra, charango, banjo y coros; Ricardo “Ruso” Jahni en bajo y Ariel Vitale en batería. Por otra parte, a diferencia del pasado, se focalizaron en la producción de sencillos, como los que ya vieron la luz en las plataformas digitales previamente este año, “Libres” y “Estaré”. Revista El Bondi entrevistó a Hernán Saravia y a Ricardo Jahni, quienes contaron cómo está la banda en la actualidad, los cambios en su forma de trabajar y lo que se viene.

-¿Cómo les resultó este formato de sacar simples?
Ricardo Jahni: -El hecho de no tener que esperar a tener una obra y mezclar todo un disco, esa inmediatez de meternos en el mundo del sencillo o de la música escuchada de otra manera, fue un cambio rotundo que nos gustó.

Hernán Saravia: -Fue una necesidad interna respondiendo a una externa, dado que el último trabajo que teníamos editado era de 2014. Era un buen momento para salir a reafirmar que no estábamos “descansando” sino que la proactividad estaba ahí. Por ser autogestionados, encontramos la forma de responder a la demanda interna y a lo que la gente quería: escuchar algo nuevo de Pampa, haciendo singles como en la vieja época.

-¿Cómo vivieron el cambio de formación?
RJ: -Musicalmente se dio que encontramos un formato que explotamos bastante rápido. Hicimos un show que se llamó Serenamente, en el que reversionamos los temas. Fue una etapa más, salimos componiendo y grabando. Pero creo que fue más humano que musical.

HS: -El duelo mutó a la creación, sin desmerecer a los que no están más. Es una banda muy particular, porque somos bastante transversales y sentimos que cada uno tiene una relevancia dentro del grupo. Lo básico, el ADN sigue estando vigente y seguimos siendo cinco tipos que empujan para adelante y queremos seguir contando cosas nuevas continuamente.

-¿Cómo fue la experiencia de que sus seguidores voten los temas que sonarán en la próxima fecha?
RJ: -Es divertido interactuar con la gente y está bueno que el que te viene a ver un día tenga la oportunidad de elegir lo que quiera escuchar. Además, nos hace tocar temas que hace un montón que no hacemos. De estos shows salen versiones que después repetís en más recitales porque te gusta cómo quedaron.

-¿Hay un ingreso de nuevas generaciones de fanáticos?
HS: -Nuestro mensaje no está dirigido exclusivamente para pibes de 15 o tipos de 40 años: hacemos canciones, bienvenido sea a donde lleguen. Entonces, hay padres que traen a los hijos y viceversa, porque saben que el espíritu que se vive dentro de un show de Pampa no es el reviente del rock ni tampoco la tranquilidad de una banda de baladas. Nuestro estilo es tratar de no encasillarnos y metemos un montón de géneros que son los que nos terminan dando identidad. Me parece que es interesante descubrirla para el que aún no la conoce.

-¿Cómo serán los próximos shows?
HS: -Después de La Trastienda, el 5 de octubre nos vamos a un festival en Santa Fe (NdlR: Harlem Festival, del 5 al 7 de octubre) lo que también es positivo, porque Pampa vuelve a estar dentro de los festivales para compartir escenario con un montón de artistas que admiramos, dado que hace unos cuatro o cinco años que no estábamos participando de esa movida. Además, está buenísimo porque la banda también pretende llegar a otros oídos.

-¿Se viene un álbum nuevo?
RJ: -Por ahora nos quedan dos singles por largar, uno de ellos es un cover. Creo que el objetivo de un disco queda grande hoy día, es un proceso largo: composición, grabación, mezclar doce temas. A mí me gusta esto de la rapidez de que cada tema es un mundo, cuando lo soltás viene otro atrás que es distinto y así fluye.

HS: -Creo que lo que la gente quiere hoy es encontrarse con canciones nuevas y esta forma es bastante amigable. Actualmente estamos escuchando todo con el celular y hacemos un random en general. No está la obligación de hacer un disco, si lo hacemos está todo bien, pero lo importante es dar vida a las composiciones y que tengan su camino.

* Sábado 29 de septiembre en La Trastienda, Balcarce 460. A las 20.