Agarrate Catalina
"Hoy, con el espectáculo en marcha, puedo decir que somos mejores artistas"
Cronista: Fernanda Miguel | Fotos:
Gentileza: Prensa
29 de Enero, 2016
Antes de su presentación en Groove, Yamandú Cardozo, director de la murga, cruzó el charco telefónicamente y nos contó la trastienda de Un Día de Julio.
Yamandú Cardozo es carismático y se le nota a una legua la pasión que tiene por la Catalina, su murga, la que desde hace varios años viene conquistando los escenarios de muchas partes del mundo, oficiando de evangelizadores de este género tan propio de Uruguay. El dolor por quedar afuera del carnaval todavía está latente, pero su nuevo proyecto los empujó a seguir caminando hacia adelante.
-¿Cómo se gestó Un Día de Julio y en qué se diferencia de los otros espectáculos de la murga?
-Fue concebido de una manera distinta, sobre todo por un cosa que nos marca, que es que lo hicimos lejos de cualquier legislatura y concurso. Además esas legislaturas nos limitaban. Ahora estamos felizmente sorprendidos por el resultado. Hoy disfrutamos de la libertad a pleno y eso cambia completamente no sólo la perspectiva, sino la forma en la que está armado. Para empezar, por reglamento, la duración de un espectáculo es de 45 minutos y Un día de Julio llega a las dos horas. También se diferencia en que por primera vez estamos contando una historia bajo un arco dramático y no sólo hay escenas netamente cantadas. Hay una gran puesta desde lo audiovisual, con recursos completamente nuevos. Es el espectáculo más experimental de Agrarrate Catalina, que incluye cosas que no son tan tradicionales para la murga, pero nos seguimos reconociendo muy bien.
-En los primeros momentos, ¿cómo fue pensar y llevar a cabo un espectáculo fuera de los parámetros a los que tenían que acomodarse antes?
-Teníamos incertidumbre por tanta libertad y además había que meter a cantar a la murga dos horas. Arrancamos con más preguntas que certezas. Desde que empezamos a escribrir, nos llevó casi un año. Esto también nos cambió mucho la modalidad de los ensayos, ya que para el carnaval se utilizan para mostrarse, porque son abiertos. A nosotros nos han venido a ver 1500 personas. Sin embargo, para Un Día de Julio, ensayamos solo y fue un desafío.
-¿Se puede decir que, de alguna manera, quedar afuera del Carnaval de Montevideo de este año, les “sirvió” para seguir el camino que están emprendiendo hoy?
-Hoy sí lo podemos ver así. Hubo ediciones en las que nosotros no decidimos participar, porque en un momento fue bastante difícil ser la Catalina y concursar. Somos itinerantes y se nos volvió algo muy hostil y complicado de sostener. En su momento, quedar afuera de este carnaval nos enojó y dolió mucho, sobre todo porque sentimos que no fue una discusión de artistas. Sentimos que no fe ni justo ni bien intencionado. Después lo vimos como una oportunidad para hacer cosas que hace tiempo queríamos realizar, y que la estructura del carnaval no te permite. Hoy, con el espectáculo en marcha y el cachetazo cicatrizado, puedo garantizar que somos mejores artistas. No significa que haya sido algo bueno lo que pasó, pero fuimos capaz de transformar algo malo en una cosa positiva.
-¿Ustedes sienten una responsabilidad social como artistas?
-Tenemos la responsabilidad desde la popularidad. Esta responsabilidad no es un lugar al pedo, no es tribunear y tampoco se busca el efecto del lugar del ególatra que necesita que lo aplaudan todo el tiempo por el sólo hecho de que canta. Nosotros subimos y cantamos desde el fondo del corazón. Desde ahí es que somos responsables, le ponemos cuerpo y corazón a lo que decimos.
-Por estar cerca del ex presidente José "Pepe" Mujica, se los señaló como una murga oficialista, situación que generó una gran polémica en el ambiente.
-Lo de la polémica sucedió porque la Catalina es la Catalina y cobra otra notoriedad. Pienso que el 95 por ciento nos acusaba porque les gusta acusar a cualquiera de cualquier cosa. El 90 por ciento de las murgas apoyaban al Pepe, pero a él le gustaba la nuestra, no otra y no se puede hacer nada en contra de eso. No operamos políticamente por nadie, le cierre al que le cierre. A mí, personalmente, el Pepe me resulta una persona admirable, más allá de su gobierno, con el que tuve discrepancias, porque yo estoy muy lejos de los fundamentalistas. Si tengo que levantar la mano para decir que algo no me gusta, lo hago.
-Por otro lado, ahora Tabaré Vázquez está llegando a su primer año de mandato.
-Todo lo que me sucede con el Pepe, no me pasa con Tabaré Vázquez, pero de todas formas yo soy un confeso votante del Frente Amplio. Crecí con los valores izquierdistas. Sin embargo, hablo por mí, porque dentro de la Catalina hay un montón de ideologías. Es un monstruo de 30 cabezas, en el que obviamente hay un consenso, pero políticamente tenemos garantizada la libertad individual.
-Hace poco tocaron en el Gran Rex. Ahora se vienen fechas en escenarios muy distintos como Groove y el Cosquín Rock, ¿es una decisión de ustedes o simplemente son lugares que surgen?
-Hicimos dos Gran Rex, que tuvieron la parte más formal. Es un lugar buenísimo para ver la parte más teatral del espectáculo, pero también queremos explorar la parte más musical y de toque más rockero que ya lo habíamos experimentado cuando hicimos los Konex. Acá hay un público nuevo y también están los que repiten y tienen la posibilidad de vernos en distintos ámbitos, lo cual está buenísimo.