"Si no tenemos cuidado, el marketing nos va a terminar matando"

San Telmo es tierra de bohemios, músicos de toda clase y un sin fin de personajes que se pasean entre las calles empedradas. Es fuente de inspiración de muchos y entre esos muchos es musa de Charlie Desidney (Charlie Kersenbaum), australiano de nacimiento y criado en Argentina. La cita fue en Humberto 1º y Defensa, donde el músico y productor llegó con su paso tranquilo. "Este disco es muy San Telmo", dice Desidney sobre su nueva producción titulada No muerdas al perro! (2017) haciéndole una especie de oda a uno de los barrios más emblemáticos de la Ciudad de Buenos Aires con un compendio de canciones definidas como urgentes: "son simples y tienen una llegada inmediata, lo que es una diferencia con los otros discos que tiene cierta síntesis y son más crípticos", agrega el cantautor.

-¿Cómo fue reencontrarte con estas canciones y con tu fase solista, después de ser parte de La Peña Pop y de ser productor de discos de otros artistas?
-Estuvo buenísimo. Todo el tiempo tenía ganas de empezar a hacer este disco después de hacer el álbum anterior que fue en el 2008 (Escaleras). Iba a salir en el 2012, cuando apareció La Peña Pop entonces dejé una tanda de canciones, pero siempre seguí escribiendo, bocetando, haciendo demos. Cuando lo voy a retomar, me llama Palo Pandolfo para producir Esto es un abrazo (2013) y entonces dejé todo de nuevo en stand-by, porque todas estas cosas no tienen que ver con "lo dejo al costado porque me conviene", sino porque me parecía que era algo que me iba a enriquecer artísticamente, una de esas posibilidades de encuentro que mejoran tu arte. Escribí mucho, hice muchas canciones y con Daniel Martin, que es quien llevó la capitanía de la producción, elegimos estas canciones y hace que sea distinto este disco que el anterior y me encanta porque las canciones tienen simpleza y eso para mí es una novedad.

-En este disco aparece el tema "Piraña", que también se encuentra en el álbum de La Peña Pop, ¿por qué decidiste "reciclarlo"?
-Porque en realidad ese tema era para No muerdas al perro, pero los chicos de la Peña lo escucharon y dijeron hagámoslo igual por más que no esté grabado. Ahora lo traje a este disco que es un poco San Telmo y tiene que ver con eso. Cuando empecé a componer alguna de estas canciones me había mudado de nuevo al barrio, volví a San Telmo hace seis años y tiene que ver un poco con eso. Es una linda canción y me siento representado.

-También participan Manuel Espinosa, Aitor Graña y Fede Cabral quienes formaban parte de la banda, ¿por qué decidiste que se haga esta reunión nuevamente?
-Creo que la propuesta de La Peña era muy poderosa. Era un proyecto que comandaba yo de alguna manera y me parecía que estaba bueno volverlos a llamar porque hay una química natural y está bueno no renegar de esa química, sobre todo porque son amigos y grandes músicos. En "Liz litro nitro glicerina" se escucha que se arma esa comunidad sonora de personajes.

-¿Te quedaron muchas canciones afuera?
-Quedaron como 50 temas. Los que fueron elegidos básicamente muestran lo que sucede en ese momento y lo que me sucede ahora y creo que es lo que está más fresco y contemporáneo conmigo. Con Daniel las elegimos y estoy contento porque hay un criterio que las une.

-Realizaste la producción musical de la película Transformación del Palo Pandolfo (Ndr: también es el productor del disco) y del corto Enseguida Anochece, ¿cómo es la experiencia de hacer música para este tipo de proyectos?
-Me vino muy bien porque se corrió de mi lógica en la que ya tenía mi dinámica. Me encantó ir al pie de un formato que ya está establecido, donde vos tenés que colorear, diseñar, me encantó y me corrió un poco de ese lugar que ya lo tenía bastante aceitado. Siempre termina siendo un concepto artístico, y lo que es lindo es que la imagen se potencia de una manera diferente.

