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Cielo Razzo

Cielo Razzo: "Tenemos alma under y eso no se borra"

Cronista: Mauro Fernandez | Fotos: Ayelen Martinez

04 de Abril, 2018

Cielo Razzo: "Tenemos alma under y eso no se borra"

Los rosarinos festejarán sus 25 años en el Luna Park. Previo a esa fiesta, la banda recorre este camino exitoso que lleva un cuarto de siglo.


Si 20 años no son nada, ¿25 qué serían? Hay tantas amistades, parejas o familiares que no se soportan tanto tiempo juntos. Sin embargo, cuando uno se topa con las personas indicadas en la vida, todo parece fluir. Así sucedió con Cielo Razzo, la banda rosarina que luego de varias modificaciones en su formación, encontró una estabilidad que les permitió superarse año tras año. Juntos moldearon un sueño y tan mal no les está yendo. Siete discos de estudios, uno en vivo acompañado con un DVD, centenares de shows a lo largo y ancho del país, figuras principales en festivales, llenaron Cemento, Obras Sanitarias, Luna Park y van por más.

Mucho amor y sudor dejaron desde el primer día, siguiendo por esa misma línea que ahora los encuentra planeando un nuevo Luna Park para celebrar sus 25 años; el segundo en su trayectoria. Para ello, como si fuera una especie de Delorean, los músicos invitaron a Revista El Bondi para hacer un repaso por toda su historia, aquella que empezó por 1993 en el Barrio Ludueña de Rosario. Los primeros en pilotear son Pablo Pino, voz del grupo, y el baterista, Javier Robledo. Luego se sumaron el resto de la troupe.

Con la intención de pasar por todas las paradas fundamentales de Cielo Razzo, el punto de partida es la terraza de la casa de Cristian Nárvaez, bajista y uno de los fundadores, en donde surgió el nombre y las ansias por querer tocar. Pese a ello, las ambiciones musicales ya se venían gestando.

-¿Cuál fue la chispa que los motivó a inclinarse por la música?

Pablo Pino: -En mi casa siempre hubo música y me nutrí demasiado con eso. Quería ser cantante y en un momento se abre un hueco en lo que ya era Cielo Razzo, fundado por Narvy y Fernando Aime (guitarrista). Mi banda se disuelve y junto a SergioPipiMartínez, otro guitarrista, pasamos a Cielo. Después lo que me lleva a tocar es querer ser parte de una tribu; me di cuenta de que necesitaba estar con gente de la misma sintonía, es decir, que toque.

Javier Robledo: -En mi caso fue un juego que se tornó profesional. De chico golpeaba de todo en mi casa y en lo de mi abuela. Mis viejos me regalaron una bata de juguete y con los años paré en la Escuela Municipal de Rosario, donde estudié con René Maenza. Le dediqué demasiado tiempo y fui formando grupos con amigos.

-¿Qué ambiciones tenían de entrada? ¿Había una mentalidad de encarar un proyecto a largo plazo o lo tomaban como un hobbie?

PP: -No, para nada. Uno empezaba a conocer lo que era ser parte de una banda. Nada más.

-¿Quiénes eran por ese entonces las influencias musicales?

PP: -Mucho Pearl Jam y Los Piojos. También Fito Páez y Los Redondos.




-¿Qué recuerdan de los primeros ensayos en la terraza?

PP: -Esa época la vivieron Nano y Cris con una formación que hasta el momento no había tocado en vivo. De hecho, sí. Tocaron una sola vez, a la vuelta de la casa de mi vieja.

Así fueron los primeros pasos de Cielo Razzo. Muchos ensayos sin ningún repertorio propio. A mediados de los 90 lograron un crecimiento que les permitió ganar concursos para grabar sus demos, entre ellos, “Amarrado”. A medida que el público aumentaba, llegaron a telonear a Los Piojos, cuando los de El Palomar arribaron a Rosario para presentar Ay Ay Ay (1994). Fueron saliendo de su ciudad y de la mano de León Gieco tocan en Carlos Pellegrini. Sin embargo, no todo era alegría ya que la formación sufrió un continuo éxodo de guitarristas.

-Tuvieron varios integrantes durante los primeros años. ¿Creían que el sueño se esfumaba ante los cambios?

PP: -En aquel momento era todo muy distinto. Teníamos guitarristas cada dos años y se iban. Primero Pipi, después el “GatoAlessi y al toque Germán Neve. Cuando entra DiegoPájaroAlmirón, ahí entendimos otras cosas, que fueron dándose como algo normal.

-¿Qué aire trajo el Pájaro?

