Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Desague Varela

"La esperanza oficia de castigo cuando no hay solución"

Cronista: Lucas González | Fotos: Gentileza: Prensa

11 de Septiembre, 2016

"La esperanza oficia de castigo cuando no hay solución"

Ideóloga de la banda, Celina Varela habla sobre lo que propone el trío en su flamante disco, Tips para Náufragos, y repasa la historia del conjunto, un proyecto que gusta cuestionar lo establecido.

Sus primeras influencias, reconoce, fueron en su mayoría hombres: Morrisey (ex The Smiths), Robert Smith (The Cure) o Don Corleone y La Zona, proyecto de Palo Pandolfo. Mientras que su origen en la música, recuerda, fue natural, mediante algún instrumento que había en su hogar y gracias a un buen amigo, que le acercó un disco de Sumo. “Me voló la cabeza”, admite, años después, Celina Varela, cantante, guitarrista, tecladista y compositora.  

Para ella, el rock trasciende al género. “Lo femenino y lo masculino terminan siendo recursos artísticos”, plantea quien lidera el trío Desagüe Varela. “Todo en la banda se da naturalmente. Si bien en el escenario soy yo quien está al frente, el resto creo que es bastante democrático”, supone ella entre risas.

El origen del grupo data del 2005, cuando la artista multifacética unió fuerzas con Daniel Mora, en bajo, y Pablo Romano, encargado de la batería, programación y teclados. “Seguramente estamos influenciados por el factor geográfico y nuestras edades”, sospecha ella. Y a título personal, agrega: “La música de los ochenta es sin dudas la que me representa y el haber nacido a la vera de Campo de Mayo, en ese contexto político, es algo que también me influyó”. Aunque en esencia es un proyecto power, la cantante admite que les gusta, en la fantasía del disco, el recurso de programaciones, teclas y condimentos digitales que generan sonidos propios del pop. Sin embargo, sentencia, el pulso que prima en vivo es el rockero.

Producto de esa sinergia arrolladora, de las ganas de trascender, es que la banda se encuentra actualmente inmersa en una serie de agotadores pero productivas presentaciones. Todo suma. “La verdad es que estamos tocando mucho. Tanto que no me queda tiempo para ir a ver bandas”, lamenta Varela, sobre una vieja y querida costumbre.

-Decís que se te dificulta presenciar un show. Y en materia de discos, ¿qué estás escuchando?

-En la actualidad, no dejo de poner Black Star (2016), de David Bowie. Estoy como una adolescente gastando el álbum. Ya me había pasado con The Next Day (2013). Quizás, sea esta la mejor forma de hacer el duelo.

Desagüe de amor

Tips para Náufragos es el título del flamante trabajo de estudio de la banda. Se trata del segundo bajo la órbita del sello S-Music. El primero, homónimo, saldría en 2014. A estos dos, hay que sumarle Buenos tiempo, Proyecto Ideas Hay, de 2009, co producido a través de la Embajada de Canadá y Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz, y Trío, un EP que coincidió con la formación del grupo. Muy a su pesar, la cantante apunta que “los tiempos de edición no son los nuestros”. Sin embargo, espeta: “Estamos pasando por nuestro momento más creativo”.

Al igual que en la placa anterior, Palo Pandolfo era el sindicado para tomar las riendas de la producción artísticas. Pero contratiempos, agendas que no coincidieron y demás circunstancias truncaron la posibilidad. La posta, de esta manera, la tomó el grupo en compañía de Matías Parisi. “Es conmovedor que el esfuerzo, las ideas y la música se conviertan en algo tangible”, reconoce y concede que es súper excitante tener el disco en las bateas.

Tanto Tips para Náufragos como su antecesor, cuentan una estructura que podría asociarse al punk. Por caso, este último trabajo tiene una duración aproximada de 25 minutos. “Creemos en esa efectividad”, observa. Y añade: “El reto es desarrollar todos los matices y contar una historia en algo más de dos minutos”.

-Pese a las muchas contras hoy que tiene, el músico sigue apostando por publicar un disco en formato físico. ¿Por qué?

-Eso tendrías que preguntárselo a la gente de la compañía (risas). De nuestra parte, creemos que tener el disco en la mano termina por delinear nuestro mensaje, ya que podes hojear el “librito”, desmenuzar las letras y completar el concepto de la música.

Yendo a pasajes puntuales, “Mielcita”, una intensa cumbia electrónica, es una pieza que dialoga con la ya clásica “Cuando pase el temblor”, de Soda Stereo. “Me pareció interesante el contraste entre un ritmo que asocio con el baile y la diversión con una letra agónica, casi suicida”, confiesa la cantante.

Si hay un concepto que atraviesa el disco, una pregunta recurrente que interpela al oyente, es la de qué hacer con la fe. La fe en el amor, en la amistad, en la vida. “Abundan las dobles lecturas”, expresa Celina, sobre una noción tan universal como antigua, y argumenta: “Se podrían tomar como consejos para quienes han caído en la desgracia del naufragio en cualquiera de sus formas o las conductas que siempre nos hacer caer en el desamor, los vicios y la muerte. La esperanza oficia de castigo cuando no hay solución”. La idea se clarifica en “Cambiar el Dios”, donde Varela arguye: “Es tiempo de encontrar un Dios que entienda tanto dolor”.

Éramos unos niños

Como se dijo anteriormente, el disco Proyecto hay ideas contó con la colaboración de la embajada canadiense y Pérez Esquivel. Pero hay más. Para registrarlo utilizaron lo que fue el Batallón 601, parte norte de Campo de Mayo, donde funcionó El Cilindro, lugar de tortura y muerte. “Lo realizamos en otro contexto del país, más esperanzador, incluso más que estos tiempos”.

Al margen de Varela, Mora y Romero de la banda formaron parte varios pibes de bajos recursos, quienes se juntaban con el trío para hacer música, dibujar (“Mora es profesor de arte”) y a comer (“Veníamos arrastrando secuelas del 2001”). Con el correr de los días, el trabajo ganó trascendencia, y se terminarían sumando Lito Vitale, Los Pericos, Turf y Palo (¡cuándo no!), quienes “generosamente se prestaron a colaborar”.  

Sobre aquella experiencia, la cantante recuerda: “A nivel personal, encontrarme con chicos que hoy tienen 20 o más, que estudiaron música, teatro o simplemente tienen un recuerdo feliz que atesorar fue lo más importante de todo el  proyecto”.

Cinco años después de aquel trabajo colaborativo, el trío ficharía con S-Music y publicaría su álbum homónimo. “Después de mucho tiempo lo volví a escucharlo y me encantó”, dice y aclara que tiene muy buenas canciones. “Yo tengo un perro igual a vos”, por ejemplo, le parece un “tema del carajo”.

Volviendo sobre otro tópico antes mencionado, la rienda artística la llevó a cabo Palo. Y así lo recuerda Varela: “Lo invité a grabar un tema y terminó produciendo el álbum”. También, asegura: “El ritmo de laburo que tiene es admirable, parte del oficio que seguro da el tener tantos y tan buenos discos en el haber”.

 

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