Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Vapors Of Morphine

Dana Colley: "Compartíamos el amor por lo desconocido"

Cronista: Fernando Canales | Fotos: Gentileza prensa

18 de Septiembre, 2017

Dana Colley: "Compartíamos el amor por lo desconocido"

El ex saxofonista de Morphine repasa su vida con la música y junto al grupo que supo desplegar elegancia y excentricidad durante los ‘90.

El 3 de julio de 1999 en Palestrina, Italia, el grupo Morphine era víctima de una tragedia inesperada: su líder, Mark Sandman, caía derrumbado en el escenario, ya sin vida, producto de un ataque al corazón. El mismo Mark que se había encargado junto con su creatividad de llevar a la banda hacia lugares sonoros poco explorados, excéntricos y oscuros, con una propuesta difícil de etiquetar en el plano musical (ellos lo llamaban “low rock”), y también desde lo inusual de su formación: una batería, un bajo con dos cuerdas afinado en "La" tocado con slide y un saxo barítono. Innovador.

Dana Colley, legendario saxofonista de Morphine, tiene claro que el grupo se evaporó, y que sin Mark, jamás volverá a ser lo mismo. Esto no evitó que se haya mantenido embarcado en distintos proyectos en honor a su compañero, amigo y hermano, como es el caso de Orchestra Morphine. Pero en 2009, diez años después de aquella fatídica noche, volvió a evocar ese pulso groovero lleno de decibeles y frecuencias bajas con Jerome Deupree (baterista original) y el cantante, bajista, guitarrista Jeremy Lyons en esta nueva/vieja experiencia que es Vapors of Morphine.  Y hasta se dio el gusto de lanzar un disco con esta nueva lineación, A New Low (2016).

Antes de su presentación en Argentina, Dana repasa su vida con Mark y con el saxo, devela la trastienda de Morphine, su relación con el jazz, y comenta cómo es la experiencia de revisitar sus clásicos. Todo bajo intensos vapores de morfina para curar el dolor.

-¿Qué te llevó a elegir el saxo como instrumento principal?
-Desde muy chico me interesé por los sonidos y por los instrumentos. A los tres años, recuerdo estar fascinado por el piano. Cinco años después, cuando tuve la oportunidad en la escuela, elegí el clarinete, porque un vecino lo tocaba y me encantó. Después, a los 12, me cambié al saxo, para poder integrar la banda de jazz de la escuela.

-¿
Cómo surgió la idea de tocar con dos saxos al mismo tiempo?
-Fue una sugerencia de Mark, por probar algo al estilo Roland “Rahsaan” Kirk (NdR: fallecido jazzista/multi-instrumentista americano), usar el saxo tenor y el barítono. Inclusive, Rahsaan a veces tocaba hasta con tres saxos a la vez.

-¿Cómo describirías “el sonido de Dana Colley”?
-Mmm, no sé, creo que ”oscuro”...

-¿Qué podés decirnos del clarinete bass al que bautizaste "electric kazoo”? ¿Cómo suena?
-Depende de cómo esté procesado. Tengo un transductor en el barítono y el clarinete bajo, y así puedo hacer correr un montón de efectos de guitarras en el amplificador. Ambos tienen un rango sonoro similar, pero diferente articulación. Uso el clarinete cuando tengo que tocar grave pero sin la necesidad de definir tanto el sonido. Si es que eso tiene sentido.

-Morphine tiene varias cosas al estilo del disco Moves (1973), de Charles Mingus, ¿quiénes fueron tus grandes influencias dentro del jazz?
-Amo a Mingus desde la primera vez que escuché "Goodbye Porkpie Hat”. Él fue una gran influencia. Su uso de la improvisación colectiva, ver hacia dónde puede ir una composición desde el momento más preciso, hasta la caída dentro de un sombrero, con el caos en la forma más bella de interpretarlo. Mingus, (John) Coltrane, (Eric) Dolphy, todos empujaron el envoltorio que cubre la melodía y la disonancia. Amo ese espacio que hay entre estos dos elementos, creo que estábamos muy atraídos por esta expresión musical.

-¿Cómo se generó el concepto del “low rock” o el “fuck Rock” como alguna vez lo definió Mark?
-Como sabrás por ser periodista musical, siempre está ese deseo de hacer comparaciones, a Mark le preguntaban todo el tiempo “¿qué clase de música tocan?” y él empezó a contestar que lo que hacíamos era “low rock”, como si fuera un género preexistente y nosotros estuviéramos a parte del mismo. Después se encargó de redefinirlo como “fuck rock”. Ustedes (por el periodismo) pueden llegar a su propia conclusión sobre por qué el término era preciso o no, pero en su mayor parte, los dos géneros fueron inventados por Mark como una sugerencia categórica. 

-En el documental “Journey of Dreams” (2014), muchos músicos que trabajaron con Mark cuentan que la marihuana era una gran influencia a la hora de componer. ¿También era así en Morphine?
-Nos gustaba fumar un poco y tocar música, creemos que iban muy bien juntos.

-¿Qué recordás de las zapadas en el departamento de Mark, en Lewis y Cambridge?
-No mucho (risas), es broma. Solíamos juntarnos y empezar a tocar sin decir mucho al principio. La combinación del bajo de una sola cuerda, de mi saxo barítono, de la voz de Mark en el cuarto –que era chico- y sin amplificación, tenía una inmediata relación de conectividad. El sonido se ligaba solo. Era todo muy claro, y desde ahí se hizo una constante tocar y grabar.

-Vos solías ser roodie de la banda anterior de Mark, ¿cómo eran esas épocas?
-Recuerdo sentirme muy afortunado de haber estado con Treat Her Right, ellos eran mi banda favorita. En vivo tenían ese sonido que era puro y excitante, pero con algo viejo, como clásico. Tuve la chance de ser plomo y “guitar tech” cuando fue soporte de mi otro grupo favorito, Los Lobos. Estaba en el cielo. Pude tocar junto a mi héroe del saxo, Steve Berlin de Los Lobos, durante el set de THR. Fue increíble. Pero resulta que era un mal “guitar tech”, la banda se separó y después de esa gira Morphine empezó a trabajar más.

-Cuando Mark perdió a sus dos hermanos, vos y Bill Conway, segundo baterista de Morphine,  de alguna forma se convirtieron en su “familia”. ¿Cómo fue esa unión?
-Es muy difícil de imaginar el dolor que sufrió la familia Sandman por la pérdida de los dos hermanos de Mark. Estoy seguro que como banda compartíamos una ambición común, el amor por lo desconocido. Era como si fuéramos viajeros a bordo de un barco. Una tripulación. Estábamos cerca y nos queríamos como hermanos. 

-¿Por qué esperaste casí diez años para “reformar” el grupo como Vapors of Morphine?
-En realidad, no nos reformamos porque Vapors of Morphine no es Morphine. Es lo que queda en el éter;  con esta nueva alineación hemos llegado a poder conjurar a Morphine sin serlo.

-¿Cómo fue la reacción de los fanáticos con A New Low y cómo es la química con Jeremy Lyons?

-La reacción fue realmente positiva. Creo que hicimos un disco interesante. Me encanta tocar con Jeremy. Tiene un trabajo difícil al cantar las canciones de Morphine. Su ejecución del slide en el bajo es muy buena, su forma de tocar la guitarra es hipnotizante. Estamos interesados en evocar el sonido de Morphine, pero no podemos llamarnos así sin Mark. Acá podemos tocar las canciones como nosotros mismos, y eso se siente bien.

*Sábado 23 en Niceto Club, Niceto Vega 5510. A las 21. 

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