"No quiero que mi música sea un simple entretenimiento sin contenido"

An Espil es una cantautora argentina que en sus inicios se dedicó a la comedia musical, hasta que en 2011, luego de pasar un año en Brasil y tocar en más de 20 ciudades, regresó al país para dedicarse de lleno a la música. Desde entonces, no paró y compartió escenarios con Silvina Moreno, Pommez Internacional, Marilina Bertoldi, Ignacia, Todo Aparenta Normal y Valentina Cooke, entre otros artistas. También fue invitada a participar en grabaciones junto a Nicolás Sanucci, Leo García, NAFTA, Kevin Diggs, Superele, Nene Almíbar y Farragú.

-¿Cómo surgió este proyecto musical? 
-Supongo que después de cantar canciones de otros y trabajar con música ajena, necesité un poco más de riesgo y dificultad, y me lancé a crear mi propia música. Al ser cantante, muchas personas me aconsejaron conseguir alguien que componga. Y si bien tuve la oportunidad de hacerlo, no fue lo que quise hacer.

-¿La premisa que te impulsó se mantiene vigente o crees que mutó?
-En cuanto a la música, trato de tomarlo con calma, de no creerme ningún éxito ni fracaso como tal. Mis ídolos musicales no son mis ídolos totales, no los tengo en un pedestal, porque no creo que la música los convierta en seres sobrenaturales. No creo que la música salve al mundo. Me considero sumamente afortunada de poder hacerla, pero no por eso superior. Tengo suerte, no talento. Trato de mantener esa premisa, de actualizarme todo el tiempo, no viendo noticieros, sino con apertura de pensamientos. Intento no encasillarme con nada por mucho tiempo. Y la única idea a la que me aferro es a la adaptación constante a nuevas formas de pensar y, por ende, de actuar. No digo que lo logre todo el tiempo, pero es lo que intento practicar y predicar en mis letras. Típica hija de mi mamá tenía que ser.

-Al parecer, tu comienzo como cantante de comedia musical influyó en tu futura impronta.
-Me hizo abrir esa persiana entre el escenario y el público, me sacó la timidez y la vergüenza. Me enseñó a mirar para adelante cuando canto, a no tenerle miedo a hablarle al público. A veces pregunto cosas, saludo, lo busco, y me gusta que la gente esté cerca y que charle conmigo. Soy un poco standupera, como digo yo. Esa interacción fue la que me habilitó el teatro musical.

-¿Qué aspectos intervienen en el proceso creativo?
-Creo que tener casa, comida y tiempo. Son los únicos aspectos realmente necesarios en cualquier proceso creativo. Intento no buscarle más vueltas. La concentración, la paciencia y la perseverancia son fáciles de encontrar si uno tiene los primeros tres puntos. O no. Pero ese es otro tema.

-Hablando de eso, acabás de publicar el EP Mentiras. ¿En qué se diferencia de los anteriores dos que sacaste, 2 de octubre (2015) y ABC (2014)? 
-En la producción que tiene encima, que es mayor. Está compuesto gracias a mucha gente: regalos, favores, ayuda en conjunto. Aunque se respetó su concepto e idea primaria. Nadie me dijo “hacelo así”, sino que todos sumaron lo suyo. Lautaro Lunadei y Tomás Maggiora, con los que produjimos los temas antes de tocarlos en banda, fueron los primeros en no querer cambiarle nada. Simplemente vieron lo que era y lo hicieron más bello.

-Entonces, la concepción fue muy diferente.
-Sucede que no se pensaron para ser grabados, fueron shows en vivo. Los llamo EP’s porque tienen un contexto de mi vida que les da un nombre. Me enseñaron a escucharme. Son mis primeras canciones, hay errores, hablo entre los temas, pero así es lo que era yo en ese momento, lo abrazo, y lo muestro.

-Cambiando de tema, el lugar que ocupa la mujer en la música ¿es limitado o equitativo?
-Limitado es el lugar que ocupan los que todavía no pueden ver a la mujer como un ser humano. No nacimos mujeres o varones, nos hicieron así. 

-A corto y a largo plazo, ¿cuáles son tus expectativas musicales?
-A corto plazo, quiero sacar varios EP’s que ya tengo en mente. Consolidar la banda lo más posible, ya que al ser solista, es algo difícil de mantener. A largo plazo, me gustaría poder dejar en claro cuál es el modelo de persona que quiero ser y que quiero predicar, y hacer que mi música transmita quien soy en verdad y que no sea un simple entretenimiento sin contenido y sin utilidad.

*Sábado 21 de octubre, en Lado B de Niceto Club, Humboldt 1358. A las 22. Junto a Valentina Cooke.