Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Gerardo Farez y La Marea Oceánica

"En esta época hay que prestarle atención a lo auténtico"

Cronista: Lucas González | Fotos: Gentileza: Prensa

31 de Julio, 2017

"En esta época hay que prestarle atención a lo auténtico"

Inmerso en la creación de su segundo disco, Gerardo Farez habla sobre su incipiente carrera solista y repasa las bases de su álbum debut, Lotus.

Puede que el nombre de Gerardo Farez (aún) no sea del todo conocido por el público en general. Pero lo cierto es este multi-instrumentista es uno de los sesionistas más solicitados en la escena nacional. Para más información, colaboró con más de 40 artistas (Leo García, Tan Biónica, Palo Pandolfo, Carca, Iván Noble, Abril Sosa, Chancha Vía Circuito, Gordon Raphael, entre otros).

Pero se cansó. O por lo menos eso se puede deducir. Porque, además seguir siendo un invitado de lujo en las grabaciones, optó por lanzar su carrera solista y publicar su primer disco, Lotus (2016), en compañía de su banda, La Marea Oceánica, que completan Vanina Becares (bajo, coros, percusión) y Leandro Troiano (guitarra, synths, octapad, coros). El trabajo, que ahonda en un pop cuasi electrónico, fue de lo más interesante en la escena alternativa. Actualmente, se encuentra quemando sus últimas naves, ya que Farez, incansable como es, está trabajando en su segundo opus.

-En otra época, más cercana a los ochenta, el pop era disruptivo, y hasta transgresor. Desde tu punto de vista, ¿qué representa como género en la actualidad?

-El estilo es muy amplio y tiene muchos años -más de 50-, además de contar con varias ramificaciones. Desde ya, considero que es el género por excelencia que acompaña los oídos de las sociedades en general, sea cual sea el estilo. Las canciones, como formato, se han metido en la mayoría de los géneros. Siento que sus vertientes siguen manteniendo un lenguaje estético muy interesante y que hay muchos artistas que siguen tratando de darle una vuelta más, fusionar recursos, y no quedarse en lo simple y básico de una canción. Tal vez la transgresión, como existía décadas atrás, esté un poco extinguida, pero eso no quiere decir que este sea un momento de nuevas fusiones, de encontrar nuevos caminos para este género que tanto nos ha dado.

-¿Qué diferencias significativas hay entre Tremor, grupo que integras hace años, y La Marea Oceánica? ¿Qué cambia a la hora de componer para uno y otro proyecto?

-Tremor es un proyecto que comenzó Leo Martinelli, allá por 2004. En 2006 nos sumamos con Camilo Carabajal y conformamos, diez años atrás, lo que hoy es el trío. Las composiciones siempre partieron desde otro lado, más instrumentales, experimentales, tomando muchos elementos concretos y autóctonos de acá y de otras regiones del mundo. Tal vez la parte de experimentación electrónica y el tomar elementos de otros lugares del mundo tenga que ver con el disco de La Marea Oceánica, ya que, personalmente, siempre me interesó rescatar melodías o escalas de lugares de Oriente, por ejemplo, y aplicarlas a canciones cantadas. En La Marea Oceánica hay mucho trabajo de producción y arreglos pero aplicados a canciones tal vez un poco psicodélicas, pero canciones al fin. En los dos proyectos hay una gran cuota de experimentación, búsqueda, fusión de elementos y estética.

-¿Por qué apostar por alguien externo, como Charlie Desidney, siendo que contas con experiencia a la hora de producir?

-Él es un gran productor, con una vasta experiencia. Personalmente, sentí que era un momento para compartir el trabajo. También sucede que, por las horas de vuelo, aprendés a delegar algunas decisiones, intercambiar puntos de vista, escuchar la visión del otro. Casualmente, siendo canciones propias, me pareció óptimo co producirlas juntos.

-¿Qué se siente estar al frente de tu propio proyecto? ¿Te habituaste al rol de líder?

-La verdad, más que líder, creo que llevo adelante un grupo humano de trabajo artístico. Tal vez las canciones son propias, las letras y las ideas son personales, pero más allá de ser un disco solista, desde un principio tuve ganas de que seamos un trío. Conocí y escuché a Vanina Becares y a Leandro Troiano y sentí que podría trabajar con ellos. Fue maravilloso.

-Dada tu experiencia en la escena, gracias a tus múltiples colaboraciones, ¿hay algo que te hayas planteado que no querías hacer?

-En esta época hay que prestarle atención a lo auténtico. Hay tantas posibilidades de grabar que hay que aprovechar para decir algo original, que salga desde adentro. Los rumbos se van armando cuando uno empieza a interiorizar qué es lo que quiere decir con una canción, con una letra o con los sonidos.

-¿Cómo te llevas con tu rol de cantante principal?

-Es algo nuevo. Hasta el momento venía haciendo coros, junto a otros artistas, pero estar cantando letras y palabras propias es muy lindo, aunque en vivo estoy, según el tema, rotando entre teclados, baterías electrónicas, guitarras. Los shows son muy dinámicos y disfruto mucho de cantar, siempre me gustó, pero tal vez ahora lo hago de manera pública.

-Por otro lado, son varias las piezas en las que Vanina aporta su voz, una suerte de partner. ¿Cuándo crees que es necesario su aporte?

-El juego entre las voces en las canciones le da una mixtura de estéticas estilísticas que me encanta, que le va perfectamente. Utilizando su voz con diferentes reverberancias, haciendo contrapuntos, se arman aires sumamente interesantes.

-Entrevistado por este medio, el músico y periodista Pato Lange afirmó que la música cuenta con varios atributos, pero que él la interpreta para curarse, por ejemplo. En tu caso, ¿cuál es tu relación?

-Es un lenguaje universal maravilloso, sensitivo, sensorial, que produce emociones de las más variadas con sólo dedicar momentos a oírla. Personalmente, desde muy chico me sentí atraído y a medida que fui creciendo y los años pasaban, sentí la necesidad natural de zambullirme cada vez más, dedicarle más tiempo, estudio, dedicación y disfrute a la música en mi vida.

*Sábado 2 de agosto en La Tangente, Honduras 5317. A las 20.

 

 

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