Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Javier Montalto

Javier Montalto: "Es revelador cantar en un momento de melancolía"

Cronista: Lucas González | Fotos: Gentileza: Prensa

04 de Septiembre, 2018

Javier Montalto: "Es revelador cantar en un momento de melancolía"

El mendocino presenta El Hombre Elefante, un disco de ruptura y sanación.

Finalizada la etapa de ChocoGüon, el dúo que compartió durante ocho años con Jony Moyano, el mendocino Javier Montalto emprendió su carrera como solista. “Anímicamente, fue durísimo. Tuve que recurrir a nuevas voces, como mi hermana, que fue muy importante”, admite el cantante, guitarrista y productor. Ordenadas las prioridades, en 2016 emprendió la ardua tarea de componer, para finalmente publicar El Hombre Elefante (2017), un trabajo que tendría como inspiración la historia de Joseph Merrick, un ciudadano inglés que vivió gran parte de su vida con severas deformaciones físicas.

-Ahora que te lanzaste como solista, ¿cambiaron las pretensiones?

-Hay una continuidad artística. Porque me quedé sin banda y empecé con mi disco al toque. Entonces, tanto la música como las expectativas, terminan siendo lo mismo, que tampoco es tanto: poder laburar de esto y lo más cómodo posible.

-Fue un envión, nunca paraste.

-No, de hecho, este disco podría tranquilamente ser el tercero de ChocoGüon.

-Es cierto, tienen sus similitudes

-Porque lo laburé igual, desde el mismo lugar. Termino cantando lo mismo, cosas que me pasan. En un año, ya tenía el disco en la mano: lo compuse, grabé y produje. Fue muy rápido, nunca me había pasado. Lo disfruté mucho, porque me sigue dando cosas lindas.

-Sin embargo, el disco está inspirado en la trágica vida Joseph Merrick. ¿Por qué?

-Es una historia hermosa, poética y perturbadora. Personifica algo por lo que todos pasamos alguna vez: sentirte rechazado, pedir amor, que te dejen amar. Joseph Merrick era un monstruo, pero era un tipo muy sensible, muy dulce. Muchos aseguran que tenían una inteligencia superior a la media.

-El disco atraviesa diferentes climas: tristeza (“Ey”), melancolía (“El vals de Igor”) e inclusive tiene pasajes que son más agradables (“Solitarios”). ¿Cuál fue la búsqueda?

-En realidad, canto de lo que me pasa. Y aunque no lo pensé, me parece que se me hace súper natural. Es así. Hay de todo eso dentro. Igual, se me hace muy difícil escribirle a las cosas felices.

-¿Por qué?

-Será que cuando estoy feliz no compongo, estoy con amigos, en otra. La música es una especie de catarsis. Tampoco es que cada vez que estoy mal agarro la guitarra para sanarme, pero sí soy consciente de que la música sana. De hecho, es revelador cantar en esos momentos, de melancolía y tristeza.

-¿Te sorprende el reconocimiento que está recibiendo la música mendocina?

-No, y me pone muy contento. Hace años que venimos a Buenos Aires, moviendo y moviendo. En algún momento tenía que pasar, y no es casualidad. Los pibes se tocan todo y la tienen muy clara y atada. Se volvieron la punta de lanza, abren puertas y cultura.

-¿Qué te depara el futuro?

-Hasta hace poco, compuse para otros. No paro y me pone feliz, que te pidan canciones o que produzcas, es un reconocimiento. Imaginate: vos, que sacás un disco, me pedís que arregle tus canciones, para que después las defiendas.

*Jueves 6 de septiembre en el Teatro Monteviejo, Lavalle 3177. A las 21.
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