PP: -Terminó cerrando el círculo de los guitarristas escapistas que teníamos. Venían algunos a probarse y pim pum pam, se iban. Un día cayó uno con un Marshall, con pedales, el yanqui, acomodó todo, tocó genial y se fue.

JR: -Yo me sigo enterando cosas ahora (risas).

-¿Cuándo sintieron la necesidad de entrar a grabar en estudio?

PP: -Con la llegada del Pájaro, que nos llenamos de canciones y completamos el repertorio, ya que no teníamos uno. Contábamos con ocho o nueve más covers. Pero cuando cae Diego pasamos a 16 temas.

-Pájaro, ¿cómo fue la adaptación?

Diego Almirón: -Me llevó la corriente. Tuve la suerte que me llamaron ellos y agarramos vuelo al toque. No tenía una ambición, ni nada por el estilo.

En 2001 sale el álbum debut: Buenas. La placa fue bien recibida, lo que acrecienta las giras y el público. Junto al material se lanza el primer video oficial, “Carne 2”, que fue rodado en la Disco Ra, el 8 de noviembre de 2002.

-¿Quedaron conformes con este trabajo?

PP: -Sí, totalmente. Llegamos con una energía tremenda y pudimos volcar todo en el disco. No hay nada de lo que me arrepienta.

DA.: -Una vez por año me tomo el trabajo de repasar los viejos discos y me gusta cuando los escucho. No lo hago para armar una lista, sino por ganas. Quiero que a mi hijo le guste, pero no (risas).

-¿Por qué eligieron "Carne 2" como corte?

PP: -Era la canción que más power tenía, simplemente por eso.



En abril de 2003, Cielo Razzo sufre dos golpes difíciles de asimilar. Fallecen en un accidente automovilístico el baterista Pablo Largo Caruso y el escenógrafo Claudio Crispín.            

-¿Cómo afrontaron ese doloroso momento?

PP: -Éramos pibes y no caímos en eso de una muerte tan joven. Recuerdo mucho a los padres y mi vieja cuando me vio. Toda esa cuestión se sufrió mucho.

-Para aquellos que no lo conocieron y no lo pudieron ver en vivo ¿cómo era Largo?

PP: -Era divino, un hermano. Un tipo muy querido. No hay palabras para describirlo.

-Si tuvieran la oportunidad de una última charla con ellos, ¿qué les dirían?

Fernando Aime: -Nada, porque entendí un montón de cosas que estoy seguro que ellos también ya entendieron. Tardé mucho más porque estoy en este estado y ellos lo entendieron apenas pasó, porque estaban en otro estado. Así que no diría nada; las palabras sobran.

PP: -Agradecido de haberlos conocidos.

Dos meses más tarde, decidieron seguir, pero con la incorporación de Javier Robledo en la baterista. Comenzaron las grabaciones de un nuevo material, que contó con el teclado de Marcelo Vizarri. Con Código de Barras (2003) se producen los videos de “Luna” y “Estrella”.

-Javier, ¿cómo es que llega a Cielo?

JR: -Me contacté vía mail, por un amigo en común que teníamos. En un momento estaban en una especie de pruebas. Creo en el destino, esa cosa de señales. Pintó esa energía y se dio. Mirá dónde estamos ahora, 15 años después. Son un montón de cosas vividas.

PP: -Necesitábamos un batero y vino un flaco muy amigo, el Deivid, que rápidamente se diluyó. Después llega Javi, con una energía terrible y de entrada se notaba lo bien que tocaba. Lo loco es cómo se ensambla, ya que se bancó un montón de cosas y situaciones que lo confirmaron como mi baterista.

-Además, el teclado se incorpora a la percusión. ¿Iban encontrando el sonido que querían?

JR: -Recuerdo que un día vino Marcelo para grabar unos temas de Código de Barras y finalmente se quedó.

PP: -Estábamos buscando teclados y, cuando pasó el “Chelo”, lo agarramos. Con "Juampi" Bruno en la percusión -NdlR: posteriormente el lugar lo ocuparía Carlos Seminara- y las teclas íbamos por el buen camino.

-¿Ya sentían como una obligación que cada disco debía tener su video de difusión?

PP: -Tenemos pocos. No somos tan buenos ahí.

JR: -Si tenemos un punto flojo es el visual. Siempre lo charlamos. No sabemos bien por qué; quizá por presupuesto o la tormenta de ideas se pone un poco caótica. Hay videos que nos gustan y otros menos. Para mí, es bueno que con cada disco haya uno. Soy de la vieja escuela, que le gusta tener el disco en la mano, leer el librito y pispear el video, para ver algo en vivo en estudio o cómo lo grabaron.



