Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Akasha

"La mente abierta a la música hace todo más aceptable"

Cronista: Lucía Fernández | Fotos: Gentileza prensa

31 de Mayo, 2017

"La mente abierta a la música hace todo más aceptable"

Los costarricenses visitaron por primera vez Argentina, donde tocaron y dieron a conocer su mensaje.

Akasha es una banda de Costa Rica que fusiona diversos géneros: metal, rock, electrónica, entre otros. Su música se ha materializado en tres discos de estudio: Descriptar, Cerca del Sol y Revoluciones. La constante experimentación y expansión les permitió girar en Centroamérica, Europa y Estados Unidos. Inclusive, tuvieron la posibilidad de visitar por primera vez Argentina, en el marco de la última edición del Festival Nuestro.

Luego de algunos cambios en su formación, actualmente el grupo está integrada por: Mauni Villa (voz), Andrés Contreras (bajo), Nara Barrantes (batería), Emmanuel Sotela (guitarra) y Pablo Mejía (guitarra).

-¿Cómo fue su primer presentación, en del Festival Nuestro?

Manuel Villalobos: -Fue una grata sorpresa, el público nos sorprendió porque muchos cantaban las canciones a pesar de que era la primera vez que veníamos. Eso es gracias a la globalización, Internet y todos los soportes de distribución del material. De todas maneras no dejamos de ser una banda nueva acá, más allá de que venimos tocando hace 12  años. Sin embargo, la gente fue muy calurosa y amena, empezó a acercarse y a nosotros nos gusta mucho hacer eso, de que el público sea parte. Para el final del show ya estaban totalmente identificados, pegando brincos y haciendo desmadre. La verdad es que eso nos dio mucha felicidad porque la pasamos bien y eso se dio gracias a ese espíritu que tiene el argentino.

-¿Tenían expectativas?

MV: -Siempre uno tiene expectativas a la hora de festivales, no sólo con el público, también con uno mismo, porque es una gran responsabilidad. Fue muy bueno ver bandas amigas como Los Caligaris o hablar con Las Pastillas y Bersuit durante el hospitality del evento. La verdad no podría haber sido mejor nuestro primer acercamiento.

-¿Qué significa para ustedes seguir expandiendo su música en nuevas regiones?

Narayan Barrantes: -Para nosotros venir aquí siempre fue una meta. Ya habíamos trabajado mucho en México, también estuvimos en Europa y Estados Unidos, pero lo más lejos que habíamos llegado fue Colombia. Siempre supimos que aquí hay una escena de rock muy fuerte y el público es muy pasional, por eso ni bien nos ofrecieron el festival dijimos que sí. A partir de eso, aprovechamos para hacer una gira alrededor.

-Además de la experiencia que van adquiriendo, ¿qué otras cosas van surgiendo a raíz de eso?

MV: -Es muy interesante que uno gana experiencia en muchas cosas mientras aparecen otras que vas descubriendo. Por ejemplo, no es lo mismo convivir de gira un mes, un mes y medio o tres semanas, que estar en tu casa, ensayar e ir a tocar. Empiezan a aparecer otras cuestiones, choques nuevos. Nosotros siempre dijimos que tener la banda es como tener tres novias al mismo tiempo. Hay que poseer una comunicación correcta, saber los límites de cada uno y eso sólo se sabe rompiéndolos.

NB: -Conocer nuevos públicos fue muy importante porque no es lo mismo el mexicano que el argentino y nosotros en base a eso, como banda, crecemos y maduramos en varios aspectos. De esa manera nos convertimos en artistas versátiles que pueden estar en diferentes nichos.

-Con Revoluciones han tenido la posibilidad de experimentar aún más. ¿Qué creen que tiene de distinto a los anteriores?

Pablo Mejía: -Este disco viene a partir de grandes cambios que han sucedido, por eso lo consideramos nuestro álbum más sincero, desde la composición hasta el mensaje. Los anteriores han tenido productores y este decidimos estar a cargo nosotros. En cuanto a estilo, es muy variado. Dejamos de lado todas las etiquetas y nos liberamos para hacer lo que nos gusta, lo cual nos llena de satisfacción. Gracias a este disco estuvimos muy activos y expandimos fronteras. La música se ha encargado de traspasar todos esos límites que existían antes.

-¿Prescindir del productor fue complejo?