-Hablando de tu faceta como productor, ¿cómo es tener ese chip y el de músico a la hora de grabar tus discos?
-Son roles que se separan. Vengo trabajando con Daniel Martin desde 2003 cuando salió el disco Limones; inclusive a veces lo coproduzco a él, pero hay un lugar en el que conectamos. Mi lado profesional de productor, hace que me pueda poner en el lugar de músico, ese es el gran detalle. La conciencia profesional me lleva a poder separarme de estos roles y no caer en mis deseos caprichosos, porque si no, no te soltás más, no tenés en un lugar salvaje porque estás todo el tiempo pensando cómo deberían ser las cosas.

-¿Y cuando trabajás para otros?
-Cuando yo voy a producir necesito el semáforo verde para poder soltar toda mi energía produciendo y que eso sea un cambio, aunque sea mínimo, pero que sea el que se necesita.

-Teniendo en cuenta que pasaste por varios estadíos de la escena under que arrancaron en Cemento, ¿crees que hubo una evolución en el tiempo?
-Creo que hay que separar las etapas, porque si no, también podemos caer la cuestión "antes era mejor" cosa que no creo que sea así. Creo que es distinta, porque cambiaron los formatos, porque cambió la información, cambió todo básicamente y en especial porque aparecieron las computadoras, Internet y eso hizo que cuando vamos comprar al supermercado nos volvamos locos porque están tardando un microsegundo en atendernos y tenemos una necesidad inmediata de consumir. Con la musica en especial, nos pasa lo mismo, incluso con el arte. La cuestión es saber elegir, en los ‘80 y ‘90 la data tenías que ir a buscarla a ciertos lugares, ir a ver un recital como parte de un ritual, era toda una movida esperar a la banda. Ahora eso quedó de lado y la emoción pasa capaz por el vértigo, porque ahora se volvió mucho más democrático: todo el mundo puede hacer su música, pero creo que es más difícil que antes.

-¿Por qué?
-Porque antes lo que te limitaba a hacer música era no tener las herramientas. Hoy en día, tenés las herramientas, pero la gente no tiene paciencia, ni de escuchar un disco ni de ir a un lugar, entonces tenés que pelar el doble. Es muy difícil tener una novedad, pero a la vez lo que nos hace es cambiar el paradigma constantemente y esa persona que como yo hace música, empieza a hacer otras cosas, empieza a tener ideas nuevas y se va transformando en algo que nunca pensó que iba a ser, como en mi caso ser productor, salir a cantar o escribir un libro.
Volviendo a la música, en los ‘80 estaba esta cuestión de ir a ver una banda, en los 90 se sigue haciendo, empieza a haber una movida independiente, pero después, pos Cromagnon, hubo un break muy groso y se empezó a poner todo bastante oscuro. Fue un efecto dominó en el que se cerraban muchos lugares, pero a consecuencia de esto, lo que rescato es el surgimiento de bandas como Onda Vaga o La Peña Pop, que por una cuestión de necesidad, empieza a haber una cuestión más acústica y se genera algo nuevo. Ahora eso ya está como bajando y volviendo al presente, si bien no estoy yendo mucho a recitales, me da la sensación de que lo mainstream de bandas nacionales bajó un poco su calidad, pero el under subió más.

-Quizás eso es por la necesidad de las disqueras de generar un producto...
-Me parece que si no tenemos cuidado, el marketing nos va a terminar matando porque la cuestión del producto ya no es una novedad, todos saben cuál es el truco, entonces a nadie le importa nada porque ya sabe cómo va a terminar la historia. Dentro de un gran disco, siempre hay lindos secretos y por eso vos lo escuchás y cuando los vas a ver en vivo, querés ver cómo el mago hace esos trucos. Creo que lo que nos va a salvar de todo esto, es que a alguien le den ganas de poner un tema.

-¿Qué bandas te producen eso?
-Por ejemplo, Los Espíritus, disfruto de escucharlos y no me la mostró ninguna discográfica, radio y realizaron un Malvinas, algo que celebro. Otra banda es Mi Amigo Invencible, que ya vienen tocando. Son bandas que no vienen por la radio, a veces está bueno que empujen, pero siempre se termina en lo mismo.