Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Pamela Rodriguez

"No hay mucho si falta el drama y la complejidad"

Cronista: Lucas González | Fotos: Gentileza: Prensa

06 de Febrero, 2016

"No hay mucho si falta el drama y la complejidad"

Con un nuevo disco que acentúa su faceta como compositora, la cantante vuelve a sus raíces rockeras.

Me quedo en Buenos Aires (2015) es el nombre del nuevo disco de la actriz y cantante Pamela Rodríguez. Se trata de 11 canciones que, según define, recorren diversos géneros, aunque con con la impronta rockera que siempre la caracterizó.

Su anterior anterior trabajo, Desencuentros, publicado hace diez años, además de ser su opera prima, cuenta con la particularidad de haber sido producido por Joe Blaney, quien trabajó con Charly García en Alta Fidelidad. Pero, ¿qué pasó entre un álbum y el otro? “Me fui a vivir dos años a España. Cunado Volví estudié piano clásico en el conservatorio, iba cuatro veces por semana. También comencé a dar clases, y eso me ayudó muchísimo para arrancar”, cuenta Rodríguez. Y aclara: “No veo el tiempo que pasó como una demora, la cuestión acá es que no hago discos de manera mecánica”.

Sobre el trabajo con Blaney, ella comenta que fue ahí donde aprendió todo. “A él le gustaron muchos los demos y fueron bastantes respetados”, rememora. También afirma que, dada las condiciones en las que mezclaba (en una consola análoga), “terminamos los dos en la mesa con las perillas, a cuatro manos”. Asimismo, la cantante afirma que aquel trabajo fue una experiencia inolvidable. “Me parece un buen disco, un gran disco”, señala.

-En diciembre del año pasado presentaste Me quedo en Buenos Aires con tu nueva banda.

-Estuvo buenísimo. Estoy muy contenta por cómo se dio el show. Tocamos el disco disco completo, algunos temas viejos y, de regalito, “Que sea rock”, de Pappo. Fue un buen desafío. Recuerdo cuando arranqué, siendo muy chica, que hacía covers de Edie Brickell & New Bohemians, Janis Joplin, Sheryl Crow. Y ahora, hacer un recital con canciones mías, es completamente diferente.

-¿Qué es lo que más te atraía de esas artistas?

-Me gusta el estilo que hacen, y a medida que fui creciendo me di cuenta que lo sostengo. Me acuerdo de escuchar, con 17 años y estando ya en una banda, “All I Wanna Do”, de Crow, y no saber quién era, pero que me encante. Me gusta el rock tradicional, sí, pero eso no significa que únicamente haga los tres tonos.

-Al margen de lo clásico, ¿qué es lo que hoy en día te moviliza?

-Si bien estoy al tanto las artistas nuevas que surgen, de todas me quedo Amy Winehouse. Me parece la mejor en los últimos 20 años. Aparte, ella hace un estilo que me apasiona, que es medio jazzero.

-¿Y de acá?

-Nada de esa manera. Y me encantaría que haya una movida, porque hay muchas artistas. Pero me siguen movilizando las mismas de siempre, Celeste Carballo, Claudia Puyó y Fabi, es Fabi. Las referentes siguen siendo las mismas.

-Mencionaste que Me quedo en Buenos Aires lo presentaste con una banda nueva. A la hora de conformarla, ¿qué priorizaste?

-Que tengan que ver con el palo. Prioricé el estilo y, a la par, la persona. Era importante que sea un grupo en el cual todos la pasemos bien, que haya gente sana.

-¿Te ha tocado vivir lo contrario?

-Sí, en el mundo del rock siempre pasa eso. Por eso el 16 (fecha de presentación) fue un día de alegría y música. Disfrutamos todos. Esa confluencia es maravilloso. El día a día es primordial. Aparte, ya mas de adulto, los egos mucho no van. Tiramos para adelante como grupo.