El 2004 los encontró girando por todo el país y cerrando el año ante 50.000 personas, durante un festival en el Monumento de la Bandera. Era innegable la masividad show tras show. Medios especializados los tildaban como una revelación. En Buenos Aires llegan a tocar en Cemento, el semillero.

-¿Qué sintieron tocar en un lugar tan emblemático para el rock nacional?

FA: -Fue un quiebre fundamental. Después de hacer el primer Cemento dijimos que ese era el camino. Tocamos ahí, con la mística grande, y lo afrontamos con los diez años de banda. A partir de ahí, se planteó “bueno, vamos por acá”.

DA: -Llegar ahí fue consecuencia del buen trabajo que estábamos haciendo.

El 30 de diciembre de ese año, la tragedia de Cromañón marcó un antes y después en el ambiente del rock. Un suceso que marcó eternamente a todas los musicos y al público en general.

-¿Cuáles fueron las sensaciones tras la tragedia?

PP: -Muy triste. Nos golpeó a todos. En nuestros shows había bengalas y humo, pero jamás se nos cruzó por la cabeza que podía pasar algo así. En el movimiento under a muchos se les complicó tocar.

En 2005 graban Marea, en los Estudios Circo Beat. Este disco contó con mayor apoyo en cuanto a la distribución y como invitados tuvo a los guitarristas Alambre González y Bonzo Morelli.

-Se encierran en el estudio de Fito Páez, un rosarino que triunfó en el país. ¿Querían esa bendición?

PP: -Sí, hubiese estado bueno. Estábamos en la casa de Fito Páez y no paraba de redescubrir ese lugar.

JR: -No lo pensamos así en ese momento. Estábamos buscando hacer un buen disco y sabíamos que era el lugar indicado. Hubo mucha magia, pero lo pensamos por el lado de sacar el material deseado.

De la mano de esta placa, en mayo de 2006, llegan a la meca del rock: Obras Sanitarias. El registro de ese show quedó plasmado en el CD y DV, Audiografía.

-¿Cómo vivieron el primer Obras?

PP: -Con un cagazo bárbaro. Queda demostrado en nuestras caras cuando estamos por salir al escenario.

JR: -Después de haber tocado en Cemento, se había producido un quiebre. Pero llegar a Obras, con lo que representa ese lugar y meter esa cantidad de gente en Capital Federal, fue impensado.

Distribuidos entre los Estudios Panda y El Dorado, graban Grietas (2007), el cuarto álbum de estudio. Consiguen una solidez musical y el sonido característico. Esta vez el video que lo acompaña es “Barek”.

-Con Grietas hubo un corte entre lo vivido y el presente. ¿Creen que la etapa under y los primeros pasos fueron historia y que ahora se afianzaron en la escena local?

PP: -Quizá terminamos con una etapa under, ya que parábamos en lugares más preparados y no tan salvajes. Igual siento que seguimos tocando en el under.

JR: -Coincido en que tenemos alma under y eso no se borra.

-Sacando la armónica, ¿por qué no había vientos?

JR: -¡Porque no queremos! (Risas). Quizá venga en el próximo disco.

PP: -Siempre nos preguntamos eso y la verdad que no lo sabemos.



En septiembre de 2008 copan su primer Luna Park y pasaron a formar parte de festivales reconocidos como el Quilmes Rock, Pepsi Music y Cosquín Rock.

-En el Luna meten canciones de Charly García, “Promesas sobre el bidet” y "Pasajero en trance", con un estilo bien propio. ¿Se sienten a gusto haciendo covers en vivo? Ya lo hicieron con Los Redondos y Los Piojos, entre otros.

PP: -¡Sí! haría un show de covers. Me encanta cantar canciones de otros. Lo tomamos como un elemento que cada tanto hacemos.

JR: -De Fito Páez también hicimos varios. “Taquicardía” nos encanta. Nos gusta, pero en este momento en particular no estamos en plan cover. 

PP: -Ya aviso que no vamos a hacer covers en este Luna (risas).

En el medio de la grabación de un nuevo álbum, deciden encarar el formato acústico, reversionando viejas canciones con algunos arreglos. De esta manera, se presentan seguidamente en teatros y recintos similares.

-¿No era un riesgo llevar las canciones a ese estilo?

PP: -Pero teníamos que hacerlo. No podíamos sacar el disco, así que trabajamos de otra manera y fue alucinante. Lo disfrutamos mucho y supongo que en algún momento lo repetiremos.

