Emiliano Obregón: "Planté varios árboles"

“Fue una bisagra en nuestra trayectoria”, cuenta el guitarrista Emiliano Obregón sobre Bajo la Cruz, el disco de Lörihen que en 2017 cumple diez años, y que tendrá su correspondiente y esperada celebración el sábado, en el Teatro Vorterix. “Un antes y un después en cuanto a la composición y el audio”, agrega y habla sobre el proceso de grabación, que terminó siendo extenso y vertiginoso. “Acabábamos de realizar algunas modificaciones en Virtual Estudio, y estábamos acomodando el oído a la nueva condición acústica y respuesta de la sala y el control. Por otro lado, habíamos adquirido unos cuantos fierros (Hardware) y estábamos en pleno proceso de experimentación”.

-Además de la celebración, publicaron "Cenizas de dolor", flamante corte. ¿Planean sacar algo nuevo en lo inmediato?

-Seguramente un disco de estudio, para 2018. Estamos abocados a realizar muchos shows de acá a fin de año, y a partir de diciembre nos encerraremos en el estudio para registrar nuestro sexto álbum.

-¿Te imaginaste alguna vez celebrando el vigésimo aniversario de la banda?

-Cuando arrancamos, hace 21 años, nuestro panorama de la vida era completamente diferente del que podemos llegar a tener hoy. Las cosas se fueron dando como consecuencia del trabajo realizado. Eso es lo importante. Cada etapa, cada proceso fue pensado en pos de seguir creciendo.

-¿Cómo te encuentra la actualidad del grupo?

-Bien, con muchísimas ganas de seguir generando, discos, vídeos, shows, giras. Con intención de hacer y decir cosas. Es muestra de la vitalidad que siempre nos caracterizó.

-Hablando de vitalidad, recientemente publicaste Alas, tu primer disco solista. ¿Qué significa para vos haber encarado esta nueva etapa?

-Era una materia pendiente. Muchas canciones fueron compuestas desde otro lugar, con otro sonido, y en periodos de inactividad de Lörihen. Ameritaban ser editadas en el marco de otro proyecto. Por eso arrancamos con Alas hace unos 3 o 4 años, a ensamblar los temas directamente en el estudio. Finalmente, encontré el espacio hacia fines de 2016.

-¿Qué te llevó a lanzar este disco y no incluir esas canciones en Lörihen?

-Justamente, tenían otro horizonte musical. Si bien con la banda jamás nos cerramos a experimentar, hay parámetros que nos gusta respetar. La composición de Alas está más ligada a mis primeras influencias: blues, soul, rock de los ‘70, etc. Toda la música e información que recibí en mi infancia, en la casa de mis viejos.

-Musicalmente, ¿qué destacas del álbum?

-Las letras y la diversidad de matices entre los temas. Creo que la terrible banda que acompaña (Ezequiel Gimenez en bajo, Federico Casañas en batería y Hernán Maza en guitarra) y los invitados (Andrés Blanco, Inés Vera Ortiz) son en gran parte responsables de lo que suena este disco.

-A partir de este lanzamiento, ¿cómo será la dinámica entre tu carrera solista y tu banda?

-Mi prioridad es Lorihen, por ende, siempre marcaremos el tiempo acorde a las prioridades de la banda.

-Tenés una banda de trayectoria, sacaste tu disco solista, ¿qué más te queda por hacer?

-Planté varios árboles y tengo una hermosa hija de 14 años y me gustaría editar en unos años dos libros que estoy comenzando a desarrollar: La complejidad de lo simple y El desequilibrio a los 40. Vivencias personales.

*Sábado 1 de julio en el Teatro Vorterix, Federico Lacroze 3455. A las 18.