NB: -Al haber trabajado antes con productores todo fue mucho más difícil, por la exigencia que teníamos sobre nosotros mismos. Queríamos que fuera perfecto y no sabíamos hasta qué punto era lo correcto producirlo. La lección más importante fue encontrar la madurez sin perder la objetividad, llegar a ese punto en el cual decir: ‘‘Hasta acá, está bien‘‘. Sino podes estar toda una vida produciendo un disco.

-¿El hecho de que les haya ido tan bien con los discos anteriores también los condicionaba?

NB: -Hay una presión durísima porque veníamos con un trabajo importante y era una situación de ‘‘hacer o morir‘‘. Sabíamos que el público iba a comparar y valió la pena el sacrificio.

-En cuanto a lo musical, Revoluciones también se ha diferenciado...

PM: - Cada disco es diferente según la etapa en la que estamos nosotros personalmente. En el último hay baladas, canciones pesadas e incluso algunas con electrónica porque se refleja ese momento en el que lo compusimos. Ahora, por ejemplo, estamos más influenciados por el metal y el material que probablemente salga pronto viene por ese lado. Nuestra idea no es quedarnos con un sólo género y estilo.

-¿Cuáles son las ventajas de tener una gran diversidad de influencias?

MV: -El trabajo es más digerible si no se encasilla en un sólo género. Por eso, a pesar de ser una banda de rock, Akasha tiene también melodías pop en los coros y elementos  de electrónica con riffs pesados. La mente abierta a la música hace todo más aceptable.

PM: -Tratamos de escuchar mucha música y es evidente que nuestras influencias son variadas. También tratamos de entender qué es tendencia y qué está sucediendo en el mundo, a nivel artístico y no sólo musical. Tratamos de acoplarnos e interiorizarnos de todo eso, comenzar a mezclar e ir creando.

NB: -A todos nos gusta escuchar artistas diferentes y siento que eso cambia con el tiempo. Uno no se encasilla toda la vida escuchando la misma música, hay diferentes etapas y momentos personales que te llevan a buscar diversos géneros.

MV -Me pasa que tengo etapas en las que escucho mucho punk o pop y después paso a dubstep, mientras dos están escuchando más metal y tres por ahí pop. Entonces cada uno está con la energía de lo que viene consumiendo y se llegan a acuerdos en los que  establecemos el punto medio, que es la esencia de Akasha, sin perder esos tintes, por supuesto.

-¿Creen que una “etiqueta” limitaría su exploración musical?

MV: -Las etiquetas siempre son terribles, creo que uno no puede etiquetar. Tal vez haya alguna banda que eso les guste, pero a nosotros en general nos desagradan porque es algo muy maleable. Siempre mantenemos la columna vertebral, nuestra esencia, pero bailamos de lado a lado, experimentando. No nos limitamos y eso nos gusta muchísimo.

-Actualmente están trabajando en el  nuevo material discográfico. ¿Qué nos pueden adelantar?

NB: -Ahora estamos en plena composición de lo que será nuestro próximo EP, que en septiembre u octubre estará saliendo.

MV: -Va a tener seis canciones y va a ser nuestro primer EP en inglés, porque queremos experimentar, como dijimos antes. El rock siempre se mantiene y el idioma nos sirve para atacar mercados europeos. Ya tenemos tres discos en español, con más de treinta canciones, y sabemos que el público lo va a entender.

-Tuvieron la posibilidad de estar en países que no hablan español y comprobar que para la música no hay límites idiomáticos. ¿Por qué igual eligen hacer este EP en inglés?

NB: -Es verdad, nos dimos cuenta que la agente igual brincaba y hacia quilombo, como dicen acá, pero ahora nos enfocamos en que ellos también puedan cantar.

MV: -En Europa todos los países, mayormente, hablan en inglés. Allá nos decían: “Nos encanta su música pero no sabemos qué carajo dicen”. Por eso nuestra intención es ampliar el espectro.

-¿Cuál es el mensaje que quieren transmitir?

MV: -Nosotros tratamos de transmitir algo positivos, porque sabemos que tenemos una responsabilidad en nuestras manos y nos convertimos en líderes de opinión para jóvenes que, a través de nuestras letras y música, le dan sentido a lo que les está pasando. Es una responsabilidad muy grande porque si transmitís odio, la gente se vuelve odio y eso se traduce en violencia. Nosotros esto lo vemos como un escape. En mi caso, compongo las letras a un nivel que puedan ser aplicadas en la cotidianidad desde un punto de esperanza, porque a pesar de que el hueco sea muy profundo y oscuro siempre se sale para adelante.

 

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