-Afirmas que ya tenes, en mayor o menor medida, planifica el año.

-Sí, igual siempre surgen cosas, depende de cómo uno esté predispuesto. Además de seguir con mis clases, este año me lo dedico a tocar. Después, el resto es hacer notas, comunicarme con la gente y volver a tocar. Luego de la fecha en Mar del Plata, estamos pensando hacer un ciclo en un bar, aunque mucho no puedo decir. Ahora estoy con un grupo copado de gente, como Celina Cassi y Diego Perri, hay una contención.

-Volviste a tener cierta regularidad, por lo menos en lo que respecta a tocar.

-En realidad, mientras componía el disco, salía a tocar, pasaba por un jam y cantaba. Eso lo hice siempre, pero también tenía ganas de terminar el disco, mi obra, para poder salir a presentar lo mio. Prioricé la composición, pasé muchas horas en casa, días enteros, sólo saliendo al supermercado o a sacar a la perra. Pero, inclusive cuando hacía eso, me llevaba mis anotaciones, por las dudas. No paré, fueron tres años en los que hice 25 canciones, para que terminen quedando 11. Fue un trabajo muy duro.

-¿Qué le faltaron a esas 14 para quedar?

-No sé, creo que la selección fue una mirada global de lo qué iba a ser el álbum entero, de lo que decía cada canción. De las letras me preocupé bastante, te diría que mucho más, a diferencia del anterior disco. Ahora me siento más cómoda componiendo.

-¿Cómo definirías esta etapa de escritura?

-No creo que sea algo en particular. En el disco anterior me preocupé más por lo musical, por las melodía. En este prioricé los temas, les di más tiempo.

-¿Qué rol jugaron los productores, Álvaro Villagra y Nelson Pombal?

-Con el que más tiempo pasé fue con Nelson. Como en todo momento de creación, hay diferencias. Igual, fueron más las similitudes, que nos terminaron uniendo. Los dos quedamos muy conformes, tanto en el estilo como en los arreglos. Si no hay complejidad y drama, no hay mucho. Eso fue lo interesante.

-Además de la composición, ¿también te involucraste en lo melódico?

-Honestamente, no prescindí de nada. Fui muy meticulosa, en letras, arreglos, armonías. Este disco lo empecé a grabar sola, en mi casa, tocando todos los instrumentos. Después, llamé a un par de monstruos. Si te digo que me salió de taquito, te miento.

-Mencionaste otro de los puntos llamativos que tiene el disco, tu participación como productora.

-Mirá, realmente no lo pensé, como empecé produciendo los demos, y los demos son primos de los temas. Siento que comencé a producir desde el momento en que arranqué a componer una canción. Al grabar todo ya estaba produciendo, pensaba en la línea de bajo, por ejemplo. Los editaba, estaba en todos los detalles. Cuando me junté con Álvaro y Nelson, tenía un montón de cosas hechas. Tuve que seguir ahí, porque no podía soltar y dejar que otro hiciera lo que quisiera.

-Me quedo en Buenos Aires, como si fuera poco, cuenta con un amplio abanico de invitados. ¿Cómo se dio?

-Fue todo natural. Luego de un tiempo, pensé que meter una viola de Gabi Carambula estaría bueno. Entonces, nos encontramos, escuchó los temas y grabó. Algo similar sucedió con Chuky de Ipola y Charly AranaLa participación de Rúben Rada, por ejemplo, fue una perla. A él lo fui a buscar al ND Ateneo. Nos conociamos de la época de Gasoleros. En esa línea, también pudo destacar al Tano Marciello, a quien yo tenia como el "violero de Iorio". De hecho, fue Álvaro quien me lo recomendó y cuando lo conocí y escuché, me voló la cabeza. Fue una bisagra en el disco, un rayo de luz. De ahí en más, continuamos de otra manera.

*Lunes 8 en el Espacio Clarín, en Mar del Plata. A las 20. 

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