Finalmente salió Compost (2010) y la gira los llevó a tocar por primera vez en el norte (Tucumán y Salta) y sur del país (Madryn y Comodoro). También debutan en el exterior -Uruguay- como soporte de un conjunto local, La Triple Nelson

-El compost es un producto que se obtiene de diferentes materiales orgánicos. ¿Pudieron volcar toda la energía en el estudio?

JR: -Tal cual, fue así. Por eso también el nombre del disco, intentando llegar a ese mensaje. De toda la basura se sacó algo rico y positivo. Del acústico trasladamos muchas ideas, como las cuerdas de “Reacción” y “Murciélagos”. Una flauta traversa por ahí también hay. Va por ese lado, que inconscientemente no lo sabíamos, pero venía arrastrado de la acústica. El disco es de una etapa nuestra medio caos.

-¿Qué diferencias encuentran entre las primeras letras y las de ahora?

PP: -Eran otros pensamientos. Situaciones que sentía y emociones que había. Representan un momento en particular.

DA: -Es como mirar una foto vieja. Te sorprendes.

-En 2011 vuelven a Obras Sanitarias y en el set acústico arrancan con dos viejas canciones: “Langosta” y “Medio corazón”. ¿Qué les faltaron para formar parte de un disco? ¿No tienen en mente sacar un material de rarezas?

PP: -Cumplieron su parte en una época. No me gusta eso de traer canciones viejas, prefiero hacer una nueva, que seguramente va a representar más lo que somos ahora. Por el momento no tenemos en la cabeza un disco de rarezas.



-¿Y cómo tomaron la publicación de Crónica (2012) por parte de Pelo Music?

JR: -Me enteré en la disquería y dije: “Oh mirá, alucinante. Publicamos un disco”. Saqué fotos y las empecé a mandar sin estar enterado. Pero bueno, es parte del negocio y las compañías tienen esa libertad.

PP: -A mí no me importa lo que hagan las compañías. Nosotros grabamos nuestros discos y listo.

JR: -Si hay un reproche estúpido es el de no charlarlo previamente. No hay bronca porque con Pelo tuvimos una buena relación. Fue rarísimo, pero también tiene su parte divertida porque sumamos un disco más (risas).

Los festejos de los 20 años coincidieron con el lanzamiento de Sideral (2013), un disco que para el público remite a los primeros años.

-¿Qué evolución encuentran en este trabajo?

JR: -Fue alucinante, ya desde la manera en que lo grabamos. Todo en vivo dentro del estudio. Tiene una energía tremenda. Hace poco escuché “Posdata” y me quedé sorprendido por lo bien que suena. De vez en cuando me prendo con algo viejo y rescato cosas.

-¿Qué piensan cuando los etiquetan como una banda de rock barrial?

FA: -La etiqueta de rock barrial es muy subjetiva. Para algunos calificamos, para otros no. Para mí, no.

PP: -Para mí, calificamos, y me gusta ser parte de eso. El movimiento barrial es el más representativo en los últimos años en el rock, y nosotros representamos a lo popular. Hay muchos que pertenecen a ese círculo. Los Piojos, La Renga, Caballeros de la Quema, entre otros, venían de esa escuela, como Sumo y Los Redondos y después se fue desgranando. Es un placer formar parte de ese movimiento que fue creciendo.

-Como grupo, fueron variando entre el camino independiente y los contratos con las compañías discográficas. ¿Qué puntos no se negocian?

PP: -La banda no negocia lo artístico. Jamás nos impusieron algún punto en particular.

JR: -Nunca nos vendimos a nada. Hay compañías que te bancan, otras que te frenan una ideología, pero en nuestro caso siempre nos manejamos con libertad.

Dos años más tarde, tienen Tierra Nueva (2015), por el momento el último disco de estudio. La producción estuvo a cargo de Alejandro Vázquez, que fue fundamental en el proceso y las canciones. En el medio de las presentaciones, surge algo trascendental para la historia del grupo. Fueron llamados para telonear a los Guns n‘ Roses, en el show que dieron en el Estadio de Rosario Central, el club amado por cada integrante.

-¿Qué recuerdos tienen de ese recital?

FA: -Para mí, fue genial, lo disfruté un montón. Esa noche no pude dormir porque seguía flotando. Erróneamente, pensábamos que iba a ver alguna zapatilla revoleada, pero, al contrario, en el último tema se armó un pogo zarpado. Me llevo esa imagen.

DA: -Fue buenísimo en lo musical, pero personalmente no me gustó la organización. Estábamos mirando desde un costado a Massacre y nos sacaron a la mierda.

PP: -Un asistente de los Guns casi nos caga a trompadas. No la pasé tan bien.



