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Miss Bolivia

"Todos los chetos bailan cumbia, el presidente también la baila. Say no more"

Cronista: Lucía Fernández | Fotos: Gentileza: Prensa

07 de Mayo, 2016

"Todos los chetos bailan cumbia, el presidente también la baila. Say no more"

La artista despide su segundo disco, Miau, con el cual logró una mayor difusión y masividad a través del corte "Tomate el palo". El Bondi aprovechó para reflexionar junto a ella sobre estos últimos años de carrera.
 

Paz Ferreyra es música, DJ, compositora y cantautora. Si bien en 2011 editó su primer disco, Alhaja, dos años después llegó el reconocimiento de la mano de Miau. Ésta producción no sólo sobresalió por "Tomate el palo", corte de difusión a dúo con Leo García, también incluyó "Rap para las madres", que fue parte de la película Focus, protagonizada por Will Smith y filmada parcialmente en el país. Además versionó "María, María" de Mercedes Sosa para la cortina musical de La Leona, una novela televisiva.

-¿Por qué crees que Miau te permitió gozar de cierta popularidad que hasta el momento no habías tenido?

-Tiene que ver con el trabajo de hormiga que fui haciendo, poco a poco. Creo que a medida que pasan los discos uno también va posicionándose o diciendo "hola qué tal, yo soy esto". El corte de difusión también rotó mucho y eso fue una ventana para visibilizar el resto de la obra. Fueron las dos cosas, por un lado el tiempo, porque a medida que pasa te vas afilando, encontrando tu identidad musical, estética y lo que queres transmitir. Por otra parte, decidí hablar un poco más claro, contar más hablando menos. Dije menos palabras y fui más concreta.

-¿Crees que fusionar estilos (cumbia, dance, reggae, hip hop) y abarcar en tus letras cotidianeidades te permitió conectar con mayor cantidad de personas?

-Sí, ya que Miau tuvo contenidos más universales. A nivel letras, quizás interpeló a gente de distintos palos. Eso fue algo que atrajo al público e hizo que se visibilice más el proyecto. Al hacer una fusión transversal entre estilos encontré un público nuevo al que le di cabida, lo que creo y me gusta es que al público de Miss Bolivia le gusta la letra, sin importar si es cumbia o rap, ellos lo cantan. El prejuicio no existe en mis conciertos y creo que en gran parte de la escena no están existiendo. Eso me pone contenta porque hay una mayor flexibilidad y tolerancia a decir: "Soy un heavy que me gusta Dama$ Grati$ y Motley Crüe".

-¿Por qué pensás que hay personas que creen que la cumbia es de groncho? 

-Los motivos populares siempre son desacreditados y subvaluados, porque tienen tanta fuerza y tanto poder que da miedo. El mantra de la cumbia es como el cuero del candombe: son cosas que tienen que ver con la negritud, la danza, el baile y el empoderamiento como más trivial. El prejuicio nace por ahí, y por estigmatizar la clase a cierto estilo y a otro no. Lo que reconozco es que la cumbia tuvo y tiene contenidos que no son muy felices, pero que también narran historias de la vida cotidiana de un pueblo. Son expresiones populares que no niego que han pecado de apologéticos y misóginos, eso capaz en el imaginario popular hizo que la gente meta a todo en la misma bolsa. Después empezó la cumbia romántica y ahora el género es universalmente aceptado. Ya no hay tanto prejuicio y todos los chetos bailan cumbia, el presidente baila cumbia o sea: Say no more.

-¿Consideras que el éxito obtenido con este disco te condiciona a la hora de enfocarte en lo nuevo?

-Esos fantasmas siempre están cuando tenés un disco o algo en lo que te fue bien, sentís cierta presión. Trato de separar cada álbum, porque cada uno es distinto. Esto es otro flash, otro momento de mi vida y quiero decir otras cosas. Tengo otras exigencias, quiero hablar de mi propia vulnerabilidad también. Ojalá le guste a la gente, pero trato de no dirigir tanto los contenidos.

-¿Lo nuevo será mucho más autobiográfico?

-Sí, será más intimista. Cuento situaciones privadas y quizás me rio de ellas. Creo que pude desnudar un poco más mi neurosis a través de este nuevo disco.

-¿Con el humor es más fácil canalizar el dolor?

-Sí, a veces, pero otras creo que hay que decir las cosas como son y no empolvar tanto, porque la daga es la daga. El humor está bueno, pero a veces la letra tiene que ir directo.

-¿Crees que actualmente la palabra está perdiendo valor?

-La palabra adoptó y adopta todo el tiempo habitáculos y se reformatea constantemente. Hay nuevos soportes que también están buenísimos. Twiter, por ejemplo, me encanta porque es un lugar para comunicar algo muy chiquito y ahí, cuando tenés que escribir poco, la palabra toma mucha fuerza. Igual, la cultura coloquial de la escritura resumida que hay ahora me hace muy mal. Que cada uno haga lo que quiera, pero cuando un guacho de trece años me escribe mal, ni contesto. Está todo muy condesando en la sintetización, no soy purista ni amante de la corrección pero digo: "¡Pucha!".

-¿Tuviste desventajas en el ambiente musical por ser mujer?

-Realmente, nunca tuve ningún problema por ser mujer. Al contrario, siempre encontré mucha solidaridad de mis colegas varones y mujeres. Quizás sí hay estilos donde los contenidos no son tan felices y acertados. Son postales sociales también, son cosas que existes, radiografias. Eso pasa, son relatos y es folclore. Por otra parte, también hay más conciencia, músicos que saben que hay cosas que no se dicen en una canción o que si se dice, se pide disculpas. Hay cuestiones que me esperanzan. Los chabones no te dejan ni levantar un coso y no sé ni de colegas que le haya pasado. Hay que desmitificar un poco, ser mujer es difícil en la vida y en todos lados, pero la verdad es que en la música no tuve ningún problema.

Foto: Gentileza prensa/José Cicala

*Sábado 7 en Niceto Club, Avenida Niceto Vega 5510. A las 20.

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