Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Alain Johannes

"Soundgarden puso 4000 dólares para que Eleven pudiera girar con ellos"

Cronista: Fernando Canales | Fotos: Fernando Canales

26 de Junio, 2017

"Soundgarden puso 4000 dólares para que Eleven pudiera girar con ellos"

El Bondi habló con el músico chileno que supo compartir el estudio y el escenario con artistas que marcaron una época. Además, recordó a su amigo Chris Cornell, recientemente fallecido.

Nací en Santiago de Chile, con mi abuela nos mudamos a Europa, después estuvimos en México del 68 al 74, y el último día de aquel año partimos a Los Ángeles. Y bueno ahí empezó todo y nunca paró”. Así narra Alain Johannes la vorágine de su juventud, en la que no sólo sumó varias millas, sino que también mucha experiencia, la misma que lo depositaría en el lugar correcto, en el momento justo y con la gente indicada. Ya afianzado en Estados Unidos, conoció al baterista Jack Irons y al bajista Flea -ambos futuros miembros de Red Hot Chili Peppers- con los que formó su primera banda. Después creó Eleven, un grupo con sonido grunge/alternativo, que le abrió las puertas a poder girar con Pearl Jam y Soundgarden

Multi-instrumetista polirubro, tocó guitarras y bajos en Lullabies to Paralyze (2005), de Queens of the Stone Age. Y como parte de su interminable CV, más tarde ayudó a escribir Euphoria Morning (1999), el disco solista de su amigo Chris Cornell, al que extraña horrores al igual que a su esposa y compañera de banda en Eleven, Natasha Shneider, quien falleció en 2008. Dos golpes tremendos en la vida de este prolífico artista, compositor, productor, ingeniero de grabación, que usa la música como antibiótico y como bálsamos para anestesiar el pasado y el presente. Todo un proceso de sanación que se ve reflejado en el documental "Unfinished Plan. The Path of Alain Johannes", dirigido por Rodolfo Gárate, y en el que varios de los músicos que trabajaron con él prestan su testimonio, como Josh Homme, que afirma que Alain y Natasha lo hicieron un mejor músico. Junto a él iniciamos un repaso por todos los puntos claves de su carrera, desde los ‘90 hasta su actualidad como solista y miembro de la banda de PJ Harvey.

¿Cuál es el recuerdo más fuerte que tenés de los conciertos que dieron junto a Pearl Jam y Soundgargen cuando estabas en Eleven?
-Ellos nos ayudaron bastante ya que los sellos discográficos no nos hacían mucha promoción. En particular, tuvimos un apoyo muy especial de los Soundgarden, porque nosotros no teníamos plata para hacer una gira y ellos nos invitaron para acompañarlos por Europa. Ahí fue cuando Chris llamó a los muchachos y todos pusieron 1.000 dólares cada uno para podamos hacer el tour. Nunca había pasado que la banda principal le pagara a la telonera para poder hacer una gira.

-Como artista, ¿qué disfrutas más, componer, tocar, cantar u ocupar el rol de productor?
-Bueno, para mí es todo parte del mismo proceso, son diferentes los músculos que usás para cada cosa, pero disfruto mucho ser parte de un grupo como QOTSA, Them Crooked Vultures o PJ Harvey. Ese sentido de ser parte de una familia, me encanta. Obviamente, también me gusta hacer giras como solista, ahora que en los últimos años empecé a hacerlo por primera vez. Pero igual depende del periodo en el que esté viviendo. Hace poco compuse una banda de sonora para el video juego “Ghost Recon Wildlands”, y fue un trabajo muy interesante, que me fascinó.

-Trabajaste mucho tiempo con Queens of the Stone Age, ¿tuviste la posibilidad de escuchar el nuevo disco?
-Sólo pude escuchar "The Way You The Used to Do" (único tema que publicaron hasta el momento). Lo gracioso es que hace poco fui a visitar Josh al estudio y estaba ocupado con el nuevo disco, pasé una hora y justamente estaban grabando ése tema, el mismo que acaba de salir, y que están pasando por la radio. Tengo muchas ganas de escuchar el álbum porque vas a ser diferente, y más teniendo como productor a Mark Ronson, que es del mundo del pop. Josh es muy intenso, y si hay algo que define su proceso creativo es la exploración y el hecho de cambiar las cosas de un disco al otro.

