Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Leandro Fresco

"Los sentimientos quedan grabados en cada disco"

Cronista: Fernanda Miguel | Fotos: Gentileza: Prensa

19 de Abril, 2016

"Los sentimientos quedan grabados en cada disco"

El músico multifacético sigue presentando su último álbum, El Reino Invisible, y se tomó un tiempo para conversar con El Bondi sobre los detalles del trabajo, los proyectos venideros y del eterno Gustavo Cerati.

 

-Seguís presentando El Reino Invisible, ¿cómo fue la producción de este disco?

-Lo hice en mi casa, llevó un tiempo, porque no soy demasiado rápido. Dani Nijensohn me ayudó a elegir los temas y fue como un productor virtual. También estuvo Gabriel Rud, que se ocupó del arte del disco y de hacer los clips de varios tracks. Además, trabajamos juntos en la parte visual del show.

-Hoy, que ya tenés el resultado final, ¿es tal cual lo pensaste?

-En lo musical, tenía las ideas que quería para el álbum, así que los temas surgieron y, aunque no sabía cómo iban a sonar, estaba seguro que el resultado iba a estar contenido en esas ideas. Dentro del genero ambient, intenté potenciar las armonías melancólicas y épicas. Cada vez intento ser más emocional en la musica que hago, especialmente en un disco así, donde no hay letras ni ritmo.

-¿Cómo sos a la hora componer? ¿Te ponés un tiempo y un espacio determinado o es algo que viene solo?

-Hay que estar atento, porque las ideas vienen en cualquier momento y lugar, caminando en la calle, o en la cama. Creo que eso les pasa a todos los músicos. Lo que sí, uno toma la decisión de ponerse un límite de tiempo para poder terminar algo que de otra manera sería eterno. Como dice el maestro (Daniel) Melero“A los discos hay que abandonarlos”. Siempre arranco y a medida que se van componiendo, los temas empiezan a bajar las ideas de los títulos, el nombre del álbum y todo el concepto, o no,  que lo van a definir. Todo se puede modificar a último momento también. Es algo progresivo y lo que tengo que lograr primero es que los temas me gusten a mí. Si no pasa esa barrera, se hace difícil que decida mostrarlos en público y probablemente queden archivados.

-En una nota dijiste que tu disco homónimo lo compusiste desde la tristeza y que El Reino Invisible lo hiciste con un sentimiento de esperanza, de que Gustavo Cerati despierte. Hoy, que ya pasó un tiempo de su muerte, ¿cómo ves estas dos obras? ¿Te siguen generando lo mismo o los sentimientos fueron mutando?

-Los sentimientos quedan grabados de alguna manera en cada disco. El de canciones fue hecho en un momento crítico. El Reino Invisible fue hecho en un contexto de  esperanza, de que las cosas cambiaran a largo plazo. Lo que sentí durante la gestación de cada disco quedó encapsulado para siempre ahí. Pertenecen a los momentos en los que trabajaba esas músicas.  Cada vez que los escucho puedo recordar cómo me sentía entonces. La cuestión del tiempo fue uno de los tópicos más presentes, cuando componía el disco de canciones, y es uno de los que más me interesan. La cuestión de la relatividad en la percepción del tiempo, de cómo un minuto en determinadas ocasiones de la vida de cada uno es mucho y en otros, es nada.

-Estuviste en los dos homenajes importantes que se le hicieron a Gustavo, como fueron el del Planetario y el que se realizó en el CC Kirchner, ¿qué significaron esos momentos?

-En lo personal, significaron poder despedirme de una etapa de vida. Poder dar gracias. Esos dos shows fueron para toda la gente que quiere a Gustavo, que quería volver a escuchar a su banda tocar sus canciones y cerrar un ciclo que vivimos todos juntos. Tocamos por última vez esos temas de la manera original, con los arreglos pautados por él. Fue mi despedida con ese público, darles gracias por tantos años de alegría. Muchos de los que saben que hago música, me conocieron a través de él.  Quise estar ahí por Gustavo, bancar a mi amigo hasta el final, como tantas veces él lo hizo conmigo. Fue algo que con Richard Coleman, Fernándo Nalé, Gonzalo Córdoba, Martín Carrizo, Fernándo Samalea y todo su equipo; lo hicimos de corazón.

-¿Cómo es el ambient en Argentina? ¿Hay espacios en donde se difunda o le falta todavía un empujón?

-Dentro de todos los géneros del universo de la música electrónica, es un género raro, se dice que es una música tanto para escuchar como para ignorar. No encaja en los festivales tradicionales, porque no es para bailar y para algunos puede ser muy irritante esa especie de quietud. En mi caso, nace naturalmente. Sé que siempre voy a hacer discos así y me gusta la idea de profundizar en esa búsqueda.

-¿Cómo sigue tu año?

-Durante enero y febrero siempre estoy en San Martin de los Andes, en la casa de mis padres, ahí terminé un álbum ambient junto a un colega, de Estados Unidos, que se llama Rafael Irisarri. La idea de conectarnos salió del dueño del sello que va a editar el álbum. Nunca nos juntamos, hicimos todo enviándonos cosas por Internet. Terminamos un disco que saldrá solamente en vinilo, por un sello del Reino Unido, en agosto aproximadamente.  También estoy con mi disco de canciones, que seguro sale este año, y mientras tanto sigo avanzando también en un nuevo álbum ambient para Kompakt.  Estoy en varios proyectos  a la vez. También estoy cantando en un proyecto de house, junto a Oliverio y Ale Lacroix llamado Guest House.

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