"La magia de Korneta es interminable"

-¿Cómo nació el vínculo con Korneta Suárez?
-La relación se fue dando por medio de mi viejo (Horacio Ale). Tuve la suerte de conocerlo cuando era un niño. Mi papá se hizo músico por él, tocaron juntos antes de Los Gardelitos, y yo seguí esos pasos. Fui metiéndome en la onda por mi viejo.

-¿Cómo lo recordás?
-Con mucho cariño. Tenía una especie de genialidad y locura increíble; lo recuerdo con una sonrisa y agradezco a la vida por haberlo conocido.

-¿Qué enseñanzas te dejó?
-Su música. Sus canciones es lo más importante que me quedó; no solo para mí, sino para todos. Siempre que vuelvo a escucharlo es interminable toda esa magia.

-¿Era el mismo tipo fuera del ámbito musical?
-Siempre fue el mismo. Te digo que era así porque tocaba la guitarra todo el tiempo. Arriba y abajo del escenario. Se quedaba hasta las 9 de la mañana tocando y para mí esos fueron momentos inolvidables.

-¿Cuáles fueron las sensaciones tras enterarte de su muerte?
-Lo sufrí mucho en lo personal. Fue impactante al punto de no poder explicar tantos sentimientos.

-Todo ocurrió a días de lanzar un nuevo disco, Tierra de sueños (2004). ¿Fue difícil seguir con el proyecto?
-En ese momento no lo pensamos tanto. Me acuerdo que una tarde nos juntamos con mi viejo y Eli (Suárez, guitarrista de la banda e hijo de Korneta)a tomar una decisión. No salió nada en concreto, pero creo que seguir era lo mejor, porque nos mantenía conectados. A su vez era la manera de tenerlo presente; fue una locura seguir tocando, pero era lo que nos salió desde adentro. La música te saca el mal humor y la tristeza.