Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Mariana Paraway

"Es liberador no tener un rótulo que te identifique"

Cronista: Lucía Fernández | Fotos: Gentileza: Prensa

25 de Agosto, 2016

"Es liberador no tener un rótulo que te identifique"

La cantautora mendocina se presentará en el Centro Cultural Kirchner antes de viajar a grabar su nuevo disco, en México. El Bondi aprovechó para repasar con ella todo lo transitado hasta hoy.

Mariana Päraway es cantautora, docente, instrumentista y compositora. Fue guitarrista de Prismal (luego Prismales) y de Glamour. En 2011 editó su primer disco, El tiempo y al año siguiente, Los peces, con el que fue adquiriendo la popularidad. Mientras que con Hilario (2014) la cuestión siguió prosperando. Su último disco, tanto como los otros, no sólo es peculiar por la musicalidad sino que además comprende una unidad conceptual que sin dudas lo hace aún más sugestivo.

-Antes de comenzar tu carrera como solista fuiste parte de dos bandas. ¿Cómo surgió la idea de compartir tus canciones en primera persona?

-Se fue dando… Me acuerdo de llevar las primeras que hice a Prismales y que me sonaran raras en banda, cantadas por el cantante. Así que nunca las hicimos. Al poco tiempo el grupo se disolvió y yo seguí componiendo, grabé algunas canciones y después de un tiempo, medio largo, porque me daba vergüenza cantarlas, hice mi primer recital como Mariana Päraway. Tengo la sensación en la punta de la lengua de cómo fue sentir en el cuerpo la idea de estar en el lugar correcto.

-¿Cuáles son los pro y los contra de un proyecto en solitario?

-A favor, tenés disponibilidad absoluta de tu tiempo, que podés expresarte cómo quieras, que podés encontrar tu propia voz, tus propias formas. ¡Las contras es que a veces resulta aburrido! (Risas).

-¿Crees que de la misma exploración musical surgieron las ganas de componer las palabras que atraviesan tus melodías?

-Sí, claro. Uno va viendo qué tiene dentro, tanto la poesía que está guardada en algún lugar del cuerpo como las melodías que andan sueltas por ahí. Igualmente, más que ganas, lo siento como algo urgente, algo que no se puede callar.

-A diferencia de tus trabajos anteriores, en Hilario hay nuevas sonoridades, con la incorporación de instrumentos, idiomas y melodías. ¿Esto se fue dando de modo natural en el proceso de creación o lo planeaste de antemano?

-Supongo que fue de ambas maneras. Algunas cosas fueron planeadas, otras propuestas por Leandro Lacerna, mi productor, y otras surgieron al momento de la grabación, sin pensarlas demasiado. Sí quería que haya un universo diferente de climas, de entramado sonoro que lleve al máximo la posibilidad de rodear lo que estaba diciendo.

-Por otro lado, ¿la unidad conceptual que encierra este disco también se dio de modo espontáneo o fue planeado?

-En un primer momento fue algo que descubrí que estaba ahí, presente pero tácito, y luego usé todos los recursos que pude para hacerlo más visible, más tangible. Y de ese modo también pensé todo lo que rodea a las canciones en ese concepto: las fotos, el arte, los videos, el vestuario.

-El común denominador de tus discos es la experimentación, independientemente de que pueda predominar el género pop o folk, también hay una impronta difícil de encasillar. ¿Crees que poder construir canciones sin limitarse a una etiqueta favorece a que cada disco sea tan singular como enriquecedor?

-Aunque a veces se complica no tener un rótulo que te identifique, para mi es liberador: puedo hacer las canciones que se me ocurran sin restricciones. Y más profundo que un disco, es cada canción en su propia sintonía, haciendo luego un todo. Tengo la suerte de poder hacer esto sin límites, lo que no significa que sea sin objetivos. Por ejemplo, en el disco que estoy a punto de grabar, me puse como premisa que todas las canciones sean en castellano, que más que poner un muro, decidí enriquecer la forma de escribir en mi idioma, descubriendo palabras, formas, cadencias.

 *Jueves 25 en el  CCK, Sarmiento 151. Junto a Ayelen Secches. A las 20.

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