Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Once Tiros

La música para exorcizar demonios

Cronista: Sergio Visciglia | Fotos: Gentileza prensa

18 de Mayo, 2017

La música para exorcizar demonios

Los uruguayos presentan su nuevo disco de estudio, Bunker, enérgico por donde se lo escuche, fiel a lo que se puede ver en el vivo de la banda. Aprovechamos la ocasión para charlar con su cantante, Pablo Silvera.

Una charla con Once Tiros siempre tiene buena vibra. Hay algo en sus integrantes que ofrece estar siempre con una sonrisa, y más aún cuando ya fluyen tantos años de conocimiento mutuo. Esa energía es la que luego se ve en un vivo bien arriba, frenético y poderoso, que parece haberse plasmado, según su cantante Pablo Silvera, en este nuevo trabajo, Bunker. “La idea era de marcar un camino, una coherencia, respetar la realidad de la banda, que hace un tiempo ya tiene un saxo solo y no una sesión de vientos, y que tiene dos tremendos guitarristas que resaltaban mucho más en el vivo que en el estudio”.

-¿Cómo se fue forjando este trabajo que tuvo ni más ni menos que un festejo de cumple en el medio?

-Veníamos laburando canciones que teníamos pero no nos terminaba de cerrar, porque había composiciones de diferentes épocas, diferentes espíritus, que no cerraban en una obra. Y eso justamente es algo que nos reprochábamos de discos anteriores, que capaz era un libre caldero donde cada uno ponía el ingrediente que quería y a veces salían comidas medio raras. Estuvo genial, era un proceso creativo al palo, pero también medio desmedido.

-¿Y queda algo de esos tiempos de Parvadomus, el primer disco?

-Creo que lo que queda es que desde el primer momento que Once Tiros estuvo en los escenarios siempre mostró un compromiso de vibrar y sentir lo que se hace. Bunker mantiene eso, y es como un festejo de eso justamente, de todas nuestras vidas y todas nuestras tablas.

-El vivo tiene mucha energía, Bunker lleva mucho a eso, pero también en algunas canciones de la banda hay una parte de calma y reflexión, ¿cómo se llevan con esa veta?

-Somos amantes de las baladas, Imán cierra con “Amor diferente” que es una balada. Nos llevamos bárbaro, ese formato de canción linda para desarrollar nos gusta. A veces no entran en un repertorio por una cuestión de tiempos y es difícil mecharlo. Por ejemplo, ahora la presentación de Bunker no es como un cumpleaños que podes meter de todo, donde en nuestro caso solemos hacer algo acústico para bajar un poco, ya que es muy intenso el show en vivo. Pero ahora no, en este caso la idea es estar bien arriba todo el tiempo.

-¿Cambia la forma de componer con el paso de tanto tiempo y tantas canciones?

-Llevamos la mitad de nuestras vidas en esto, empezamos muy jóvenes. Los discos son como un libro de historia, un documento que además de ser eterno responde a un momento de la vida personal de todos los que formamos parte de Once Tiros, de lo que estábamos sintiendo en ese momento. Vas viendo como aparecen distintos tipos de conflictos que responden al paso de un ser humano en esta sociedad, muchas veces los pasos ya están predeterminados. Aunque uno quiera zafarla y caminar de otro lado, culturalmente uno siente y vibra de una manera que a veces está alienada. Las incertidumbres, los miedos, las dudas, las alegrías, son compartidas con la gente. Uno va cambiando de etapas pero mantiene una conexión siempre. El público crece con nosotros, y se acercan jóvenes que se sienten identificados con los primeros discos, y ahora aparece gente que se siente identificada con esta etapa. Uno hace crónicas de lo que está viviendo y no hay manera de zafarle al paso del tiempo.

-¿Qué es Buenos Aires para Once Tiros?

-A mí Buenos Aires me fascina, me encanta, tiene de todo un poco, mezcla cultura y arte con locura, dinamismo y polución, todo en un gran combo. La disfruto, pero como cualquier ciudad, como Montevideo, las disfruto un tiempo y después como que te consumen un poco. En el caso de hacer música, Buenos Aires nos ha dado muchos amigos, bandas amigas, hemos vivido muchísimas cosas, así que hay un cariño muy especial.

-De ahí que cuando hay que presentar un disco hay que hacerlo en los dos lados del charco porque si no se les enoja alguno.

-Eso es genial. Las dos ciudades son parte de nuestra historia, de nuestra vida, ellas hicieron de Once Tiros lo que hoy es.

-¿Cómo llegó la música a tu vida? ¿Recordás esos tiempos de niñez y adolescencia?

-Como todo niño, a los ocho fui muy fanático de Michael Jackson, y después tenía un vecino peludo y metalero, que era el famoso “no te juntes con él que se droga”, pero no hice mucho caso. Escuchaba Iron Maiden, y recuerdo que me prestó un VHS de una gira del ‘82 y me voló la cabeza, nunca había escuchado nada así. Empecé a escuchar metal, los Guns, y mi vieja cuando intuyó que venía todo por ese lado, me regaló una guitarra española que yo no le había pedido, pero me la dejó una navidad en el arbolito. A partir de ahí andaba con la guitarra para todos lados, como el jugador de fútbol con la pelota, y fui conociendo gente en la calle, aprendiendo piques, acordes, y a divagar haciendo canciones. Se empezó a armar la historia de una banda pero por pura diversión. Apareció Santiago y veía en él una cosa medio vertiginosa, que estaba buena para que se sumara. Hacía cosas que nosotros, con Juan y el Chino, no sabíamos hacer porque éramos muy básicos. Y por otro lado aparece Bruno, que era un melómano que escuchaba de todo, y fue una gran influencia para la banda y para mí particularmente. Ahí arrancó la banda de rock que con el primer disco se materializó.

-¿Cómo te ves hoy en el rol de cantante y comunicador? ¿Sentís alguna responsabilidad en lo que decís?

-No lo vivo de una manera rimbombante, no siento que tenga una responsabilidad en el día a día. Hago esto porque me gusta, trato de ser honesto y fiel, y que la gente se cope con esa transparencia. Si está afín con nuestra manera de ver las cosas, o genera empatía con lo que decimos, buenísimo. A mí la música me da mucho por el lado de exorcizar demonios o de sacarme sesiones de terapia. Lo tomo más como una especie de medicina o bálsamo para seguir acá en esto que se llama vida.

Foto: Gentileza prensa/Mika Álvarez
*Sábado 20 en Niceto Club, Niceto Vega 5510. Junto a Trotsky Vengarán. A las 20.

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