Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Miss Bolivia

Miss Bolivia: "Canto para no morir"

Cronista: Fernanda Miguel | Fotos: Natalia Leone

03 de Abril, 2018

Miss Bolivia: "Canto para no morir"

La artista se encuentra presentando Pantera, álbum que considera una evolución de Miau, su antecesor, donde no faltan las letras de desamor ni las urgentes.

Paz Ferreyra es mucho más que un hit de verano. En los últimos años, lleva diez de carrera, se transformó en un aluvión de mensajes que se comunican en canciones y palabras, que a muchos incomoda, pero que a otros los interpela en lo más profundo, porque si de algo sabe la música es de tocar el hueso y hacer pensar mientras se baila. Hoy, con un nuevo disco en la calle, y una trayectoria mucho más sólida, Miss Bolivia vuelve a superarse a la hora de escribir y transmitir lo que tiene adentro.  

-Presentas tu nuevo disco, Pantera (2017), en el Konex. ¿Cómo será la fecha, en la que además tocarán Kazzu y La Joaqui?

-Voy a a hacer un show potente y grande, con una apuesta importante en lo visual, en la danza, en lo musical, trayendo las canciones de Pantera y algunas más viejas. Así comienzan los festejos por los diez años de carrera, y a fin de año vamos a hacer un teatro.

-Cuando lanzaste Miau (2013), decías que tenías una especie de fantasma que te presionaba para los futuros proyectos, porque la vara había quedado muy alta. ¿Lo sentiste a la hora de componer Pantera?

-Al principio hubo un fantasma a la hora de componer. Cuando empecé con Pantera, tuve que matar en mi cabeza a "Tomate el Palo", que era lo que había dejado la vara alta, para ser justa con el nuevo material y no tenerlo atado a lo previo, para que tenga su propia identidad y su propia fuerza. Cuando pude atravesar ese obstáculo, que es de la mente y el de la presión social, pude abocarme a darle la identidad que el álbum se merecía. Creo que la música de Miss Bolivia se va transformando con el correr del tiempo, como lo voy haciendo yo; también hay una evolución del estilo y siento que Pantera es una evolución de Miau, que está emparentado en muchas cosas y a la vez se diferencia y va más allá en muchas otras. Estoy súper agradecida y satisfecha, creo que lo logré, ya pude trascender eso y más que pesarme, hoy agradezco a cada una de mis canciones porque me sirvieron de ventana para que mucha gente se acerque al resto de la obra a partir de un hit.

-¿En qué cosas notás que este disco es una evolución del anterior?

-Creo que partimos de la misma médula, que es la cumbia y el hip hop,  pero en Pantera pude ir más allá y hacer fusión e irme al rock, al punk, al pop, al folklore, al recitado. Sortié todos los prejuicios estilísticos que hasta yo tenía. Ahí hubo evolución. También en el mensaje, en la lírica, porque creo que se fue afilando, se hizo más concisa y concreta. Se dice más, pero hablando menos. Es una estética mucho más al hueso y directa, sin tanta metáfora. Eso en el aspecto de los contenidos; también hay una maduración del proyecto en sí y de la escucha de todos, porque hay cada vez más tolerancia.

-¿Por qué elegiste “Cagón” como corte?

-Porque tenía poquitos cuando arrancó la difusión, todavía no existía el disco. Tenía ese, la mitad de “El paso” y de “Soy”. Entonces sacamos “Cagón”, para calentar los motores, para mostrar un poco de lo que venía. Cuando tuve el disco, sentí que era “El paso” el tema para compartir y decir "hola". Ahora me encuentro en proceso de corte del tercer single, que es “Paren de matarnos”, porque sentí la urgencia de que sea ese y no otro. Viene acompañado de un videoclip que tenemos en el horno y en algunas semanas seguramente saldrá por la web -NdlR: será anticipado en el Konex-. Estoy contenta también de haber tenido el apoyo de de la compañía para cortar este tema, que nos resultó de carácter urgente a todos. Esta canción es un pequeño aporte, un manifiesto. A mucha gente la convoca porque genera empatía e identificación y es como algo que ya no me pertenece, sino que es de todos.