Actualmente, están enfocados en el Luna Park, donde festejarán sus 25 años de carrera. Será el primer show del año en CABA. Se relucen los detalles de lo que será un nuevo capítulo en este camino, que contará con la grabación de un DVD oficial.

-¿Cómo se están preparando para esa noche?

PP: -Estamos trabajando duro para que todo salga como queremos.

FA: -Los ensayos no cambiaron demasiado. Es juntarse, practicar lo que se viene haciendo. Con respecto al DVD (que tendrá su CD), la idea es registrar todo lo que suceda y que salga a mediados de año. El contenido extra serán filmaciones de la gente, siempre y cuando sean horizontales. Se hará un corte de las tomas que hace el público.

JR: -Pudimos hacer un buen ensayo en general, teniendo en cuenta las dimensiones. Estar todos al frente con sus monitores. Estuvo muy bien y seguro lo repitamos en estos días previos.

-Diez años más tarde, ¿qué diferencias encuentran con respecto al primer Luna Park?

PP: -Creo que en el anterior no fuimos tan conscientes de lo que significaba. Se hizo en medio de una gira: viernes show, sábado Luna Park y domingo otro show. Fer casi se nos muere de un ataque de pánico. Ahora que ya pasó, podemos ver aquellas cuestiones que hicimos mal o no nos salieron y la afrontamos de otra manera. Ya hay un buen equipo que se ocupa de lo que corresponde y también estamos más seguros en algunas cosas. 

JR: -El Luna pasado nos tomó por sorpresa y no éramos conscientes de lo que significaba tocar ahí. Ojalá que ahora podamos cambiar eso y disfrutarlo mucho más. Fue una felicidad haber llegado ahí, pero había bronca por las fallas técnicas que tuvimos. Ahora vamos por la revancha con todo bien pensado; y si algo falla, mala leche.

PP: -Y sí, somos Cielo Razzo (risas).

-¿Habrá invitados?

JR: -Hay cosas pensadas, pero nada definido. Ojalá haya invitados y si caen será sorpresa. En caso de que no suceda, la intención es festejar los 25 años y que seamos nosotros.

-Con respecto a la lista, ¿se puede adelantar algo?

DA: -Hicimos una selección de noventa y pico de temas, de todos los discos. Elegimos 25 que cada uno tiene en mente tocar y de ahí vamos viendo cómo armar el repertorio.

PP: -Es difícil meter 25 años en una sola noche. Nos vamos a quedar con ganas de algo por el tiempo que estaremos en el escenario. Es el precio de tener tantos discos. La lista está, pero lo que cambia es el marco. Son temas que ya tocamos, pero la armamos de otra manera.

JR: -Está buena la lista. Hay un lindo recorrido por todas las etapas.

DA: -Si fuera por nosotros, tocamos cuatro horas y aburrimos a todo el mundo (risas). Igual, con la lista quedamos conformes.

JR: -Fue una lista que nos dejó conformes rápido y eso en nosotros es re difícil. Un detalle de color lindo.

-¿Ya sienten los nervios previos o lo toman con cierta calma?

PP: -Por ahora no nos encontramos con nervios, sí con un stress típico de expectativas. Pensando en hacer un buen show y DVD.

JR: -Si no nos ponemos nerviosos somos unos mutantes. Así que ojalá nos pongamos muy nerviosos para subir al escenario, con otra cara y energía.

-Teniendo en cuenta el proceso de grabación, ¿ya tienen ideado el próximo disco?

DA: -Hay muchos temas maqueteados, pero lo vamos a ver después del Luna. De hecho, tenemos cuatro canciones enteras. A medida que acondicionemos nuestra sala, vamos a ir puliendo la cosa.

PP: -Lo veníamos trabajando, pero cuando pasó el accidente de Javi -NdlR: En 2017- y la noticia del Luna, quedó todo en un stand by. En ese tiempo estábamos componiendo, pero faltaba Roble para sumarse. Hay cuatro canciones casi definidas y el resto es sólo una base de percusión y guitarra que resta trabajarla. Para el disco falta un poco más, ahora es momento de disfrutar el Luna Park y celebrar un aniversario al cual pocos llegan.

-Si tuvieran que definir con pocas palabras los 25 años de Cielo Razzo, ¿qué dirían?

JR: -Mucho amor y respeto.

PP: -El transcurso de la vida. Inmensa alegría. Sería bárbaro tocar 25 años más. Me encanta estar con esta tribu.

*Domingo 8 de abril en el Luna Park, Corrientes y Bouchard (CABA). A las 21 horas.

 

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