-¿Cómo le definirías la música de tus dos discos solitas a una persona que no conoce tu obra?
(Risas). Para mí son como una especie de catarsis, ya que me ayudaron a sanar, especialmente Spark (2010), un álbum que grabé en ocho días y fue una de las primeras veces que puse toda mi energía en un proyecto de cuatro años junto a toda mi inspiración. En cambio, Fragments & Wholes, Vol. 1 (2014), que fue grabado en 12 días, surgió de un video que había puesto en mi Instagram, donde improviso, algo me que encanta poner en práctica. Suelo hacer eso antes de grabar: me gusta mucho ese espacio, esa energía, y no pensar mucho las cosas, sino sentir el momento.

-¿Qué sonido especial te aporta el cigar box guitar?

-Es un instrumento muy interesante, posee cuerdas dobles como si fuera una mandolina, y es muy agresivo. Yo toco guitarra flamenca desde los cinco años y tiene esa percusión. Además, destila un sonido particular que conecta con la voz. Es muy portatil, lo llevo a todos lados. Escribo canciones con él porque es muy puro y me sigue dando inspiración.

-Has trabajado con inmensidad de músicos y artistas, ¿cuál fue el que más te sorprendió por talento, o por alguna faceta desconocida?

-Me llamó la atención, obviamente, estar en el escenario con John Paul Jones (ex Led Zeppelin), en Them Crooked Vultures. Y ver a Chris cuando grabamos Euphoria Morning. No sé cómo describirlo bien, fue ver a un genio tocar, abierto y sin ego. Terminó siendo uno de los momentos más lindos de mi vida. Constantemente tengo la suerte de estar al lado y de poder conectarme con gente que causa una impresión enorme con su música.

-¿Cuánto te ayudó la música a superar las perdidas en tu vida?
-La música me conecta con lo eterno y directamente con Natasha. Es el primer idioma que aprendí a escribir bien. Se trata de la mejor forma que tengo de comunicarme, puedo decir más con una canción que con palabras. Para mí es una necesidad, es como comer o respirar. Ya tengo casi 51 años ligado a la música (NdlR: empezó a tocar la guitarra a los cuatro años y hoy tiene 55) y me fascina el sonido de todos los instrumentos, grabar, la ingeniería, masterizar. Todo es lo mismo para mí.

-¿Pudiste asimilar lo que le pasó a Chris Cornell, o es todo tan reciente que es imposible?
-Es imposible, porque fue una gran sorpresa. Unos días antes nos comunicamos por texto y casi nos juntamos en NY, donde estábamos con PJ Harvey. Noté que estaba todo bien, como siempre. Hablábamos por lo menos dos veces al mes y esta última le di mi opinión sobre qué canción de PJ Harvey sería bueno que haga. La noche en la que ocurrió me levanté a las 2:30 de la mañana, tuve... no fue un presentimiento, pero sentí que algo estaba muy mal, no sé si fue una pesadilla o qué. Pero al rato empezó a sonar mi teléfono y todos me decían “lo siento”, “lo siento mucho”, no sabía a qué se referían. Puse las noticias e inmediatamente Matt Cameron (baterista de Pearl Jam y Soundgarden) me lo confirmó.

Una locura...
-Sí, totalmente, no pude dormir por un par de días. Todavía no entiendo lo que paso, me da una tristeza increíble. Además esto abrió las cicatrices delo que pasó con Natasha. En el funeral, la lápida de Chris estaba ubicada a 50 metros de la de ella. Es muy difícil todo (respira profundo y se le va la voz). Por lo menos puedo seguir tocando y ocupado con eso, sino sería demasiado el dolor. Ahora lo siento más adentro que nunca, igual que a Natasha, son parte de mí para siempre. No puedo creer que no vaya a volver a escuchar la voz de Chris, que no tenga más su sentido del humor y su buena onda. Se fue un gran amigo.

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