 

 

-Hablando de “Paren de matarnos”, ¿cuáles fueron las sensaciones que te abordaron a la hora de componerla?

-La escribí por urgencia, para no morir. Siempre digo que canto para no morir. Son cosas que me quedan en el cuerpo, que las necesito sacar vía simbólica o verbal. A esta canción la compuse a raíz del caso de las chicas de Montañitas -NdlR: se refiere a María José Coni y Marina Menegazzo, quienes fueron asesinadas en esa localidad ecuatoriana en 2016-. Estos femicidios me pegaron muy muy mal, estuve en cama dos días y ahí la escribí. Al principio era un recitado que no tenía música, después vino la necesidad de hacer el disco y elegí un estilo musical, el único que me permitía poner esas palabras. Probé hacerlo cumbia, reggae, rap y no: tenía que ser algo más rockero, con rap, pero con el acompañamiento de las guitarras, de la batería fuerte y remitirme a mi adolescencia, donde había canciones más contraculturales y rebeldes. Así fue que se le dio un asidero musical.

-A lo largo de estos años te convertiste en una de las referentes musicales del feminismo y de otras causas sociales, ¿tu objetivo siempre fue dar un mensaje más allá de la música o fue algo que surgió en el camino?

-Antes de empezar con Miss Bolivia, era así en todo lo que hacía, en mi práctica profesional como psicóloga o escribiendo para algún medio, o como docente o estudiante. Lo que pasó fue que se sumó un registro más para transmitir y comunicar, que era la música. Siempre necesité decir algo. Creo muchísimo en la belleza de la música per se, pero lo que era mi praxis musical, necesitaba decir, y para decir cualquier gilada, prefería hacer algo instrumental. Pienso bastante y le pongo muchísimo cuidado artesanal a lo que hago con la palabra, que tiene una fuerza enorme para transmitir. Intento ser responsable al hacerlo. Siempre trato de que sea coherente lo que digo con lo que hago, eso me hace sentir consecuente. No me imaginé el vuelo que tomó el proyecto, las canciones y el mensaje, pero sí, desde siempre tuve la intención de que sea algo accesible e inclusivo, que comunique algo distinto, que buscaba y no encontraba, entonces dije "bueno, lo hago yo".

-Últimamente hay una resistencia por parte de algunos seguidores de distintas bandas que piden que no se mezcle lo político/social con la música. En cambio, tu público y vos van por el camino contrario…

-Creo que la música y el arte son políticos. Un gesto político es decir "mi música no es política". No hay modo de que un producto artístico se exima de esto. Si bien me encanta hablar de bailar, de mover el culo, del amor, del desamor, que también son crónicas de la vida cotidiana y del culebrón humano, también me resulta urgente transmitir ciertos contenidos y aprovechar el poder que dá la amplificación de la música, para ponerle voz a voces que están silenciadas. No agarrarlo para el ego, sino para oficiar de canal.

-El movimiento feminista está creciendo mucho y haciéndose cada vez más visible en las distintas luchas que se dan a diario. ¿Para dónde pensás que continuará?

-Estamos en el camino, siempre en constante construcción y reconstrucción. Son momentos de mucha efervescencia y organización. Me parece super interesante lo que está pasando, que a raíz de organizarnos generamos una presión social desde la base que llegó a una situación de ultimátum con los dirigentes, con quienes nos legislan y votan por nosotras las leyes. Es en una circunstancia donde ya no queda otra que escucharnos y eso es producto de la lucha que viene y nos antecede, y de un montón que lucharon y ya no están. También por ellas es muy importante levantar la bandera.

*Viernes 6 de abril en la Ciudad Cultural Konex, Sarmiento 3131. A las 19.

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